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Budismo: LA PROPIA NATURALEZA
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 04/06/2010 22:12

Con una lluvia de monedas de oro puedan apaciguarse los deseos sensuales, pues son insaciables, efímeros y engendran el dolor;

Sabiendo esto, el sabio, ni siquiera halla deleite en los placeres celestiales.

El discípulo del Perfecto Despierto sólo se regocija extinguiendo los deseos.


Las raíces del Buddhismo vienen claramente de la gran Religión Hinduismo de
la India, y el gran sabio Buddha nació en ese ámbito. Sus
primeros maestros fueron Hindúes. Es importante entender su
Vida y Enseñanzas con referencia a su tiempo y no al
nuestro.


NO BUSCAR REFUGIO EN NADA SINO EN SÍ MISMO

"He enseñado el Dhamma sin hacer distinción alguna entre la doctrina exotérica y la esotérica; pues por respeto a la norma,
Ananda, el Tathagata no tiene tal cosa como un puño cerrado
para aquellos maestros que retienen ciertas cosas. ¡Sed
islas vosotros mismos, Ananda!


Sed un refugio para vosotros mismos;
no toméis otro refugio. Ved la verdad como una isla, ved la
verdad como un refugio. No buscad refugio en nadie sino en
vosotros mismos."


 

"¿Y cómo, Ananda, ha de ser un Bhikkhu una isla dentro de sí mismo, un refugio para sí mismo, no tomando para sí ningún otro
refugio, viendo la Verdad como una Isla, viendo la Verdad
como un refugio, no buscando refugio en nadie sino en sí
mismo?

Así, monjes: en cuanto al cuerpo, un Bhikkhu contempla el cuerpo, y el cuerpo permanece alerta,
atento y en posesión de sí, habiendo conquistado el
deseo-apego por las cosas del mundo. (Y similarmente:) en
cuanto a las sensaciones...en cuanto a los estados de
ánimo... en cuanto a las concepciones mentales, un Bhikkhu
contempla cada uno de ellos permaneciendo alerta, atento, y
en posesión de sí, habiendo conquistado el apego del deseo
por las cosas del mundo.

"Y quienquiera, Ananda, ahora o después de mi muerte, sea una isla y un refugio para sí
mismo, y no tome para sí otro refugio, sino que vea la
Verdad como una isla, vea la Verdad como un refugio, no ha
de buscar refugio en nadie sino en sí mismo, y será él,
Ananda, entre mis discípulos, el que alcanzará la otra
Ribera. Pero son ellos mismos quienes han de hacer el
esfuerzo."


 

"¡Basta, Ananda! ¡No lloréis, no os mortifiquéis! ¿Acaso no os he dicho a menudo que está en la misma naturaleza de las cosas el tener que separarse
eventualmente de todo lo que nos toca de cerca y es querido?
Pues, Ananda, ¿puede ser de otra manera? Puesto que todo lo
nacido, evolucionado y organizado contiene dentro de sí los
gérmenes de desintegración, ¿cómo puede ocurrir que un ser
no muera? ¡ninguna otra condición es posible!

Puede ser, Ananda, que algunos de vosotros tengan esta idea: "¡La palabra del Maestro ya no está más, y ahora estamos sin
guía!" Pero, Ananda, es menester que no penséis de esta
manera. El Dhamma y las reglas para la Sangha que os he
expuesto y he establecido para vosotros, una vez que me haya
ido, que sean vuestro maestro.

Esto os digo, Bhikkhus. La decadencia es inherente a todas las cosas condicionadas. Buscad vuestra salvación, con diligencia."



Si el hombre sensato se junta con el Sabio, aunque sea por un instante, captará la verdad como la lengua el sabor de la
sopa.

El Dhammapada

 

Hay seres, en medio del Sufrimiento, con aparente inteligencia, pero lleno de arrogancia, orgullo e
ignorancia que creen que pueden encontrar la verdad sin
la ayuda de un sabio.

Ellos, buscando la verdad escondida por Mara, solo tienen la mente manchada como guía. Rechazan la ayuda de un maestro porque la mente
manchada resiste ser domada.

Esos hombres son fácilmente atrapados por las palabras y frases y nunca pueden ver más allá.

