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Lletres de Casa: Escritores traducidos / Walt Whitman
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: 2158Fenice  (Mensaje original) Enviado: 22/12/2013 05:50
 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                
 
 
 
 
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SALGO AL CAMINO



A pie, alegre, salgo al camino real.

Soy sano, soy libre, el mundo se extiende ante mí,

el largo camino pardo me conducirá adonde yo quiera.

Ya no llamo a la fortuna: yo soy la fortuna.

No lloriqueo, no difiero mis actos,

no necesito nada, la tierra, ella me basta.

Creo que podría detenerme aquí y obrar milagros,

creo que amaré a todos los seres y a todas las cosas

que encuentre en mi camino,

y que me amarán todos los que me contemplen;

creo que serán felices todos aquellos a quienes vea.

Desde este momento me declaro libre de todo límite,

voy a donde me plazca, soy mi señor total y absoluto:

escucho a los demás, considero lo que ellos me dicen,

me detengo, investigo, acepto, contemplo ... , dulcemente,

pero con innegable voluntad, me libero

de las trabas que quieren retenerme.

Soy más vasto y mejor de lo que imaginaba,

no sabía que se contuviese en mí tanta bondad,

todo me parece hermoso. Quienquiera que seas,

¡ Ven, viaja conmigo ! No te desanimes,

persevera, hay cosas divinas encubiertas,

te juro que hay cosas divinas encubiertas

cuya hermosura las palabras no pueden explicar.

No debemos detenernos aquí,

por muy fragantes que sean estas provisiones;

por muy cómoda que sea esta morada,

no podemos detenernos aquí;

por muy protegido que sea este puerto,

por muy sosegadas que sean estas aguas,

no podemos anclar aquí;

por muy amable que sea la hospitalidad que nos rodea,

no estamos autorizados a aceptarla

sino durante un breve espacio.

¡ Allons !
A aquello que no tiene fin,
como no tuvo principio,

sobrellevar muchas cosas, caminatas de día, descansos en la noche,

fundir todos los seres en el viaje hacia el que tienden,

fundirlos otra vez en el comienzo de mejores viajes,

no ver nada en ninguna parte sino lo que podamos alcanzar y dejar atrás,

mirar el camino hacia arriba y hacia abajo, y ver que se extiende

y nos espera y que, por largo que sea, se extiende y nos espera.

Conocer el universo entero como si fuese un camino,

como si fuera muchos caminos,

como si fuese caminos para las almas viajeras.

( Walt Whitman ) 

 
 
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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/12/2013 16:13

Hojas de hierba (fragmento)

Walt Whitman   ....   versión de Leandro Wolfson

"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta.
(...)
Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
(...)
No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco. "

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados
También doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado,
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
Las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
Ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
Lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)

¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?

Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: fenix58 Enviado: 22/12/2013 16:56

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: 2158Fenice Enviado: 23/12/2013 06:31
(...)

Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
(...)

 

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