EL MUNDO NECESITA BOMBAS DE AMOR 

Si te adentras en el estudio de la Humanidad, 
notarás que se han hecho ya, 
nada menos que 8.000 tratados de paz.
 
Y como ves, de poco sirven.
 
 
 
El hombre construía castillos 
para defenderse en la Edad Media. 
Hoy monta organizaciones mundiales 
e internacionales para proteger 
a los países beligerantes.
Sin embargo, excepto los aguerridos 
y fascinados por Dios, 
pocos son los que dejan su alma y su vida 
a favor de los que padecen 
el horror de la guerra.
Hablando un día con unos soldados cristianos, 
les preguntaba qué necesitaría el mundo 
para que anduviese por los senderos de la paz.
Ellos, fornidos y valientes, me contestaron:
Mira, lo que hace falta en nuestro mundo 
turbulento son:
 
 bombas de amor.
Éstas no hacen daño a nadie; 
Éstas crean lazos de fraternidad; 
éstas no rompen el equilibrio de los pueblos. 
 
Hemos de llegar a hacer una Humanidad 
en la que reine la armonía y desaparezcan 
de nuestra vista las fronteras.
Me dirás, amigo/a, que estos soldados 
son unos ilusos y utópicos. 
 
¿Piensas así?
Medita bien. 
Si el amor entra de lleno en los corazones, 
la ambición desaparece 
como por arte de magia; 
si el amor reina en tu persona, 
construyes lazos de paz a tu derredor.
Las bombas de amor dulcifican al hombre. 
Te diría en este día que lances 
continuamente bombas de amor personales. 
Al menos así evitarás la guerra 
con los que te rodean.