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Ciencia y Cosmos: De la Luna... ¿a dónde?
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De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 30/05/2010 16:32
De la Luna... ¿a dónde?

"LA LUNA es solo la primera piedra miliaria del camino a las estrellas. . . . las puertas del cielo se están abriendo ahora." Así se expresó el autor británico Arthur C. Clarke en cuanto al viaje del hombre a la Luna.

Unos titulares del Times de Nueva York declararon: "Johnson dice que la hazaña muestra que 'podemos hacer cualquier cosa.'" El periódico añadió: "Para el ex-presidente Lyndon B. Johnson, el aterrizaje de éxito en la Luna significa que los Estados Unidos 'pueden hacer cualquier cosa que haya que hacer.'"

En consecuencia, después de la caminata de los astronautas en la Luna muchos dicen ahora, de hecho: 'Si la ciencia puede llegar a la Luna, no hay nada que no pueda efectuar. Todo el universo le pertenece ahora al hombre.'

Sin embargo, algunos expresan desencanto. Un oficinista de Chicago dijo: "Creo que es un desperdicio de dinero. Hay pobreza en todo lugar, y no obstante gastamos miles de millones de dólares en ir a la Luna." Un ama de casa de Atlanta comentó francamente: "Todo eso es un montón de tonterías."

La caminata del hombre en la Luna es un logro tecnológico asombroso. De eso no puede haber duda. Sin embargo, hay ciertas preguntas serias que tienen que hacerse ahora: ¿Está realmente el hombre "camino a las estrellas"? ¿Se le están abriendo las mismísimas "puertas del cielo"? ¿Pueden los hombres "hacer cualquier cosa" que quieran? Y, ¿cómo se relacionan tales hazañas de la ciencia con nuestra vida cotidiana aquí en la Tierra?

Lo que se requiere

Antes de comenzar a planear sus primeras vacaciones en la Luna, sería bueno ver qué es exactamente lo que envuelve tal travesía.

Entre otras cosas, cada lanzamiento espacial semejante envuelve un gasto fantástico de mano de obra y dinero. En su punto máximo de 1966, el programa lunar Apolo envolvió a unas 400.000 personas, 120 universidades y laboratorios y 20.000 empresas industriales. Tan solo en ese año, su presupuesto fue de 5.900 millones de dólares.

Los cohetes Saturno y "naves espaciales" adheridas a ellos son enormemente complicados. El vehículo Apolo-Saturno que llevó a los astronautas a la Luna medía 111 metros de altura y 10 metros de ancho. ¡Pesaba 3.200 toneladas y estaba compuesto de más de quince millones de partes!

Antes de que se apruebe un vehículo Apolo para un vuelo, tiene que ser probado y examinado cabalmente. Esto requiere aproximadamente cuatro meses. En el proceso, se examinan aproximadamente 25.000 páginas de procedimientos con cuidado esmerado. Igualmente esmerado es el entrenamiento largo y severo que se da a los astronautas.

Todo esto resulta en un costo de operación sumamente elevado. Se dice que el costo de enviar cargas comerciales a la Luna ahora llega a 22.187 dólares por libra (453,6 gramos). Es obvio que tan enormes gastos de mano de obra, tiempo, dinero y entrenamiento no se harán simplemente para llevarlo a uno a unas vacaciones en la Luna.

No obstante, este gigantesco esfuerzo solo envuelve el ir al vecino más cercano de la Tierra, la Luna. ¿Qué está envuelto en ir más lejos?

Explorando el sistema solar

¡La verdad es que en comparación con el espacio universal, el hecho de que el hombre haya ido a la Luna prácticamente equivale a no haber ido a ningún lado! Esto se puede discernir cuando consideramos el siguiente blanco al que se apunta para una travesía espacial tripulada... el planeta Marte. Tocante a esto, un miembro de un grupo consejero nombrado por el gobierno estadounidense para recomendar las metas espaciales de esa nación durante los años 1970 dijo:

"La Luna está en nuestro patio de atrás. . . . Pero cualquier otra cosa va a ser 100 veces más lejos. El siguiente paso a un planeta es tan enorme en términos de energía y tiempo que representa un enorme problema de aguante humano, ingeniosidad, navegación y comunicaciones. . . . Uno tiene una brecha tan enorme entre la Luna y Marte que Marte simplemente no es imaginable."

