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Peliculas: “El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos”
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: kuki  (Mensaje original) Enviado: 07/01/2015 02:37

 

Aunque la película entretiene y su inicio resulta magnífico, no convence tanto en su tramo final, el que precisamente tendría que ser más sólido. Una suma de pequeños detalles provocan que su calidad sea inferior a la de sus antecesoras.

Soy un gran defensor de “El hobbit: Un viaje inesperado” y de “El hobbit: La desolación de Smaug”  Sendos títulos me parecen un divertimento ejemplar y, al igual que la novela en la que se basan, resultan más ligeros que “El Señor de los Anillos”. Sin embargo, tienen su personalidad, presentándonos nuevos personajes y vistosos lugares de la Tierra Media que nunca antes habíamos visitado en el cine. Algo semejante sucede en “El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos” (ver tráiler y escenas), filme que se disfruta de principio a fin pero que, bajo mi punto de vista, no posee tanta calidad como las dos primeras entregas de la trilogía. El arranque de la cinta es fabuloso. Así, Smaug lanza su venganza contra Ciudad del Lago, destruyendo todo lo que encuentra a su paso y segando la vida de hombres, mujeres y niños. Al mismo tiempo, la historia se centra en la avaricia que se adueña de Thorin, pues no está dispuesto a compartir las riquezas que se ocultan en la guarida del dragón (muchas de ellas ni siquiera pertenecen a los enanos). La película refleja a la perfección la disputa entre las distintas razas que ansían hacerse con el botín, aunque ello signifique iniciar una contienda. Además, las referencias a Sauron funcionan y se convierten en atinados guiños a lo que está por venir.

"El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos"

¿Qué es lo que provoca, pues, que mi opinión sobre la conclusión de esta trilogía no sea tan buena en relación con sus antecesoras? Son varias cosas, pequeños detalles que hacen que mengüe la calidad general del filme. Empezaré hablando de la historia de amor entre Tauriel y Kili. Evangeline Lilly y Aidan Turner se esmeran en su interpretación, pero, por desgracia, no funciona. A todo ello hay que añadir la relevancia que se le da a Alfrid, la mano derecha del gobernador de Esgaroth. Se trata de un personaje inventado cuyo peso en la narración podría haber recaído en este último. Sus escenas cómicas no resultan convincentes. Por último, el conflicto que da título a la película carece del vigor que sí hallábamos en las contiendas de “El Señor de los Anillos”. El director, Peter Jackson, parece percatarse de que sería un error imitar lo que ya hizo en el pasado, de ahí que incluya refriegas cuerpo a cuerpo entre varios de los protagonistas. A éstas les falta un toque especial para mantenernos en vilo en nuestros asientos, por no mencionar que algunas se tornan demasiado exageradas (es lo que acontece con Legolas, cuyas escenas de acción nos hacen creer que estamos presenciando un videojuego). Ah, y sorprende comprobar cómo cantan ciertos efectos visuales del largometraje.

"El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos"

En cuanto al reparto, poco hay que decir con respecto a lo que vimos en las dos primeras entregas de la trilogía. Ian McKellen, Martin Freeman y Richard Armitage llevan a cabo un buen trabajo en los papeles de, respectivamente, Gandalf, Bilbo y Thorin (obviamente, el último de ellos es quien se luce más, dado el cambio que se produce en la personalidad del enano). Luke Evans vuelve a brillar como Bardo, mientras que Lee Pace dispone de tiempo para mostrarnos el lado más inquietante de Thranduil. En cuanto a los cameos de viejos conocidos de la saga, sólo puedo decir que me encantaron. Su presencia es necesaria, porque, a fin de cuentas, “El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos” es el fin, el fin de un comienzo…

Joaquín R. Fernández
La Butaca



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: kuki Enviado: 07/01/2015 02:39

“La Desolación de Smaug” puso de relieve todo lo malo que tuvo la segunda incursión de Peter Jackson en Tierra Media, después del débil tono que tuvo “Un viaje inesperado”. Ahora estrena esta criatura un poco más centrada, con una maravillosa actuación de Martin Freeman en el papel de Bilbo, que lo coloca en el frente y centro de la acción. Se le ve como un personaje que está ante un verdadero peligro, y no como había estado previamente, perdido entre un número de indistinguibles personalidades proyectadas en unas visualmente impresionantes imágenes generadas por computadora, pero sin ningún atractivo.

Esta película, también viene envuelta en un tono sombrío, y con la sensación de muerte inminente que había servido muy bien a la trilogía original de “El Señor de los Anillos”, y con esa presencia maligna identificada en forma de dragón en la interpretación de Benedict Cumberbatch. El suspenso nos había prometido mucho, y con un título como “La Batalla de los Cinco Ejércitos” que sugiere una profunda contienda entre líderes rivales, las expectativas eran tan altas como el mismísimo Monte del Destino.

Anteriormente en “El Hobbit...Laketown estuvo a punto de ser diezmada por Smaug; mientras que Bilbo (Freeman) y los Enanos desde la cima de la montaña brumosa, en las puertas del Reino de los Enanos de Eribor, lidiaban con las consecuencias de anteriores actos, y además de todo eso, el Escudo de Roble de Thorin, estaba siendo consumido por la codicia del oro debajo de la montaña y por el poder que este promete.

Luego, cuando la situación se sosiega, varias facciones se reúnen fuera de las puertas para hacerle un pedido al destino. Bardo el Arquero (Luke Evans), aguarda una compensación para que los sobrevivientes de Laketown puedan reconstruir sus hogares; Thranduil (Lee Pace) y su ejército Elfo, desean lo que creen que les pertenece por derecho; mientras que al mismo tiempo un ejército de Orcos marcha hacia el campo de batalla con la intención de ganar terreno táctico durante las etapas embrionarias de la guerra de los anillos. Luego de la segunda, viene la tercera ronda.

La más recortada de las adaptaciones de Jackson sobre Tolkien, con unos relativamente breves 144 minutos, es también la menos lograda. Eso no quiere decir que no mantenga esa capacidad única de conectar nuestra imaginación con la suya. Hay momentos únicos aquí, que pueden competir con la Comunidad del Anillo, como ocurre con la muerte de Smaug, ese momento, demasiado breve compartido entre Gandalf y Galadriel, o esa imagen en la que Gandalf enciende su pipa luego de una batalla, que nos muestra por qué la elección de Ian McKellen fue tan perfecta para este papel.

Es muy importante destacar que son los pequeños momentos los que más resonancia alcanzan, porque los Ejércitos se toman demasiado tiempo para causar esa impresión indeleble en términos de espectáculo. El final del ataque de Smaug resultó tan incoherente y precipitado, que socava el brillo que tuvo el final de la Desolación. Es como si los realizadores hubieran decidido que el dragón ya había cumplido su propósito de proveer un momento de acción en la parte 2, y entonces pareció como que no podían esperar para trasladar la historia a otro terreno, o sea hacia la batalla.

En cuanto a dicho enfrentamiento, resultó ser más parecido a un grupo de desaforados peleándose afuera de una tienda de joyas baratas por ese último collar de bajo presupuesto: no tiene ningún asidero en la trama, y no sirve para conectarlo con las otras batallas de la serie.

Esto podría deberse, a que la película carece de un enemigo que represente una amenaza y sirva como impulso narrativo; Sauron (El Nigromante) es enviado muy tempranamente hacia Mordor, abandonando a Azog durante su regreso; su ejército es un derroche de imágenes generadas por computadora; y la tediosa locura del rey Thorin mostrado como el peligro de la película, simplemente no son lo suficientemente eficaces.

En esta entrega de la serie, “La Batalla de los Cinco Ejércitos” comienza a sentirse más en sintonía con el mundo de Tolkien creado por Jackson, cuando las tramas empiezan a entretejerse con la trilogía original, y en tal sentido, los 40 minutos finales resultan espectaculares para complacer a los fanáticos. Aquí es donde los latidos emocionales entran en juego, con un guion lanzándose a hacer algunos giros sorprendentes, y también algunos grandes guiños a personajes que llegamos a amar en El Señor de los Anillos, junto a algunos aislados memorables momentos.

Tratándose de una serie de películas que aunque han tenido tantos altibajos similares al terreno montañoso por el que transitan, guardan una constante a lo largo de ellas: Martin Freeman. Su actuación ha sido su latido del corazón, así que cada vez que lo dejan de lado, algo que en las películas de “El Señor de los Anillos” rara vez hicieron con Frodo (Sam), allí pierde su atractivo, con la esperanza entonces de que quedes satisfecho con el espectáculo en sí, o con las idas y venidas de los personajes periféricos.

Para ser el final de una serie de películas épicas, “La Batalla de los Cinco Ejércitos” puede no haber estado a la altura, en cuanto al meollo de la película, pero es exitosa en el aspecto del regreso, con un muy efectivo, emocionalmente hablando, final.

“El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos”
Dirección: Peter Jackson
Reparto: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage
Duración: 2 horas, 24 minutos
Fecha de lanzamiento: 12 de diciembre (Reino Unido), 17 de diciembre (EE.UU.)
Matthew Rodgers
La Gran Época


 
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