MANIFESTACIONES POSIBLES CUANDO SE ENTRA EN LA PSOTURA DE NUTRICIÓN
ENERGETICA
Aclaraciones sobre lo que suele pasar cuando se comienza a practicar el
CHI KUNG, y se entra en la postura que permite la nutrición energética y
la circulación de la energía.
Es bueno tener claro que estar distendido, no es lo mismo que
adormecido, el espíritu ha de estar distendido pero alerta..
La sonrisa interior se refleja a veces en el rostro como una ligera
distensión en los labios, muy diferente a una sonrisa boba.
La serenidad es diferente a blandura empapada de conformismo, porque el
espíritu permanece alerta y contempla con lucidez lo que ocurre. Si bien
se está ‘bañado’, sumergido en chi, en energía, permanece testigo y
vigilante, por eso a ese estado se lo llama ‘yi shou’ que podemos
traducir por ‘voluntad preservada’, o determinación, firmeza, que es un
estado diferente a nuestro voluntarismo o rigidez: ‘tengo que…’.
A medida en que se logra la postura correcta, vamos haciendo, realmente
CHI KUNG, (a diferencia de gimnasia), irán apareciendo sensaciones que
marcan el despertar de la nutrición y de la circulación energética:
pesadez o ligereza, frío o calor, picores, hormigueos, vibraciones,
sensación de ingravidez o de pérdida de equilibrio, dolores, ruidos en
las articulaciones, ganas de bostezar, de orinar, algunas personas por
un tiempo suelen tener deposiciones con un fuerte olor nauseabundo,
algunas diarreas, náuseas, etc.
En general esto suele pasar si seguimos practicando, consultamos con la
persona que nos dirige o entrena, para diferenciar lo que es producido
por la entrada y el flujo energético, es decir curativo y no correr a
tomar analgésicos, intoxicándonos más aún. Todas estas expresiones son
señales de que nos estamos desintoxicando, distendiendo, y tomando la
guía de nuestro cuerpo y energía por medio de nuestro espíritu. Por eso
decimos siempre cuando damos las clases que cualquier sensación que se
vive como muy intensa y que no cambia de lugar o desaparece, nos
recogemos en la raíz (tan-tien), dejando de hacer el trabajo. Nos
relajamos o distendemos y retomamos.
Los estudios que se han hecho y se siguen haciendo, desde la Medicina
Tradicional China y nuestra Neurología, Traumatología, Endocrinología, y
la moderna Psiconeuroendocrinoinmunología, (que en nuestro país es
apenas una materia y en otros lados ya es toda una carrera de postgrado)
nos permite poder aclarar qué hace en nuestro cuerpo y cerebro cada uno
de los movimientos que vamos haciendo, y a algunos nos ayuda a
comprender cómo alivia las úlceras, hipertensiones, artrosis, gastritis,
afecciones cardiológicas, hernias de disco, pinzamientos de discos
intervertebrales, hernias el estómago, en la válvula mitral del corazón,
arritmias, extrasístoles, ataques de pánico, taquicardias,
bradicardias, etc.
Es bueno diferenciar entre el estado de serenidad logrado a través de la
práctica del chi kung, del estado de trance inducido por ciertas
músicas, drogas, o danzas, o por la influencia de otra persona. En el
caso del trance uno se abandona, perdiendo la conciencia de los propios
actos, en el caso de la práctica del CHI KUNG, somos nosotros quienes
guiamos la energía, recogiéndonos en la raíz cuando se produce cualquier
exceso, es estar entregados pero lúcidos, atentos, permaneciendo en
nuestro ‘centro’ eje.
Cada movimiento abre canales, fortalece órganos, armoniza las emociones,
energías, nutre nuestro cuerpo y espíritu, y desde esa apertura de los
meridianos internos de energía, más la nutrición energética del cielo y
de la tierra, nos ayuda a poder observar nuestro verdadero yo y
conocernos.
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