Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Despierta
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 
 
  
  
 ♥.·:*BIENVENIDO*:·. ♥ 
  
  
  
  
 
 
  
  
  
 ♥.·:*GRACIAS POR TU VISITA*:·. ♥ 
 corredor 
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
Salud: Enfermedades dudosas
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2013 01:01


Enfermedades dudosas, infancia, Síndrome de Alienación Parental y custodia compartida

Hace poco hemos conocido gracias a un reportaje en Der Spiegel, un prestigioso semanario alemán, que el “inventor” de la hiperactividad en niños como enfermedad, el psiquiatra Leon Eisenbergse retractaría de ello poco antes de morir. Calificaría el Síndrome de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) de enfermedad inventada y diría que la teoría de las causas genéticas de la misma estaría sobrevalorada, él que fue quien promocionó esa teoría para aliviar el sentimiento de culpa de los padres y madres con un hijo calificado como tal y facilitar la medicación de los niños con peligrosas drogas legales.

Quien firma el reportaje es el periodista de investigación especializado en ciencia y salud Jörg Blech a quien en España conocemos por su excelente libro Los inventores de enfermedades. Viene esto a cuento de otro de los múltiples síndromes que atenazan a la infancia y cuyos orígenes desconocemos y de su autenticidad solemos dudar, no obstante no hay consenso científico sobre ello, el Síndrome de Alienación Parental (SAP) -quizá ocurra como con tantas actitudes minoritarias elevadas por mor de la exageración interesada a “verdadera enfermedad-.

El SAP fue descrito en Estados Unidos como un trastorno por el que un menor, inducido por su madre, mentiría sobre su padre, le difamaría y rechazaría su compañía de forma “taxativa”. Entre otros argumentos, el SAP se basa en la “falsedad inherente en los niños”, por la que no se les debería dar crédito si acusan a su padre, por ejemplo, de malos tratos. El padre suele ser el que sale perdiendo pero en ocasiones también la madre.

El supuesto síndrome al parecer ”está causando verdaderos estragos” en los procesos de separación, divorcio y violencia de género con conflicto de custodia. De manera “paradójica” el nuevo Manual de diagnóstico y tratamiento de los problemas mentales, el conocido como DSM 5, no incluye el SAP.

Todo esto también viene a colación de un reportaje que publica hoy El Mundo sobre la custodia compartida de los hijos por padres y madres cuando estos se separan. Como veis la salud no puede separarse de lo social. En fin, es mi reflexión esta mañana de domingo.

Miguel Jara



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 21/06/2013 01:04


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 21/06/2013 02:31

Los niños a los que les cuestan las “mates” y acaban medicados

Hace unos días me escribió una maestra de Primaria, Carmen Ávalos, que ejerce en Molins de Rei (Barcelona). Está preocupada por el aumento de casos de Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) entre niños y la receta de los mismos con peligrosos medicamentos como metilfenidato. Su propia hija está diagnosticado de ello y cuenta algunos casos significativos que muestran bien a las claras el actual panorama y cómo en ocasiones son los propios maestros los que están enviando a los pequeños a psicólogos y psiquiatras:

Quiero explicar cómo he llegado a formar parte de una situación que para mí era inexistente tanto a nivel profesional como personal. Puedo escribir sobre varios casos muy cercanos a mí. El primero que conocí fue el de una amiga con su hijo diagnosticado con TDAH. Lo llevó a un psiquiatra. El pediatra, que era el mismo que llevaba a mi hijo, me hizo el comentario de este caso sin saber que yo conocía a la madre. Sólo quería mi opinión como maestra. Le comenté que el niño era un niño normal y corriente como cualquier otro y lo que se debía de hacer era terapia con los tres implicados ya que la figura del padre no aparecía por ningún lugar y la madre era un agobio constante para el niño. El crío medicado desde los 5 años, con 13 internado en psiquiatría juvenil del Clínico de Barcelona… ni les cuento la medicación que toma… aparecieron tics, luego se le dijo que tiene el síndrome de Tourette… Que quieren que les cuente era un niño normal, inquieto, agobiado por la madre… y lo han estropeado.

