En el libro del catedrático de ética Savater, se realiza de una forma amena y clara una aproximación, análisis y desarrollo de los siete pecados capitales: la soberbia, gula, avaricia, ira, lujuria, pereza y envidia desde una perspectiva actual contraponiéndola a sus contrarios, a la vez que expone someramente cómo ha ido cambiando a lo largo del curso de la historia el concepto que se tiene de los pecados, desde su origen hasta la actualidad.
Savater comienza este libro diciendo:
"Cuando hablamos de pecados, suelen generarse prevenciones. Pero ejercerlos es más seductor, atractivo y útil. Nuestra sociedad de consumo vive gracias a los vicios. Es decir que si las señoras no quisieran ropas ni joyas, u otros mortales no desearan comer bien y vivir en forma confortable, la industria y la civilización, tal como la conocemos hoy, se terminarían.
Algo que puede ser un defecto en un individuo, si es analizado sobre una comunidad y suprimido, anularía gran parte del funcionamiento de esa sociedad, ya que aquel que no desea nada, puede vivir como un anacoreta; la verdad es que nadie necesita la mayoría de las cosas que tiene o desea. Pensemos en el descubrimiento de América, en los grandes viajes realizados en busca de especias, sustancias para echar a la sopa. Podríamos afirmar entonces que uno de los motores de la historia ha sido la nuez moscada.
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Según algunos expertos católicos, sólo a la luz del conocimiento del designio de Dios para la humanidad, se entiende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios otorga a sus creaciones. Gonzalez Faus S.J. dice que el pecado consiste en no hacer el bien que quieres hacer, y hacer el mal que no quieres!; en ambos casos el pecado queda como un exceso personal, ante la libertad que Dios nos da en el primer caso, y ante uno mismo en el segundo.
El deseo y el reconocimiento es lo que motiva al hombre a hacer cosas; gracias a que deseábamos transportarnos más rápido, buscamos combustible, por comer mejor, criamos animales cuyo único fin es alimentarnos; tal vez ese deseo desmedido, para el que no importan las consecuencias, se puede llamar pecado; y por lo tanto, esta idea que Savater comenta acerca del pecado como motor de nuestra civilización es, no sólo válida, sino sumamente dura.
La sociedad de consumo se basa en la idea de satisfacer “necesidades”; pero, se puede llamar necesidad a todo? El hambre es una necesidad, comer algo en particular no es una necesidad, la sed sí lo es, pero tomar una gaseosa en particular, no! A mí siempre me ha causado un profundo cuestionamiento el pecado, no en tanto su concepción de prohibición católica, sino en cuanto a sus implicaciones con uno mismo (como dice Gonzáles Faus), y, actualmente, en cuanto a la aparente deseabilidad social que existe en el sistema económico actual, para que ese deseo desproporcionado, sea visto como una virtud! Con esto tampoco quiero decir que todos deberíamos usar la misma ropa y comer arroz con garbanzo todos los días, ya que eso podría satisfacer la necesidad de nutrición, pero debería existir un punto intermedio, no? Me doy cuenta al leer esto que hay muchos cabos sueltos, pero supongo que algunos se irán cerrando al leer el libro."
Fernando Savater
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