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Temas para Pensar: VIVIR SIN DINERO
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Resposta  Missatge 1 de 7 del tema 
De: Marti2  (Missatge original) Enviat: 04/11/2013 00:49

19 de enero 2010. Tres jóvenes están en la carretera en La Haya, Holanda, los pulgares arriba y la sonrisa puesta en la cara. Nicola (26, Italia), Raphael (27, Alemania) y yo, Benjamin (25, Francia), tres europeos buscando su destino. Nos habíamos encontrado en la Universidad de La Haya y juntos habíamos empezado una asociación civil para promover soluciones ecológicas y convivencia intercultural. Y un día nació la idea de hacer un viaje para ir a México. Raphael y yo ya habíamos ido y Nicola lo quería conocer, y para no incrementar nuestra huella ecológica demasiado pensamos que era mejor no tomar avión y cruzar el charco con un barco. De repente pensamos que podríamos intentar viajar de la forma más sustentable posible: sin usar dinero, sin consumir, sin tomar agua embotellada, etc.

Nos fuimos entonces al final de enero con tres mochilas solares y un panel solar para no usar electricidad externa y cosechar la fuerza del sol, un filtro de agua, un poco de ropa y ¡una actitud positiva! La idea era solo movernos en ride —fueran en coches, camiones o barcos—, reciclar la comida en los restaurantes, mercados y dormir donde se pudiera Los primeros días eran difíciles por el frio, pero pronto llegamos al sur de España, luego cruzamos hacia Marruecos en un ferry con los choferes de tráileres y viajamos 5 semanas en Marruecos.

Los marroquíes fueron de lo más amables que se puede imaginar, con tanta fe en Allah todos se aplicaban en ayudarnos, dándonos de comer y un techo para dormir en cualquier lugar que nos encontráramos. Esa experiencia nos abrió el corazón y empezamos a entender que viajar sin dinero abre puertas desconocidas y que es una de la mejores formas para descubrir una cultura del hecho que necesitas a la gente: tienes que estar en contacto con ella todo el tiempo, tienes que aprender de ella.

Luego encontramos un chavo de Bélgica con su velero que aceptó llevarnos hasta las Islas Canarias, en España. El Puerto de Las Palmas en la isla principal es conocido por ser el último lugar de visita para los veleros que quieren cruzar el charco. Después de dos meses de esperanza encontramos finalmente dos italianos que aceptaron llevarnos hasta Cabo Verde y luego a Brasil. Durante la cruzada, teniendo tanto tiempo para pensar, Raphael y yo decidimos dejar el dinero por siempre. De repente entendimos que el dinero era una creación virtual y que sin ello se descubre un mundo más generoso, más amigable, más justo.

Llegando al norte de Brasil, Nicola, que no estaba tan de acuerdo con la idea de dejar el dinero, regresó a Europa y seguimos los dos hasta Guyana, donde Nieves(25, España), la novia de Raphael, se unió al viaje. De allá pasamos por Venezuela y Colombia, donde Camille(23, Francia), mi ex-novia, se unió también al viaje. Los cuatro cruzamos con otro velero para llegar a Panamá y subimos todo Centro América para llegar a México para la COP 16, que tendría lugar en Cancún.

Fueron como 30,000 kilómetros hechos en puro ride, sin usar dinero para nada (con la excepción de 4 veces en fronteras), durmiendo en todo tipo de lugar imaginable, viendo paisajes increíbles y descubriendo las culturas de un forma muy peculiar. Ese viaje nos permitió ver que la mayoría de la gente es buena y quiere ayudar, que todos buscamos las mismas cosas: felicidad, amor, paz, y que nada es imposible si realmente lo quieres.

Vivir sin dinero nos abrió la mente, el corazón y los ojos. Entendimos el valor (y la dificultad) de recibir y cuán necesario es aprender a recibir para poder dar con gratitud sin esperar nada en retorno. Vimos que lo único que el mundo necesita es amor y compasión, empatía hacia los demás y comprensión. Escuchamos muchas historias y vimos que mucha gente sueña con un mundo sin dinero, solo que con sus familias y situaciones no se lo pueden permitir. Con eso nos convencimos de que lo que hacíamos era algo valioso, que podía inspirar a la gente y más que todo permitir a muchos cuestionarse, reflexionar sobre el dinero, el sistema.