Son como el abogado que ha elegido defenderse a sí mismo. Tiene a un idiota como cliente.

 

Estas son las últimas enseñanzas de Buddha antes de su muerte.

Para ayudar a las personas en el camino, pueden ser las enseñanzas más importantes que puedan recibir, ya que, como hemos dicho, eso no significa que uno pueda
hacer el camino sólo y sin ayuda.
 

 

Muchas veces oigo decir a muchas personas, desilusionadas con la jerarquía religiosa y con ideas
muy fijas, que pueden despertarse e iluminarse por sí
solas, ya que Buddha lo hizo así.

Estas personas tienen una visión muy estrecha de la verdad.

 

PORQUE BUDA TAMBIÉN TUVO MAESTROS

Nuevas fronteras de pensamientos

Nadie que abre nuevas fronteras de pensamientos lo hace sin los beneficios y los impedimentos de la era en la que vive. En la India, durante la época de
Buddha, existía mucho descontento con el sistema Brahmánico,
particularmente en el noroeste, donde los ascéticos
intentaban ir más allá de las escrituras.

Había un nuevo énfasis en el conocimiento trascendental y la renuncia. Fue una era de nuevas sectas: escépticos, atomistas, materialistas, antinomians (contra la ley y las
normas de la sociedad), ajivikas (que proponían la ley
natural del destino), y jaínas (que buscaban maneras de
liberar la esencia del hombre de lo material).

En este ámbito nació Siddharta.


 
Es cierto que cuando era joven, sus estudios eran teóricos y académicos, pero tenía enseñanzas y conocimientos de la meditación suficientes como para entrar
en el primer jhana (nivel), según El Maijjhima Nikaya,
'durante un festival de aradores en la época del laboreo
del primer surco'
.

Suddhodana, su padre, escoltado por sus ministros, efectuaba esta noble tarea campesina mientras el príncipe, Siddharta, estaba cobijando en una tienda, bajo las ramas de
un gran árbol jambu (manzano rosa). Cuando su padre y los
ministros lo encontraron allí, absorto en el primer jhana,
se alegraron y se asombraron, pero Suddhodana estaba muy
preocupado por su futuro.

Buddha recitó este episodio:

La fe es la simiente, la austeridad, la lluvia;
La sabiduría es mi yugo y mi carreta;
La modestia, mi varal; mi espíritu es la correa,
Y estoy atento al arado y a la aguijada...
De este modo es sembrada la simiente
Y de ella saldrá el fruto imperecedero,
Quien tenga esta simiente bien sembrada,
Estará libre de todos los males.

 

Suttanipata

 

Según las leyendas que surgen alrededor del nacimiento de cualquier gran maestro, encontramos el siguiente diálogo entre los padres de Siddharta, la reina Mayadeva y el rey
Suddhodana, antes de su nacimiento:

 

La reina Mayadeva se dirigió a su esposo así:

"En lo sucesivo, quiero abstenerme de causar daño a cualquier ser viviente y llevar una vida casta. Evitaré el robo, la embriaguez y las
conversaciones frívolas. Quiero, Señor, renunciar a toda
palabra áspera, a calumnias y a mentiras. Este es mi
propósito.

No envidaré la felicidad del prójimo, ni haré daño a nadie; mantendré amistad con todos y evitaré con sumo cuidado emitir
opiniones falsas. Quiero, ¡Oh Rey!, vivir acomodándome a las
once reglas morales. Esta resolución me ha atormentado toda
la noche.

Así, pues, ¡Oh Rey!, no alimentéis conmigo deseos de placer sensual. Procurad no ofenderme, porque quiero observar mi voto de castidad."

Y el rey respondió:

"Respetaré todos vuestros deseos. Permaneced tranquila. Vos emprendéis una noble vida. Yo y mi reino os obedeceremos."

Con este diálogo, se nos prepara por un nacimiento milagroso.

 

La concepción y el parto

Entonces, Mayadeva dulcemente dormida en su lecho. vio en sueños esto: "Un elefante blanco como la nieve y la plata, con seis
colmillos, de bellas patas, de soberbia trompa, de cabeza
bermeja, entró en mi seno; era el más hermoso de todos los
elefantes; su andar gracioso, las junturas de su cuerpo
firmes como el diamante. La felicidad que yo sentí, jamás
fue vista, oída ni gustada; de manera que, en un estado
placentero para el cuerpo y de sumo bienestar para el
espíritu, quedé de todo absorta en la contemplación."

