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Cuenta la historia, que hace aproximadamente 360 años en época de las celebraciones de halloween, cuando las celebraciones y tradiciones eran mas arraigadas que en la actualidad, los niños no pedían dulces de casa en casa, pero se divertían hiendo a cementerios y lugares tenebrosos, los adultos llevaban a cabo grandes banquetes y celebraciones con danzas extrañas y muy libertinas, era la noche del 31 de Octubre de 1642 Halloween se mostraba en la antigua ciudad de Salem en su máximo esplendor aprovechada por los pequeños para divertirse asustándose entre ellos en el cementerio de longorn al sur oeste de la plaza central de Salem los pequeños tuvieron una gran idea, de la misma que mas tarde, se arrepentirían.
La tabla de la ouija, hicieron preguntas que no debieron haber siquiera imaginado
Las horas transcurrieron en su fatídica y lúgubre celebración,
Nunca imaginaron que a su muerte tentando estaban
Hicieron una petición, tan maldita, como el diablo mismo,
Preséntate ante nosotros, oh señor del averno exclamaron los pequeños,
Más no tardarían mucho en darse cuenta de su gran error.
Nubes negras opacaron la brillante luz de luna y un escalofriante movimiento terrestre estremeció sus almas; un desgarrador gemido se hizo escuchar
La desgracia sobre longorn había caído
Sus padres poco pudieron hacer al escuchar los escalofriantes gritos de los pequeños gritando con desesperación cual victima de un desollador verdugo.
Los padres angustiados y con el corazón en una mano acudieron al lugar de los lamentos, tal fue su terror al intentar internarse en longorn los grandes y viejos sauces del cementerio eran bestias infernales que atravesaron vivos a cuantos valientes intentaron rescatar a su vástagos, el terror se apodero del pueblo de salem al observar el terrible infierno que estaba sucediendo, pues la misma apocalíptica bestia desmembraba a sus pequeños vástagos cual feroz cazador a su presa, colgando sus cabezas que develaban rostros del mas profundo terror y sufrimiento sobre las ardientes ramas de los malditos sauces, los pequeños aun sobrevivientes , observaban con terror como el resto de los pequeños eran despojados de sus entrañas aun vivos y lanzando al aire desgarradores gritos y gemidos enmudecidos al sentir su alma escapar del terrible tormento que estúpidamente habían desencadenado, del mas profundo abismo la muerte ante sus ojos y la mirada atónita y sufrida de sus progenitores contemplaban aun sin resignación el lento rondar de la muerte misma, a manos del mas temido verdugo..
El maldito príncipe de las tinieblas.
35 almas perdidas, fue el saldo de su atrevimiento
Ay maldita desgracia! Exclamaban los padres, gimiendo entre sufrimiento, y lágrimas de sangre, mientras los destrozados restos de sus hijos levantaban.
A lo largo de longorn esparcidos; por la brutal bestia, que con su alma había escapado. Y en sus cabezas dejo grabado,
pronto volveré cuando falsa valentía muestre el osado y su dolor hayan olvidado
Nunca mas salem volvió a ser el mismo, pues con dolor esa fecha recordaban, que con horror ellos mismos se auguraban .
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