Cuestionarse es una parte importante de nuestra filosofía. Dejamos el dinero por eso. Cuestionándonos, preguntándonos porque usábamos dinero. Nuestra respuesta fue que la Tierra, la Naturaleza, el Sol, nos regalan sus frutos sin esperar nada a cambio. Todo nos fue regalado y lo injusto es acaparar recursos y venderlos como si fueran nuestros. Entendimos la injusticia inherente del dinero, el hecho de que en vez de compartir todo lo que hay en esta tierra (y hay suficiente para todos) lo vendemos con mucha avaricia. Es como un boicot: hemos dejado el dinero para nuestra propia felicidad, para seguir con nuestra armonía personal, congruencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Pero también vivir sin dinero es una manera de decir al sistema que no necesitamos eso, que hay otro camino. Y eso es algo que queremos compartir con el mundo: hay otro camino. Somos libres de cambiar si lo queremos.

Intentamos cuestionar todo, incluso usar o no el dinero. Cuestionamos cómo comemos —siendo veganos— para más paz con los seres vivos, menos contaminación y más salud. Cuestionamos la idea de tomar alcohol, drogas, etc.

Si vivimos sin dinero es porque creemos en el hecho de que si todos empezamos a compartir lo que tenemos, escuchando nuestras necesidades básicas, nadie se va a quedar sin comida o sin techo. Vivimos sin dinero porque dar y recibir sin intercambio es lo que hacemos todos naturalmente con nuestra familia —y en esta tierra somos todos hermanos. Vivimos sin dinero para romper con los esquemas, romper con esa cultura inculcada por el sistema, crear nuestra propia cultura, construir nuestra propia cultura basándonos en valores humanos como el compartir, el amor. Según nuestro punto de vista, el dinero es una barrera, nos impide liberarnos, tener dinero es tener seguridad, en otras palabras, no aceptar la realidad, no aceptar la ley de la naturaleza, tener miedo de lo que viene en vez de disfrutar del momento presente.

No decimos que es la solución o que todos deberíamos vivir así. Es un experimento, un camino, y esperamos que la gente se pueda inspirar en ello para buscar su propio camino.

Después de la COP 16, Nieves se embarazó y con Raphael regresaron a Europa, a Berlín, de ride, (¡hasta consiguieron un ride en avión!). Camille regresó también para estudiar y yo me quedé en México. Participé en varios proyectos en el Distrito Federal durante el 2011 y acabo de regresar de un viajecito en Estados Unidos de 3 meses donde viajé con dos mexicanas, Marissa (24) y Yazmín (26). Marissa está haciendo un documental sobre este viaje. Se puede ver el tráiler en su página web. Otra vez pudimos confirmar que la gente es buena y que un cambio está por venir, mucha gente se está levantando en los Estados Unidos para crear una cultura alterna. Visitamos a los movimientos Occupy y a Suelo, un hombre que vive sin dinero desde más de 10 años, en cuya cueva nos quedamos. De regreso en México estoy buscando un barco para regresar a Europa y unirme de nuevo con Raphael, Nieves, Camille y Alma Lucia, nuestro nuevo angelito, para buscar un terreno y crear una comunidad sin dinero.

Para más información: es.forwardtherevolution.net

El tráiler: http://vimeo.com/34648798



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Resposta  Missatge 2 de 7 del tema 
De: Marti2 Enviat: 04/11/2013 00:51

Familia alemana vive sin dinero, hace reflexionar sobre el sistema capitalista

Raphael Fellmer y Nieves Palmer viven con su hija de 5 meses en las afueras de Berlín sin dinero, aprovechando el alimento que desechan los berlineses y realizando labores a cambio de servicios como el alojamiento.

Mientras que la mayoría de las personas piensa que no se puede vivir sin dinero y dedica la mayoría de su energía a conseguirlo, Raphael Fellmer, de 28, y su mujer española Nieves Palmer, de 26, viven sin dinero, alimentándose exclusivamente de productos “rescatados” que la sociedad alemana desecha.

