Cuando esto suceda, no traten de revivirme artificialmente por medio de aparatos, y dondequiera que me encuentre no lo llamen "mi lecho de muerte".  Llámenlo ..."mi lecho de vida!!!!! "... y dejen que mi cuerpo vaya de allá a ayudar a que otros gocen de una vida plena.
       Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer la cara de un bebé o el amor en los ojos de una mujer. 
      Den mi corazón a alguien a quien el suyo no le haya causado más que interminables días de dolor.
      Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un automóvil accidentado, para que pueda vivir y llegar a gozar del juego de sus nietos.
      Den mis riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo semana tras semana. 
      Tomen mis huesos, todos mis músculos y todas y cada una de las fibras y nervios de mi cuerpo y encuentren la manera de hacer caminar a un niño lisiado. 
      Exploren cada rincón de mi cerebro.  Si fuera necesario tomen todas las células para que algún día un niño pueda gritar con la emoción del deporte y una niña sorda pueda oir el sonido de la lluvia contra los cristales de la ventana.
      Cremen lo que quede de mí y echen mis cenizas a los cuatro vientos, para ayudar a que crezcan las flores. 
      Y si tienen la necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos, mis debilidades y todos mis perjuicios contra mis semejantes. 
      Mi alma dénsela a Dios!!!!!!!
 
Y si por casualidad alguien quiere recordarme, hágalo con una buena palabra o acción hacia quien lo necesite. Si hacen 
lo que les pido, viviré eternamente.