La Luna está a un promedio de aproximadamente 383.000 kilómetros de la Tierra. Marte no se acerca a menos de aproximadamente 54.700.000 kilómetros, y está a un promedio de casi 80.000.000 de kilómetros de distancia. ¡De modo que Marte está de 150 a 200 veces más lejos de la Tierra que la Luna!

Cálculos del tiempo que se necesitaría para una travesía tripulada a ese planeta varían. Dijo U.S. News & World Report: "Funcionarios espaciales dicen que una misión para hacer que unos hombres aterrizaran en Marte llevaría unos tres años... un año para llegar allí, un año para aterrizar en el planeta y buscar vida, y un año para regresar a la Tierra." La World Book Encyclopedia declara: "Un viaje de ida y vuelta a Marte podría hacerse en aproximadamente 17 meses." Sin embargo, con un cohete más poderoso, un cálculo es que el viaje de ida y vuelta se podría hacer en aproximadamente 400 días.

Prescindiendo de cuál cálculo esté correcto, es obvio que se tendría que emplear aproximadamente un año haciendo el viaje. Y, ¿el costo? Los cálculos van de 50.000 millones de dólares a más del doble de esa cantidad.

Durante tal viaje los problemas de atender a los astronautas llegarían a ser abrumadores. Piense en lo que se requeriría para almacenar suficiente alimento para todo ese tiempo. Luego hay los problemas de librarse de los desperdicios humanos, el poco espacio dentro de la nave y el efecto de la ingravidez prolongada. Todas estas cosas, y más, son problemas serios aun ahora cuando los astronautas están en el espacio solo unas cuantas semanas.

También se ha sugerido que se podrían establecer estaciones en un planeta tras otro, hasta que se alcanzara el planeta más lejano de nuestro sistema solar (el Sol y sus planetas). ¡Pero ese planeta más lejano, Plutón, está más de 15.000 veces más lejos de la Tierra que la Luna! Si el ir a Marte envuelve las tremendas complejidades ya mencionadas, imagínese lo que se necesitaría para que una nave espacial tripulada llegara a Plutón.

¿En camino a las estrellas?

No obstante, estos problemas colosales se vuelven insignificantes cuando consideramos lo que se necesitaría para ir más allá de nuestro sistema solar "a las estrellas."

Aparte de nuestro Sol, la estrella más cercana a la Tierra se llama Próxima Centauri. ¿A qué distancia está de nuestra Tierra? ¡Está más de 100.000.000 (sí, 100 millones) de veces más lejos que la Luna!

Próxima Centauri está a aproximadamente 40.000.000.000.000 (40 billones) de kilómetros de la Tierra. Los más poderosos cohetes de la actualidad viajan a aproximadamente 40.000 kilómetros por hora. Aun si pudiera conservarse esa velocidad durante todo el viaje, se necesitarían casi 115.000 AÑOS para llegar a Próxima Centauri... ¡solo de ida! Y ésa es la estrella más cercana a nuestro sistema solar.

Sin embargo, ¿podrían los científicos acelerar la velocidad del cohete? Digamos que fuera posible impeler ese cohete aun a la velocidad de la luz, la velocidad más alta que conocen los científicos. Esa velocidad es de unos 300.000 kilómetros POR SEGUNDO, comparada con los 11 kilómetros por segundo de los más poderosos cohetes de la actualidad. Aun a la velocidad de la luz, un viaje de ida y vuelta a Próxima Centauri requeriría casi nueve años.

¡Pero para viajar a la velocidad de la luz ese cohete tendría que ser 26.000 veces más poderoso que el cohete Saturno 5 que llevó a los hombres a la Luna!

No obstante, Próxima Centauri es una vecina cercana en lo que toca a estrellas. De nuestra galaxia, que se llama la Vía Láctea, se dice que contiene aproximadamente 100.000.000.000 de estrellas. ¿Qué distancia hay entre un extremo de nuestra galaxia y el otro? ¡Hay tanta que si los científicos pudieran hacer que un cohete viajara a la velocidad de la luz se necesitarían 100.000 años para efectuar un viaje DE IDA solamente a través de nuestra galaxia!