El diario argentino La Nación reporta sobre este interesante caso –todo lo más porque sucede en el momento en el que la Eurozona se encuentra en crisis y en el que  se discuten alternativas a un sistema que parece destinado a fracasar.

Fellmer no tiene cuenta de banco, vive totalmente sin dinero, comiendo alimentos desechados y alojándose junto con Palmer y una pequeña hija de 5 meses en las afueras de Berlín, en una casa donde el propietario los deja estar a cambio de pequeños trabajos.

Según La Nación, en los dos años que llevan viviendo sin dinero, a pesar de comer alimentos desechados, nunca les pasó nada: sin náuseas ni infecciones, esto, aun cuando Nieves estuvo embarazada de Alma Lucía. Ambos son veganos y se alimentan casi exclusivamente de productos que proceden de la agricultura biológica.

“Unas cuatro veces por semana, voy a inspeccionar, con la mochila, los contenedores de los supermercados biológicos; encuentro de todo, jabones, chocolates, cosméticos, además de lácteos, frutas y verduras que todavía se pueden consumir”, explica Fellmer.

“Me llevo más de lo que necesitamos, el resto lo regalo a vecinos, amigos, necesitados. La idea es difundir el mensaje de que no sólo se tira una manzana de vez en cuando, sino que todo se tira”, comenta.

Este estilo de vida incluso les permitió realizar un viaje a México, aparentemente logrado sin dinero. No sin un mensaje político Fellmer ha sido invitado a dar charlas en universidades e informa desde el sitio Forward the Revolution sobre su proyecto para abandonar el dinero.

El Instituto Austríaco de Economía de los Desechos calculó que el 45% de lo que los supermercados descartan se puede todavía consumir; se calcula que el alemán promedio tira a la basura  100 kilos de comida por año. Un equivalente de esto podría aplicarse a otros bienes como aparatos electrodomésticos, ropa y demás bienes de consumo que suelen ser abandonados cuando todavía tienen uso funcional.

Sin embargo, de manera un tanto absurda “rescatar” comida viola la propiedad privada.  ”En Alemania es legal tirar comida, pero es ilegal rescatarla”. “Es una falla en el sistema”, se queja Fellmer. “La idea es establecer un sistema donde se aprovecha todo”, explica. 

“No quiero ser simplemente un aprovechador”, asegura Fellmer. “Intento integrarme a la sociedad a pesar de todo: ayudo en reparaciones, obras, arreglo computadoras, cuido animales”, aclara. 

El diario La Nación escribe que el mensaje y la forma de vida de esta pareja está cobrando relevancia en Alemania, con cada vez más personas uniéndose a este movimiento, ya sea por necesidad, convicción o una mezcla de las dos.

De este lado del Atlántico tenemos el caso aún más radical del “Dharma Blogger” Daniel Suelo, quien lleva alrededor de 10 años viviendo en una cueva sin utilizar dinero, de repente visitando la civiización para bloggear sobre su vida al margen del capital.


Resposta  Missatge 3 de 7 del tema 
De: Marti2 Enviat: 04/11/2013 00:52

‘Dharma blogger’ vive en cueva sin utilizar dinero desde hace 8 años

Daniel Suelo se dio cuenta de que el dinero era la causa de su depresión clínica y desde hace más de 8 años decidió abandonar su "ilusión". Ahora vive en una cueva en Utah sin un centavo, en armonía con la naturaleza, visitando ocasionalmente la civilización para bloggear y contarle al mundo de la posible abundancia que nos aguarda

Desde el año 2000 Daniel Suelo no ha tenido un centavo en su bolsa o en una cuenta de banco (salvo durante un mes en el 2001). Esta situación, que a la mayoría de las personas del planeta les provocaría una enorme inestabilidad y los sumiría en una profunda depresión, tiene a Suelo contento, con los ánimos por los cielos y fue justamente lo que le permitió sanar una depresión clínica.

Suelo, de 48 años, bloggea desde una biblioteca pública, vive en una cueva en el desierto en Moab, Utah, come hierbas y raíces silvestres, desechos comestibles que encuentra en los basureros y alguno que otro alimento que le regalan generosamente en su camino. Pero no acepta ninguna dádiva del gobierno, sea ésta monetaria o en especie . Es lo más cercano a un Vagabundo del Dharma en la Era Digital.