Después de este sueño, encontramos a la reina Mayadeva a punto de dar luz a Siddharta.

'El Mahavastu' dice que la reina parió en el éxtasis de alegría y un bienestar perfectos, asió con una mano una rama de un árbol cubierto
de lianas verdes y tiernos botones y así mantuvo en ademán
placentero, hasta que parió al Conquistador. (Era la norma
establecida, dice 'el Dighnikaya', que mientras las demás
mujeres dan a luz sentadas o acostadas, la madre de un
Bodhisattva debe parir de pie.) Así, el nacimiento ocurrió
en una luna llena del mes de Vaisakha.

Después del nacimiento, la alegría se desbordó en el reino de los Sakya. Tras este sorprendente nacimiento, el padre del príncipe, al pasar su nulo papel en la concepción,
podía desbordar de orgullo y esperanza.

Las predicciones

Como de costumbre, el rey reunió a una asamblea de ciento ocho brahmanes, con ocho expertos, para interpretar los varios símbolos del cuerpo. Siete de los
expertos dijeron que el príncipe podría ser un rey universal
o un buddha. El octavo, Kandanna, el más joven, estaba
seguro de que sería un buddha. (Más tarde, Kandanna era
entre sus primeros cinco discípulos.)

Las predicciones se verían confirmadas por el anciano Asita, Kalia Deva, al que avisaron milagrosamente del acontecimiento, en su ermita.
Abandonó las montañas y acudió junto al recién nacido. El
ascético afirmó, "Los grandes
hombres como él no duermen mucho tiempo; los hombres de bien
como él suelen permanecer despertados."

Asita sonrió y también lloró y explicó a los allí presentes que al haber visto al Salvador del Mundo, le había llenado de alegría, pero al pensar que morirá sin haber
escuchado la enseñanza de Buddha, le había llenado de
tristeza.

 

Después de una vida conyugal durante doce años con la joven hija de
un noble Sakya, llamada Gopa adornada con todas las
virtudes, Siddharta no consiguió que de su matrimonio
naciera un joven príncipe.

Sin embargo, en el transcurso del treceavo año, tuvo un hijo de Yasodhara, una hermana de Gopa. Siddharta tuvo dos o quizás tres esposas; por supuesto sin mencionar a las
mujeres de su harén.

Así era la vida del joven príncipe.

Era una vida de lujo y placer lejos del sufrimiento de la humanidad.

 

Ahora vienen los cuatro encuentros importantes en la vida
del joven.

El 'Dighanikaya' cuenta:

"El joven señor Gotama ordenó a su cochero que preparara el carruaje de ceremonia con estas palabras: "Prepara el carruaje, mi buen cochero, y
vamos a pasear por el parque".

"Si, señor", respondió el cochero. Se apresuró a aparejar el carruaje y regresó para anunciarle a Gotama-"El carruaje está listo, señor; a vuestras
órdenes."- Gotama subió entones al carruaje de
ceremonia y se fue al parque."

 

Tras este suceso, el rey se dijo para si: "Es preciso que Gotama no renuncie al poder; hay que evitar que abandone la casa para llevar la vida errante de los religiosos,
es necesario que la predicción de los magos brahmanes no se cumpla."

Así, para evitar que abandone la casa, para evitar que esto sucediera, adoptó sus medidas a fin que el joven príncipe se aficionara todavía más a los placeres
sensuales. Y entonces, Gotama siguió inmerso en el placer de los
sentidos.

Su encuentro con la vejez

Luego, el joven señor encontró en el camino del parque, a un anciano tan torcido como la terminal curvada de un tejado, decrépito, apoyado en un bastón,
tambaleándose al andar, agotado. Al verle, Gotama dijo:

"Buen cochero, ¿qué hizo ese hombre para que sus cabellos y su cuerpo sean diferentes de los de otros hombres?"

"Ese hombre es lo que llamamos un anciano, señor". "Le llaman así, señor, porque no seguirá viviendo mucho tiempo".

