LA ANCIANA DE LOS ESCOMBROS - aquinosreunimospersonaspositivas

LA ANCIANA DE LOS ESCOMBROS.

Recogida entre mantas con olor a dolor, en la intemperie recostada en la pared de una vieja casa derruida como su alma, esta una vieja anciana.

Con tarrito de metal en mano, pide limosna mientras entre lágrimas, chupa por falta de dientes, un duro y añejo trozo de pan.

Murmura entre lamentos su desgracia, ayúdenme no tengo nada, diez hijos tuve, hoy la soledad me embarga.

La pobre anciana con una mueca de angustia, a través de sus triste y opaca mirada, alza sus ojos, suspira y escucha, la invitación de un transeúnte de abandonar esos escombros y dirigirse a su casa.

Mi señor responde, esta es mi casa ocho de mis hijos fallecieron bajo las balas de guerras ingratas, el corazón de mi esposo dejó de latir de tanto sufrir, y mis dos hijitos menores con mi trabajo y esfuerzo son estudiados,

se toca el pecho con su agrietada y trémula mano, los llevo aquí dentro, los amo más que mi vida, sólo espero que algún día recuerden el camino a su casa, yo les perdono el olvido, la vida es ingrata, ¡ellos no!, están ocupados, han pasado varios años, no preciso cuantos aquí esperaré por esos adorados hijos....carne de mi carne.

Una semana después el transeúnte, atónito lee en primera plana, resaltaba la noticia; pobre anciana sucumbe en una fría madrugada, pegadita a su corazón, aferrada a sus dedos, en una foto borrosa se dibujaban las siluetas de aquellos dos ingratos hijos, que ella se llevó al cielo...sin acariciar sus caras.

Ahora sonríe, Dios la abraza, ella le habla y dice; los veo Señor, mis hijos adorados están sanos, gracias te doy tienen comida, abrigo y casa, mis lindos nietecitos, ya los conozco y juegan felices en el jardín lleno de flores y múltiples colores; ¡mi Dios infinitas gracias ¡al fin puedo ver los rostros tan amados, de esos dos seres que parieron mis entrañas.

En el corazón de una Madre, no existe el olvido, no cabe el odio, Madre al fin y aún desde el cielo, vela por aquellos hijos buenos o malos, con alegría infinita, reza, en su plegaria le pide a su Dios los proteja, que nunca les falte el sustento, dos lágrimas surcan sus mejías, son de infinita alegría.

ANY VAUGHAN.
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