Este blogger feral sostiene que el dinero es la más grande ilusión de nuestros tiempos que nos aleja de nosotros mismos para participar en una convención irreal. El dinero es crédito, dice, credo, una creencia, una religión. Y aunque esto suena bastante radical, no es totalmente absurdo. Suelo es bastante lúcido, y aunque recientemente se ha convertido en una celebridad de la blogósfera, su vida y su discurso son bastante genuinos, bastante más genuinos que la mayoría de nuestras vidas y discursos.

Sin formar parte de un culto o tener una visión fundamentalista, la vida de Daniel Suelo, inevitablemente posmoderna, se apoya en un sincretismo de valores cristianos, budismo zen y misticismo nativo americano, todos regidos por un principio de vivir en armonía con la naturaleza. Sin embargo, no se considera miembro de ninguna religión, dice que a veces duda de la existencia de Dios y que definirse de alguna forma es negar la posibilidad de ser todos los otros, “incluyendo Gandhi y Hitler, Dios y Satán”.

«En realidad, tú y yo y todos los demás ya vivimos sin dinero, sin Conciencia de Crédito y Deuda, cuando nacimos. Nuestro verdadero ser ya vivió sin dinero. El resto es una vana ilusión. Este estilo de vida es la naturaleza y el deseo de los niños. Todos los niños o jóvenes con los que he hablado, todavía no programados, piensan que es cool.

»Todas las criaturas en el universo, fuera de los muros de la civilización comercial, viven sin dinero. Por eso la naturaleza, fuera de las constricciones de la civilización, está en balance. Sin embargo, ninguna nación en la tierra, con todos sus doctores en economía, puede balancear el presupuesto».

Suelo inició su odisea hacia la desmonetarización cuando se dio cuenta de que la única forma para superar su depresión era dejar ir sus pensamientos. Pero luego de este primer paso advirtió que sus cosas también eran sus pensamientos: “Mientras dejaba ir pensamientos inútiles, dejaba ir posesiones inútiles. Y mientras dejaba ir posesiones inútiles me daba cuenta de que cada vez necesitaba menos cosas”.

Suelo viajó a Alaska repitiendo este mantra: “Perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Y en medio de la comunión con la naturaleza —auroras boreales, lobos y el paso del tiempo en el agua— notó que no existe línea divisoria entre la deuda física y la deuda espiritual, que las deudas mentales están ligadas a las deudas físicas, que a su vez están ligadas a las enfermedades físicas. Suelo descubrió lo que descubriera dos siglos antes el poeta inglés William Blake:

«Man has no Body distinct from his Soul; for that called Body is a portion of Soul discerned by the five Senses» ["El cuerpo del hombre no es distinto de su alma: eso que llamamos cuerpo es una porción del alma que distinguen los cinco sentidos"].

Al regresar a Utah haciendo autostop, notó que no había gastado los 25 dólares que tenía y que tal vez ya no necesitaría gastarlos. Su transformación acabó llevándolo a la India, donde siguió la vida de los sadhus, quienes le hicieron ver que su verdadera prueba era vivir como un sadhu en Estados Unidos, el país más materialista e idólatra del dinero. A su regreso a EU, Daniel Suelo abandonó el dinero, ese nuevo Moloch, que lleva en su máximo representante la leyenda deificante “In God We Trust”.

Aunque para algunos la renuncia de Daniel Suelo al dinero podría ser una renuncia (y una ilusión en sí misma) a la evolución cultural del mundo, a la transformación de la naturaleza y a la sofisticación del hombre que no es solo un ser natural sino un ser cultural, el hecho de que mantenga su vínculo con la tecnología y la interacción humana y celebre su generosidad con un discurso bastante coherente, nos hace reflexionar sobre la verdadera naturaleza del dinero, sobre si éste no funciona como un férreo mecanismo de control para diferenciar a las masas de la élite y para drenar el poder personal del individuo a un ídolo de papel o a una abstracción digital. También, como alguna vez digo Bob Marley, nos hace reflexionar sobre cómo el dinero directa o indirectamente es la fuente de la mayoría de nuestros malestares.