"Entonces, mi buen cochero, ¿también yo estoy expuesto a la vejez? ¿no estoy yo fuera de su alcance?"

"Vos, señor, lo mismo que yo, estamos amenazados por la vejez; no nos hallamos fuera de su alcance."

"Está bien, mi buen cochero, ya tengo bastante parque por hoy. Llévame a mis aposentos..."

Su encuentro con la enfermedad

Pasado cierto tiempo, el joven señor mandó a su cochero que preparara el carruaje y salió de nuevo.

Y Gotama, cuando se dirigía al parque, encontró a un hombre enfermo, doliente y débil, tendido en el suelo y
revolcándose en sus excrementos, solo, alimentado y vestido
por almas caritativas. Al verle, Gotama preguntó:

"Ese hombre, mi buen cochero, qué cosa ha cometido, para que sus miradas no sean como las de otros hombres y que su voz sea distinta a la de los demás?"

"Ese hombre, señor, el lo que se llama un enfermo."

"¿Y qué significa un enfermo?"

"Un enfermo, señor, es un hombre que difícilmente podrá recuperar la salud."

"Y yo, mi buen cochero, estoy expuesto también a caer enfermo? ¿No estoy fuera del alcance de la enfermedad?"

"Vos, señor, como yo, estamos expuestos a caer enfermos; no estamos fuera del alcance de la enfermedad."

 

También entones el rey dijo para sí, "He de procurar que Gotama no rechace el poder; hay que evitar que abandone la casa para llevar la vida errante de los religiosos; es preciso
que las predicaciones de los magos brahmanes no se cumplan."

Así, para oponerse a este peligro, tomó sus medidas para que el joven señor se abismara más aún en los placeres de los sentidos. Y Gotama siguió deleitándose en los placeres
sensuales.

Algún tiempo después, el joven señor Gotama salió en su carruaje otra vez. Y yendo hacia el parque, vio una aglomeración de gente, personas vestidas con traje de colores diversos que se
hallaban ocupados en alzar una pira funeraria. Al verlo,
preguntó a su cochero:

"Por qué todas esas gentes vestidas con trajes de diverso colorido se han reunido aquí para alzar esa pira?"

"Es porque alguien, señor, ha terminado sus días."

"Entonces, guía el carruaje hasta cerca de ese que ha terminado sus días."



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Thenard Enviado: 04/06/2010 22:12
Su
encuentro con la muerte


"Sí señor," respondió el cochero y cumplió lo que le ordenaba. Gotama vio el cadáver de aquel que había terminado sus días y preguntó,

"Qué significa, mi buen cochero, eso de terminar sus días?"

"Ello significa, señor, que ni su padre, ni su madre, ni sus otros parientes verán jamás a quien terminó sus días y él tampoco los verá más."

"Y yo estoy también expuesto a la muerte? ¿No estoy fuera del alcance de la muerte? El rey, su esposa y mis otros parientes no me verán más ni yo tampoco a
ellos?"

"Vos, señor, lo mismo que yo, estamos expuestos a la muerte y no estamos fuera de su alcance. Ni el rey, ni nadie os verá más, ni vos tampoco veréis más a
nadie."

"Está bien, mi buen cochero, no siento ya el menor deseo de parque. Condúceme a mis aposentos."





Su encuentro con el solitario



Por último, algún tiempo después, el señor Gotama salió otra vez en su carruaje y de camino hacia el parque, encontró a un hombre con el cráneo
rapado, un solitario que vestía ropa amarilla. Al verle,
preguntó al cochero:

"Ese hombre, mi buen cochero, ¿qué ha hecho? Su cabeza no es semejante a la de otros hombres y sus ropas son diferentes a los vestidos de los demás."

"Ese hombre es lo que llaman un solitario, señor, porque ha abandonado su casa. Abandonar su casa, señor, significa consagrarse a la vida religiosa, a la vida
sosegada, a las buenas acciones, observar una conducta
meritoria, no causar daño al prójimo, y ser caritativo
con todas las criaturas."

"En verdad, cochero amigo, ese a quien llaman un solitario es un hombre superior, puesto que su conducta es en todo tan perfecta; así pues, lléveme hacia ese
hombre que ha abandonado su casa."

