Por
otra parte, el maltrato psicológico fue significativamente más
corriente que el maltrato físico, y se constató que el abuso sexual
había sido la forma menos común de maltrato.
Asimismo, un número
relativamente pequeño de mujeres, el 2,3%, afirmó percibir a sus
parejas como extremadamente controladoras, mientras que un 1,2% señaló
que sus parejas mostraban comportamientos violentos extremos
generalmente.
Pero lo más llamativo de los resultados de los
análisis fue que un considerable número de las mujeres que afirmaron
haber sido maltratadas por sus parejas también señalaron que sentían que
sus maltratadores seguían teniendo cualidades positivas.
Así,
más de la mitad de dichas mujeres (el 54%) señaló que sus parejas eran
muy fiables, mientras que una de cada cinco (el 21%) sentía que su
pareja seguía teniendo alguna característica significativa positiva,
como la afectuosidad.
Tres tipos de maltratadores
En
lo que se refiere a los hombres maltratadores, a partir de los
resultados de la encuestas, los investigadores pudieron establecer una
división de los maltratadores en tres grupos.
Por un lado,
estaban “los hombres fiables, aunque abusadores” (el 44% de las parejas
de las mujeres maltratadas de la muestra). Estos hombres presentaron las
puntuaciones más bajas en lo que se refiere a control de sus esposas y a
comportamientos violentos, y las puntuaciones más altas en cuanto a
fiabilidad y características positivas.
Por otro lado, se
constató que había un grupo de maltratadores “Asertivos y controladores”
(el 38% de la muestra), que presentaban puntuaciones moderadamente
altas de violencia, pero también de fiabilidad y características
positivas a los ojos de sus mujeres.
Y, por último, estaban los
hombres “peligrosamente abusadores” (el 18% de la muestra), que
presentaban las puntuaciones más altas en lo que a comportamiento
violento y control se refiere, y las más bajas en fiabilidad y
características positivas.
Escuchar la voz de las mujeres
Los
científicos señalan que estos resultados constatan la importancia de
estudiar el problema de la violencia masculina hacia las mujeres a
través de las percepciones de las propias mujeres hacia sus
maltratadores, incluso en el caso de aquellas mujeres que, aún
padeciendo el maltrato, no están siendo atendidas por los sistemas
legales y los servicios sociales destinados a ayudarlas.
Según
O’Campo, es crucial escuchar lo que las mujeres opinan o creen sobre sus
parejas. El presente estudio sería sólo un paso adelante hacia la
búsqueda de fórmulas adicionales que permitan incrementar la seguridad
de las mujeres, afirma la investigadora.
Por otro lado, en un artículo
aparecido en la revista Violence Against Women los científicos explican
que comprender el maltrato que practican hombres en entornos no
controlados o desconocidos resulta esencial para poder ayudar a las
mujeres a saber los riesgos a los que se enfrentan.
La violencia
contra las mujeres es un problema social serio y un asunto de salud
pública en Canadá y en Estados Unidos. Al igual que ocurre en España
donde, según datos del Ministerio de Igualdad, unas 400.000 mujeres
sufren violencia de género. Este año, además, se ha producido en nuestro
país un aumento del número de asesinatos de mujeres por parte de sus
parejas o exparejas, con respecto a 2009.