«No veo al dinero como malo o bueno. ¿Cómo puede ser una ilusión mala o buena? Tampoco veo a la heroína o al crystal meth como malos o buenos. ¿Qué es más adictivo? ¿El dinero o el crystal meth? El apego a una ilusión te hace ilusorio, te hace irreal. El apego a una ilusión se llama idolatría, se llama adicción. El dinero es una de esas cosas intrigantes que parece real y funcional porque dos o más personas creen que es real y funcional».

Más allá de juicios y adicciones, de credos y realidades, la vida de Daniel Suelo es refrescante, sobre todo porque nos recuerda que el campo de lo posible es mucho más amplio de lo que normalmente experimentamos en la realidad unívoca del paradigma de la sociedad occidental. Para muchos es tan difícil imaginar un mundo sin dinero, y sin embargo ¡es tan posible, tan natural!

Daniel Suelo bloggea sobre sus excursiones naturalistas en Zero Currency, una especie de diario zen meets Ralph Waldo Emerson y Henry Wadsworth Longfellow in the age of big macs in the cracks of tin cans. En su sitio Living Without Money, expone su historia y su versión alternabundante de un mundo sin dinero.

Y ahora solo queda decirle a Wall Street, a la mafia de Goldman Sachs y a los Bilderberg que un mundo sin dinero suena bien. A lo que seguramente todos ellos contestarían que eso sí es una ilusión.


Resposta  Missatge 4 de 7 del tema 
De: Marti2 Enviat: 04/11/2013 00:54

Mark Boyle explica cómo ha vivido un año sin dinero

Boyle se dedicó a analizar las maneras en las que podría seguir viviendo con cosas que disfruta, pero reduciendo la utilización de dinero a cero.

Algunas personas (es decir, la mayoría de las personas) tienen problemas para llegar a fin de mes: la cultura del ahorro en América Latina no es una asignatura obligatoria y la ley parece ser que mientras más dinero tienes, más suben tus gastos. Por esto es especialmente asombrosa la historia del irlandés Mark Boyle (aka “No-Cash-Man”), quien hace siete años estaba a punto de graduarse de una carrera que lo preparaba para la administración y los negocios, ahora cumpla un año viviendo una vida sin dinero, pero disfrutándola al máximo.

Mark tenía un gran trabajo: era administrador de una enorme compañía de comida orgánica, lo que le permitía darse incluso el lujo de tener su propio yate. Fue justamente a bordo de su barco, hablando con un amigo acerca de todo lo que está mal en el planeta, que empezaron a considerar la frase de Mahatma Gandhi, “sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Pensaron en todas las formas en que el consumo desenfrenado destruye no sólo nuestro planeta, sino también a las personas que viven en él.

Él y su amigo se sentían de pronto “como dos pequeñas gotas en un océando altamente contaminado”. Luego de considerar asuntos como la destrucción del ambiente, la guerra y las fábricas de esclavos, sintieron la tentación de hacer algo contra el monstruo. “Estos asuntos no estaban tan relacionados como había pensado antes”, escribe Mark. “Tenían una causa común. Creo que el hecho de que ya no seamos capaces de ver las repercusiones directas que nuestras compras tienen en las personas, en el ambiente y en los animales es el factor que une todos estos problemas.”

Pero ¿qué hacer contra la indiferencia? Para Mark, resultó claro que la herramienta que producía esta indiferencia era el dinero, así que se dedicó a analizar las maneras en las que podría seguir viviendo con cosas que disfruta, pero reduciendo la utilización de dinero no sólo al mínimo, sino hasta desaparecerlo del todo. Esto lo llevó a deshacerse de todo su dinero, inicialmente por un año

“Hice una lista de todo lo básico que necesitaba para sobrevivir. Adoro la comida, así que eso era lo primordial. Hay cuatro patas en la mesa de la comida gratis: recolectar comida salvaje, cultivar, hacer trueques y utilizar comida desperdiciada, pero hay muchas otras formas.”

Lo siguiente en la lista era el alojamiento. Entró como voluntario en una granja orgánica la cual ayudó a renovar para que no dependiera de energía eléctrica. Aquí se dio cuenta de la importancia de no desperdiciar ningún recurso disponible. “Si cultiváramos nuestra propia comida, no desperdiciaríamos el 30% de ella.”