"Sí, señor," respondió el cochero, y le guió junto al solitario.

Entonces, hablándole a éste, le dijo:

"Por qué, maestro, vuestra cabeza no es como la cabeza de los otros hombres y vuestras ropas son diferentes de las ropas de los demás?"

"Yo soy, señor, un hombre que ha abandonado su casa."

"Y qué significa eso?"

"Significa, señor, consagrarse a la vida religiosa, a la vida sosegada, a las buenas acciones; mantener una conducta meritoria, no causar daño al
prójimo y ser caritativo con todas las criaturas."

"En verdad, maestro, vos que sois llamado un solitario sois un hombre superior, puesto que vuestra conducta es en todos puntos perfecta."



Este texto es muy importante porque demuestra que Siddharta no
era una persona llena de la compasión tradicional en ese momento.
Al contrario, demuestra, en parte, un egoísmo cuando dijo en cada
caso,
"¿Y esto puede ocurrir a mí?"



 



Se supone que estos cuatro encuentros fueron los elementos decisivos en la decisión de Siddharta de seguir el camino del Dharma, pero no se debe ver así.
Cuatro elementos combinados con las condiciones adecuadas daban
impulso a este cambio en su vida.



Primero, el entorno en el que vivía.
Segundo, su experiencia bajo el árbol Jambu.
Tercero, su encuentro con la vejez, la enfermedad y la muerte, y la
disponablidad de un camino alternativo.
Cuarto y finalmente, el siguiente episodio que provee el contraste
necesario para su decisión.



Estos textos antiguos que describen la trayectoria de Buddha demuestran una cosa importante: que Budda era un ser humano que se enfrentó a todos los problemas
que nosotros encontramos hoy.
Esta humanización de Buddha es más importante hoy que su
glorificación por la leyenda para que podamos acercarnos más a él y
no alejarnos de él.



 

En el canon de los Theravadin hay una descripción de un
episodio muy decisivo:
Después de haberse divertido con las cortesanas, se
durmió en seguida. Los espíritus de todas las cortesanas
se turbaron y ellas se durmieron. Siddharta se despertó
de pronto y vio a las mujeres que permanecían en su
sitio, apoyadas unas contra otras, desnudas como
estatuas de madera, los ojos llorosos, deslizándose la
saliva por las comisuras de los labios, las guitarras y
las flautas que habían abandonado esparcidas por el
suelo, en desorden. Vio también que el palacio parecía
un túmulo funerario.

Al presenciar todo esto, Siddharta exclamó tres veces: "¡Mal haya! ¡Mal haya! ¡Mal haya! ¡Huyamos! He visto el palacio donde reside el rey, mi padre," y
repitió: "¡Mal haya!"

Y en lo más profundo de sí mismo nació el disgusto y el deseo de renunciar a todo.



 








Entonces Siddharta dijo a su diligente esclavo Chanda,

"Despierta y aparéjame el caballo de modo que las gentes no se enteren".

Chanda dijo, "La noche no es hora buena para viajar; no es apta para el paseo. Además, no hay enemigos que se apresten al asalto del palacio. No discierno por qué debo
aparejar con tanto cuidado tu caballo esta noche."

Y el príncipe dijo, "¿Acaso no sabes que hay grandes enemigos? Esos enemigos, que son la vejez, la enfermedad y la muerte, son enemigos poderosos. Apareja de prisa el
caballo blanco a fin de no retrasarnos y de que no puedan
retenernos."

Acto seguido el caballerizo aparejó el caballo blanco y lo llevó al patio del palacio y luego dijo, "El caballo está listo".

Siddharta se acercó junto al caballo y quiso montarlo acto seguido, pero el animal relinchó con inmensa tristeza. Los dioses, temiendo que las dificultades retrasaran la
huida, acallaron inmediatamente el relincho del caballo a
fin de que las gentes no lo oyeran. Siddharta cabalgó al fin
y se dirigió hacia la pequeña puerta del palacio que se
abrió de repente por sí misma. Después, se dirigió hacia la
puerta de la ciudad.



Así fue la huida de Siddharta.