Sin embargo, recuerde que el universo no se compone solo de nuestra galaxia la Vía Láctea. La Vía Láctea solo es una de quizás miles de millones de galaxias en el universo. De modo que simplemente para empezar a explorar el universo, el hombre tendría que salir de su galaxia y viajar a la siguiente. ¡Pero la distancia desde nuestra galaxia a una de sus vecinas más cercanas, la galaxia Andrómeda, es tan grande que se necesitarían unos 2.000.000 de años de viajar a la velocidad de la luz para llegar allí!

No, el hombre no está por explorar el universo en la vida de 70 a 80 años de usted. La verdad sencilla es que tal jactancia es insensatez crasa.

¿Qué hallaría usted?

Aun si usted pudiera pasar unas vacaciones en la Luna, o Marte, o algún otro planeta, ¿qué hallaría?

Es verdad, la Luna parece muy atractiva cuando pende en el cielo nocturno despejado, reflejando su luz plateada. Pero una inspección más de cerca revela la realidad tal como es. Para empezar, no hay oxígeno, no hay atmósfera como la conocemos, en la superficie lunar. Usted tendría que llevar consigo todo su abastecimiento de aire.

Puesto que no hay aire, no hay ningún medio por el cual viaje el sonido, pues el sonido se oye por las vibraciones del aire que dan en los oídos de una persona. Por lo tanto, en la Luna todo es silencio. Un aerolito podría estrellarse en su superficie, rebotar y estrellarse de nuevo, hacerse añicos y esparcir su cascajo pedregoso sin siquiera un susurro. Ni siquiera los humanos se pueden hablar unos a otros de la manera normal, sino que tienen que usar la radio para comunicarse, o comunicarse por dactilología.

Las temperaturas lunares ofrecen otro gran problema. En el lado de la Luna iluminado por el Sol las cosas se ponen realmente calientes... a 115,6 grados centígrados. Eso basta para hacer que la sangre del hombre literalmente hierva. En el otro lado de la Luna las cosas realmente se ponen frías... a 121,1 grados centígrados bajo cero. Y el agua se congela solo a 0 grados centígrados.

Pero, bueno, no hay agua en la superficie de la Luna. Esto significa que usted tendría que llevar con usted todo su abastecimiento de agua. ¿Y qué hay del alimento? También tendría que llevar eso. El paisaje lleno de cráteres de la Luna no contiene ninguna vegetación que uno pudiera usar para alimento.

¿Qué hay de los planetas más cercanos a la Tierra, Marte y Venus? De ellos, Scientific American de marzo de 1969 dijo:

"En las atmósferas tanto de Marte como de Venus el componente principal es anhídrido carbónico. . . . El oxígeno libre es raro y es posible que esté virtualmente ausente; . . . ¿Qué hay del agua, que tanto abunda en la Tierra? Si la Tierra fuese tan caliente como Venus, los océanos se evaporarían, . . . En la atmósfera de Marte el vapor de agua es escasamente detectable."

Los otros planetas de nuestro sistema solar son aun más inhospitalarios. De modo que aparte de ser objetos de curiosidad científica, la Luna y otros planetas de nuestro sistema solar son totalmente inapropiados para la vida humana.

También, cualquier falla de los millones de partes de su nave espacial, o de su traje espacial, le costaría a usted la vida. Su cápsula podría ser golpeada por un meteoro. Y en los viajes fuera de la atmósfera y el campo magnético protectores de la Tierra, hay el problema de la radiación que resulta de las llamaradas del Sol. Parte de esta radiación está en forma de rayos cósmicos, que son particularmente mortíferos. No hay modo de predecir estas llamaradas solares. Mientras más largo sea el viaje, mayor el peligro de ser atrapado por una de ellas.

¿Uso prudente de los recursos?

Aunque el viaje espacial a los planetas y estrellas fuese práctico y seguro, ¿es prudente ahora? ¿Es prudente gastar tanto tiempo, energía y dinero en proyectos espaciales cuando en la Tierra la sociedad se está desintegrando?

Por ejemplo, si usted vive en alguna ciudad grande, pregúntese: ¿Le ayudó a usted la caminata en la Luna a hacer posible que usted camine por las calles después del anochecer libre del temor de los asaltantes, ladrones o violadores?