“Usaba madera que cortaba o recogía para calentar mi humilde morada en un quemador hecho de un viejo bidón de gasolina, e hice composta humana a partir de mis desechos.” Además de eso, Mark se bañaba en un río, y para ir al baño utilizaba periódicos (actividades que bien podrían encontrarse en distintas poblaciones pobres alrededor del mundo). Para transportarse, Mark utilizó su bicicleta y para alumbrarse, velas hechas con cera de abeja.

La historia de Mark no es el de un “anticapitalista” redomado, sino de alguien que, casi en un espíritu científico y de aventura, decide cuestionar radicalmente la forma en que vivimos actualmente. “Irónicamente, he encontrado que este año ha sido el más feliz de mi vida. Tengo más amigos en mi comunidad que nunca, no me he enfermado desde que empecé, y nunca he estado más en forma. He encontrado que la amistad, no el dinero, es la verdadera seguridad. Que la mayoría de la pobreza de occidente es espiritual, y que la independencia es realmente interdependencia.”

¿Algo que Mark extraña de su antigua vida como empresario? “El estrés. Los embotellamientos de tráfico. Los estados de cuenta bancarios. Las cuentas por pagar. Oh, claro, y tomar ocasionalmente una cerveza con mis amigos del local.”

Esta historia nos recuerda a la de Benjamin Lesage, un joven francés que emprendió la misma ruta que Boyle y que cada vez más aventureros.


Resposta  Missatge 5 de 7 del tema 
De: Marti2 Enviat: 04/11/2013 01:02

Heidermarie Schwermer: la mujer que ha vivido 16 años sin dinero

Como una prueba de contención de deseos mundanos, esta mujer de Alemania hace 16 años decidió vivir sin un solo centavo. Lo ha logrado gracias a la bondad de la gente de los distintos países que ha visitado.

Hace 16 años, Heidemarie Schwermer decidió abandonar su trabajo como terapeuta para darle un nuevo significado a su vida. Desde entonces esta mujer originaria de Alemania tomó la decisión de vivir sin dinero. Todo comenzó a sus 50 años; ahora, a sus casi 70, esta mujer narra, en un documental llamado “Living without money (Vivir sin dinero)”, cómo ha sido su experiencia.

Schwermer asegura que desde niña se ha sentido fascinada por estilos de vida sin dinero. En 1994, formó, con un profesor suyo, un grupo de intercambio. El grupo ayudó a la gente local a intercambiar objetos por distintos servicios como cuidar niños o pasear perros. “Me di cuenta de que necesitaba cada vez menos dinero. Entonces decidí vivir a expensas de este”. Lo intentó 4 veces, pero no fue hasta que un amigo le pidió posada en su casa durante tres meses. Heidemarie se lo dio todo: su apartamento y todo lo que no cabía en una pequeña maleta.

Lo que estaba destinado a ser solo un año se convirtieron en 16. “Yo solo quería experimentar, y en ese año me di cuenta de una nueva vida y ya no quería volver a la vieja”.

En un principio, sus amigos y familiares no estuvieron de acuerdo. Ella solo ve a sus hijos y nietos un par de veces al año. “Ahora están orgullosos de lo que hago. Eso es suficiente para nosotros”.

Tras divorciarse de su primer marido hace 40 años, Schwermer no se ha vuelto a casar. “Si sucede, estoy interesada. A veces pasa, a veces no”.

En un principio hacía trabajos de jardinería o lavaba ventanas para ganar comida o ropa. Cuando una estación del año cambia, la gente regala ropa, es ahí cuando Heidemarie se beneficia de las donaciones, que ella llama “milagros”.

“Veo muchos milagros en la vida diaria. Al principio, encontré comida. Pesaba en cosas y luego las encontraba en la calle o la gente me las regalaba”.

Su horario es estricto: después de una semana en algún lugar, generalmente en Europa, lo abandona para dirigirse a otro para promover su documental. El único pago que acepta es el boleto de tren. “Siempre estoy pensando en lo que podría hacer mejor para la vida en el mundo. Soy como una peregrina de la paz que va de casa en casa compartiendo su filosofía”.


