Con la atención centrada en Dios, acepto mi bien con gozo.

Bien desee abundancia financiera, un cuerpo saludable o caminar más cerca de Dios, sé, con fe absoluta, que el bien que deseo se manifiesta. Estoy dispuesto a sentir el gozo que conlleva esperar que mi bien se manifieste. Al reconocer que mi vida está siempre en desarrollo y expansión, ¡elijo estar gozoso mientras anticipo la llegada de mis bendiciones!

Pongo mi atención en Dios y aprecio el proceso creativo continuo de dar y recibir. Siento profundo agradecimiento al recibir las respuestas a mis oraciones. Cada día es un milagro, lleno de oportunidades y posibilidades. En conciencia gozosa de Dios, estoy receptivo a mi mayor bien.

Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho. —Juan 15:7