Si usted es una persona pobre, ¿le ha ayudado a usted alguna de las aventuras espaciales a proveerle ropa, alimento, alojamiento decente o educación?

Si usted está enfermo, ¿le suministró algunos beneficios médicos el esfuerzo de colocar hombres en el espacio? ¿Ha ayudado esto a prolongar la vida, curar el cáncer, aliviar las enfermedades del corazón?

El proyecto lunar le costó a los Estados Unidos 24.000.000.000 de dólares. Con eso se pudieran haber construido 2.400.000 casas con un costo de 10.000 dólares cada una, que en la mayoría de los países serían lujosas. ¿Cree usted que 2.400.000 familias pobres están más felices con la caminata en la Luna, o se habrían sentido más felices mudándose de sus barrios bajos infestados de ratas y cucarachas a una casa bonita?

Newsweek del 7 de julio de 1969 comentó: "La misión del lanzamiento del Apolo 11 . . . le hace recordar al hombre cuán tristemente ha fallado en cuanto a poner en orden otras misiones... en Vietnam, en las ciudades, en los ghettos, en la calidad del medio natural, en los terrenos universitarios y en los suburbios desatendidos."

Es por eso que el filósofo Lewis Mumford llamó al proyecto espacial una "perversión colosal de energía, pensamiento y otros preciosos recursos humanos." Agregó: "Cualquier kilómetro cuadrado de tierra habitada tiene más significado para el futuro del hombre que todos los planetas de nuestro sistema solar." También dijo: "La exploración espacial, avaluada positivamente, solo es un esfuerzo complejamente refinado para escaparse de las realidades humanas, promovido por mentes de la era de las pirámides, utilizando nuestra tecnología avanzada de la era nuclear, para realizar sus fantasías aún adolescentes -o más correctamente infantiles- de ejercer poder absoluto sobre la naturaleza y la humanidad."

No se extravíe

Han de encomiarse los esfuerzos de la ciencia verdadera. Estos han resultado en un entendimiento mejor de nuestra Tierra y han ayudado a producir muchas cosas que han sido útiles para la humanidad.

Pero la ciencia también es grandemente responsable de poner en peligro a la entera familia humana a causa de sus inventos. Sus armas de fuego, aviones, tanques, bombas nucleares y otros artefactos ya han matado a decenas de millones de personas en nuestra generación. Sus sustancias químicas ahora contaminan el aire que inhalamos, el agua que bebemos y la tierra que produce nuestro alimento.

No se deje extraviar por promesas de lo que la ciencia va a hacer para la humanidad en el futuro. Aun si las promesas de los científicos se pudieran cumplir, ese futuro estaría tan lejos que usted no viviría lo suficiente para verlo. Realmente, la verdad es como la expresó el profesor H. S. Commager, del Colegio Amherst, en Saturday Review:

"Al fin de una generación de adelanto sin paralelo en la ciencia y en la tecnología, la humanidad descubrió que el hambre estaba más esparcida, la violencia era más despiadada y la vida más insegura que en cualquier tiempo del siglo."

Realmente, los alardes de que por medio de la ciencia la humanidad ahora puede "hacer cualquier cosa," de que "las puertas del cielo se están abriendo ahora" se parecen mucho a los alardes que hicieron los antiguos edificadores de la Torre de Babel que dijeron: "¡Vamos! Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre célebre." (Gén. 11:4) Sin embargo, esos edificadores no estaban trabajando para el bien de la gente común, sino para conservar su poder y prestigio prescindiendo del precio que tuviese que pagar la gente común. Dios desaprobó sus planes egoístas y actuó contra ellos.

Lo que muestra la evidencia

Antes de la caminata en la Luna, algunos científicos estaban emocionados por la perspectiva de analizar las piedras que se traerían de allá a la Tierra. Pero las piedras resultaron ser una desilusión en particular para ellos porque no contenían ninguna señal de vida, pasada o presente.

A medida que se acumula más evidencia, todo muestra que la Luna y otros planetas se hallan sin vida y son totalmente inapropiados para la vida humana. La Tierra, más que nunca, resalta como una joya, pues solo ella puede sostener la vida.

En julio, Michael Collins, el astronauta que permaneció en la nave de mando mientras sus dos compañeros descendían a la Luna, dijo:

"Pensé en el planeta Tierra y en lo magnífico que es como lugar donde vivir, . . . Pensé en lo hermoso que sería regresar al planeta Tierra, y ver agua azul más bien que este mundo totalmente estéril y vacío [la Luna] alrededor del cual yo daba vueltas. . . . Somos sumamente afortunados con simplemente tener el aire para inhalarlo y el océano para recogerlo con manos acopadas y derramarlo sobre nuestras cabezas."

También, el Times de Nueva York del 16 de septiembre de 1969 comentó en un editorial que "la desolación sin vida de las superficies de la Luna y Marte recalcan más que nunca lo maravilloso que es y lo poco que entiende la ciencia por qué es que la Tierra . . es tan singularmente verde, vibrante y rebosante de vida."

La ciencia quizás no lo entienda, pero la persona humilde y temerosa de Dios sí lo entiende. Ella cree lo que dice Isaías 45:18: "Esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada."

Personas humildes en todas partes dan gracias a Jehová por crear esta maravillosa Tierra como hogar para el hombre y por darnos el pan de la vida. Comprenden que aunque el enviar hombres a la Luna es un logro grande, es infinitamente mayor el que el Creador haya puesto en órbita la enorme "nave espacial" Tierra y la haya diseñado tan maravillosamente para sostener tan interesante variedad de vida, suministrando aire, agua y alimento para sostenerlo todo.

Muchos científicos harían bien en aprender un poco de humildad y reconocer esto. Harían bien en reconocer que están endeudados a Dios desde otro punto de vista también, porque si no hubiera sido por las leyes físicas exactas del universo que Dios puso en movimiento, los científicos jamás habrían podido colocar al hombre en la Luna.

Consideración mucho mayor

Hay otra poderosa razón por la cual las promesas de la ciencia para el futuro no deben distraer a uno. La Palabra de Dios revela claramente que la ciencia definidamente no determinará el futuro del hombre ni de este planeta. ¿Por qué no? Porque ese futuro ya ha sido decidido... por Jehová Dios.

Toda la evidencia en cumplimiento de la profecía bíblica muestra que es 'tiempo de cierre' para esta generación inicua. Jehová ha decretado que su límite de tiempo casi se ha acabado, que este sistema de régimen humano que ha causado tanta aflicción será removido a la fuerza de esta Tierra. (Dan. 2:44) Como dice la Biblia: "El mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre."-1 Juan 2:17.

Nada -ni caminatas en la Luna, ni un viaje a Marte ni cualquier otra cosa- puede detener la acción que Dios emprenderá en el futuro cercano. "Son muchos los planes que hay en el corazón del hombre, pero el consejo de Jehová es lo que subsistirá."-Pro. 19:21.

Las personas que verdaderamente aman la vida en esta Tierra y quieren 'permanecer para siempre' en ella se apresurarán a adquirir conocimiento del Creador, Jehová Dios, puesto que Él es quien determinará el futuro de ellas. Él determinará quiénes morirán al fin de este sistema, y quiénes sobrevivirán para entrar en un nuevo orden de cosas bajo la administración de Dios. Ese nuevo orden estará libre de las guerras, el crimen, la pobreza, la infelicidad y los desperdicios de los recursos de la Tierra del día presente.

Cuando una nave se está hundiendo, lo que es sabio hacer es esforzarse por sobrevivir, no distraerse por las maravillas tecnológicas de la nave. Este sistema de cosas se está hundiendo. La persona sabia obrará como dice la Palabra de Dios en Sofonías 2:3: "Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová."

Entonces, en el nuevo orden de Dios, esperaremos que el Creador del cielo y la Tierra nos informe en cuanto a su propósito para estos otros cuerpos del espacio.

[Ilustración de la página 5]
El vuelo del hombre a la Luna prácticamente no ha sido a ninguna parte del espacio universal. La estrella más cercana está 100 millones de veces más lejos que la Luna

LUNA
TIERRA
MARTE
MÁS DE 150 VECES MÁS LEJOS QUE LA LUNA

PLUTÓN
MÁS DE 15.000 VECES MÁS LEJOS QUE LA LUNA
PRÓXIMA CENTAURI:
MÁS DE 100 MILLONES DE VECES MÁS LEJOS QUE LA LUNA



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