Resposta  Missatge 6 de 7 del tema 
De: Marti2 Enviat: 04/11/2013 01:08
Heidemarie Schwermer es el nombre de la mujer alemana que hace dieciséis años, en 1996, tomó la valiente decisión de vivir sin someterse a la dictadura del dinero.

Desde entonces, lleva casi dos décadas sin utilizar una sola moneda o billete. Su proeza no ha dejado a nadie indiferente y ahora ha quedado reflejada en un documental estrenado el año pasado y que va ya por las 250 proyecciones en más de 30 países. También ha dejado constancia de lo vivido en sus últimos años en su autobiografía, “Mi vida sin dinero”.

En estos años, Schwermer ha demostrado que renunciar al dinero no supone vivir en la indigencia, ella por ejemplo viste con sencillez, pero con elegancia, tiene un ordenador y un móvil… todo gracias al intercambio.

La historia de una revolucionaria de la vida sencilla.

Heidemarie SchwermerHeidemarie SchwermerHeidemarie Schwermer nació en 1942 en Memel (antigua Prusia Oriental). Durante la Segunda Guerra Mundial, ella y su familia llegaron como refugiados a Alemania, donde creció. Trabajó como profesora durante casi 20 años, antes de que se hiciera psicoterapeuta. Tiene dos hijos y tres nietos.

En 1994 fundó el “Give and take central” la sociedad de trueque en Dortmund, pionera en Alemania y una de las primeras de Europa. Dos años más tarde, al poco tiempo de quedarse viuda, Heidemarie, que trabaja como funcionara, dejó su puesto “seguro” a fin de hacer un experimento que consistiría en vivir durante un mes sin utilizar el dinero.

El experimento le funcionó y dos años después, regaló su casa y su coche. Se deshizo de todas sus pertenencias, excepto de una maleta con algo de ropa, e inició su nueva vida, pese a las advertencias de su familia.

Lo tenía todo. Vivía en una casa preciosa y ya había criado a mis hijos. Fue entonces cuando renuncié a todo. Fue una liberación.
— Heidemarie Schwermer n ‘Viviendo sin dinero’, el documental sobre su vida.

Poco a poco se las fue arreglado para salir de las estructuras existentes y encontrar una nueva forma de vida, libre de preocupaciones y posesiones. Desde entonces, lleva 16 años viviendo gracias al trueque.

Heidemarie ha publicado el libro “Das Sterntalerexperiment – Mein Leben ohne Geld” (“El experimento Sterntaler – mi vida sin dinero”) El libro está traducido al italiano, español, japonés y surcoreano.

“Todos Somos Iguales”

Ahora, sin dinero, su vida es mucho más sencilla. “Doy lo que quiero dar y me dan lo que necesito”, ha confesado en una entrevista a la web de la cadena de televisión británica BBC. Gracias al trueque cubre sus necesidades más básicas sin someterse “al poder del dinero” y al “tanto tienes, tanto vales”.

Heidemarie Schwermer no pretende cambiar el mundo, sino demostrar a la gente que existen formas de vivir distintas a las convencionales, aunque no exentas de dificultades.

Mi actividad, que tiene como misión llamar la atención sobre la injusticia, es mi vocación.

Heidemarie Schwermer con su maleta viviendo sin dinero

El pilar básico de su filosofía es que todos somos iguales, igual de importantes. De ahí la importancia del intercambio como forma de pago en esta nueva vida lejos de bancos, hipotecas y deudas:

“Todos sabemos hacer algo, y siempre hay algo que necesitemos a cambio. No es necesario hacer algo que te gusta sólo por ganar dinero y gastarlo en cosas que no necesitas”.

Conoce más sobre Heidemarie Schwermer en su Web: http://livingwithoutmoney.org/ donde puedes encontrar más información sobre sus pensamientos, su vida y su experiencia de vivir sin dinero. También puedes descargar su segundo libro (en alemán) de forma gratuita.

Resposta  Missatge 7 de 7 del tema 
De: GILDA08 Enviat: 13/11/2013 19:08
Qué rico ver la experiencia de esta mujer. Es obvio que tiene la energia y la salud necesarias para no necesitar de otra cosa que su buena salud y el tener la capacidad de HACER TRUEQUE con sus conocimientos y su trabajo... a cambio de lo poco que realmente se necesita para vivir.

Gracias por compartir.



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