Segundo caso. Un compañero de mi hija, un niño alegre, vivo, tranquilo y feliz. Era un encanto conmigo, se desenvolvía con una vitalidad y una alegría que te hacía sonreir. Simplemente tenía dificultades de aprendizaje (Lengua y Matemáticas) igual que la mía. La madre lo llevó a unos especialistas para saber qué tipo de problemas de aprendizaje tenía. Diagnóstico: TDA y dislexia; a tomar Concerta y a ser visitado por una psicopedagoga. Este niño tenía 7 años. Antes de cumplir los 8 lo vi y el alma se me cayó al suelo. No había alegría, ni vida, ojos tristes, callado… ¿Dónde estaba el niño que yo había conocido, dónde estaba su alma vivaracha…? Completamente anulada. La madre me comentó que cada pastilla que le daba era como una puñalada en su propio corazón.

Tercer caso. Mi propia hija. Invertía sílabas al hablar, ninguna maestra se había dado cuenta, ella era consciente de sus propias dificultades así que optó por pasar inadvertida en las clases y no participar. Los problemas de aprendizaje aparecieron y a finales del Primer curso lo identifiqué así que empecé mi búsqueda. En 3º la cambié de escuela. La profesora fue quien me envió a un Centro Sanitario muy conocido de Barcelona. Te cobran un pastón, estás tres horas pasándole unas pruebas que ya le habían hecho con anterioridad y sin pensar que había nada y el diagnóstico fue TDA y dislexia. Lo mismo que su a compañero. La diferencia fue que si le daba la medicación la dislexia le desaparecería. En mis años que llevo de maestra es la primera idiotez que he oido. ¿La dislexia desaparece con un estimulante? Fui al pediatra que después de explicarle lo sucedido se mantuvo al margen. Eso sí, me dio tres recetas de Concerta, que evidentemente no compré y no le dí nada.

Después de enseñar hasta que el cuerpo me ha dicho basta -estoy de baja por problemas de reuma- el sentido común que me ha llevado a la conclusión de que yo jamás he tenido ningún niño medicado en 27 años de trabajo. ¿Qué ocurre? ¿Qué está pasando con nuestros alumnos e hijos? Tuve varias entrevistas con la maestra de mi hija la cual parecía ejercer de ayudante aférrima de la dra neuropediatra. Le llegué a preguntar si tenía algún interés económico con ella porque consiguió hundir a mi hija con tan sólo 9 años. Hay maestros que envían a sus propios alumnos a ser unos futuros enfermos. Espero y deseo que sean los mínimos, como digo, de repente aparecen como setas.

No hay escaners, ni ningún tipo de prueba para detectar el supuesto TDAH, apenas unos test, que me diga que ciertamente mi hija no tiene conexiones neuronales y tengo creer a un neuropediatra y darle un “estimulante“, como ellos dicen. ¿Quienes de nosotros en algún momento de nuestra vida por circunstancias emocionales, de enojo, personales o de carácter no hemos estado dentro de estas características? Mi hija es una niña normal y corriente como cualquier otro niño. ¿Que le cuestan las matemáticas? Sí, ¿saben cuántos niños he tenido que les costaban las mates hasta que me dí cuenta que es el maestro el que tiene la clave? La experiencia me ha enseñado que cuando un niño no va bien en un área es el maestro quien falla. No le gusta aquello que da y su falta de interés se extiende a la comunidad infantil con la que está trabajando. Siempre existen salidas y estrategias para enganchar a un niño a tu propio carro y es la seguridad que demuestras y que le haces ver que él también la tiene la que puede arreglar el asunto. Es un camino a la par, sin olvidar a los padres.

Nuestros niños deberían ir felices a la escuela, no tener miedo a ningún profesor, ser considerados como son. No olviden que nuestros niños son EMOCIONES VIVAS, DESPREOCUPADAS Y FELICES que es lo que les toca vivir hasta que paguen hipotecas.

Miguel Jara

Más info



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados