Y tanto , estamos teniendo un verano horrible (supongo que Mª Jose ande con el abanico en la mano, pero aquí en Santander vemos el sol una hora todos los días y a veces ni eso ). Hoy amaneció un día precioso, soleado y caluroso, yo fuí a la playa a primera hora y ya estaba la playa llena (supongo que la gente tiene mucha necesidad de ver el sol y madrugaron más que yo), volví de la playa congestionada, algo quemada por el sol y muy, muy satisfecha de haber recibido una dosis de rayos UVA por fin. Me he echado una siesta y cuando he despertado...  llovía a cántaros, el cielo negro, tan negro que he tenido que encender la luz de casa a las cinco de la tarde para poder leer. Se me hace surrealista pensar que hace apenas 4 horas yo estaba en el Caribe, calentita, oyendo el rumor de las olas, sintiendo la arena blanca entre los dedos...

 

Al menos, algo bueno ha salido de esto, tengo a mi lado a Toffe y a Lince muy achuchados al lado mío, se conoce que sienten más que yo la bajada de la temperatura, porque estos dos no se juntan ni para comer. Os dejo la primicia:

 

 

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