 



Sus Maestros



Años más tarde, cuando salió del palacio, supo que necesitaba tener un maestro para avanzar. Caminó hacia el sur en dirección a Rajagaha buscando maestro.
Finalmente encontró a su primer maestro, ALARA KALAMA, y
estudió con él. Después de ponerle mucha energía y
diligencia, entró en la 'esfera de ninguna cosa',
que era lo máximo que pudo conseguir con ALARA KALAMA.

Buddha dijo,
"De esta manera, Alara Kalama, mi maestro me elevó, su estudiante, al mismo nivel que él."

Cuando realizó el séptimo jhana (nivel), Siddharta actuó como maestro para los discípulos de ALARA y eventualmente encontró a su segundo maestro, UDDAKA RAMAPUTTA, con quien
estudió y entró en el octavo nivel de la meditación, en la
"esfera de ni percepción ni no
percepción"
.

Para Siddharta era insuficiente. Siguió buscando todavía más allá. Hay que recordar que Siddharta no buscaba el despertar ni la iluminación; no tuvo este objetivo. No
buscaba una solución al sufrimiento. Buscaba
'la verdad más allá'
,
paradójicamente una respuesta de un "qué" sin
respuesta.



 



El fracaso




Siddharta llevó más de seis años buscando la verdad más allá del octavo jhana, pero sin éxito. Por vía de la meditación y una vida ascética, vivió con cinco
compañeros antivedicos y antibrahmanicos que viajaban sin
rumbo durante ocho o nueve meses al año y discutían temas
éticos y filosóficos referentes a la naturaleza y el
misticismo.

Siddharta conocía bien las filosofías de los celebrados maestros brahmanes, herméticos, ascéticos, y de los filósofos, reclusos y viajeros de su tiempo. En los
documentos Buddhistas, 'Digh-nikaya',
'Majjhima-nikaya',
'Aguttara-nikaya'
y otros,
se menciona frecuentemente más de una docena de maestros con
quienes estaba continuamente en desacuerdo. De ahí, se puede
ver que Siddharta no era simplemente un príncipe que
espontáneamente salió del palacio, se sentó bajo un árbol y
encontró la verdad.

Finalmente, Siddharta rompió el esquema ascético y pasó al país de Magadha al pueblo de Senanigama. En las palabras de Buddha, era, "un bello sitio, con una bonita arboleda
y un río fluido de agua clara, un vado placentero y un
pueblo acerca por sustento."
Aquí Siddharta siguió su
camino y, eventualmente, en el lugar cercana de Uruvela,
ahora Bodhi gaya, entró en el más allá y, por su propio
energía y voluntad, encontró el despertar.





La experiencia directa de la verdad del sufrimiento, de la compasión, de la alegria, del amor benevolente, de la ecuanimidad, de la inexistencia del ego, de la no dualidad, de
la unidad de la consciencia y, naturalmente, de la impermanencia y
la muerte. Pero hay mucho más, porque una vez que hayas aceptado
esta experiencia, es necesario construir un puente entre ella y esta
vida de los sentidos en la que reina la equivocación.




ENTONCES ¿QUÉ ES EL BUDISMO?



Las enseñanzas del Gran Maestro son claramente espirituales, ¿pero es el Buddhismo una religión?

Hay aspectos importantes de filosofía, ¿pero es el Buddhismo una filosofía?

Es cierto también que hay grandes enlaces con la Sicología de cada persona, ¿pero es el Buddhismo un método psicológico para disolver los
sufrimientos?


 


El Buddhismo no es una religión, ni una filosofía, ni tampoco un método
psicológico para conseguir una victoria contra los
"problemas" mentales.

 
Algunos consideraréis que es un modo de vida, pero, afortunadamente, tampoco esto es cierto.

Habitualmente, quienes se acercan al Buddhismo pensando en sí mismos y en su propio
sufrimiento, suelen llegar con un gran peso sobre los
hombros, del que no es fácil librarse.

Pero, por otra parte, si se llega al Buddhismo con la idea de encontrar en él una ayuda para los seres humanos y un camino correcto y
natural, se llegará con un buen acercamiento.


 
El Buddhismo es una consecuencia, no una meta, ni un objetivo
que se ha de conseguir.

 
Es un camino para hallar al verdadero ser humano, a la propia naturaleza, que está escondida bajo las máscaras y
los juegos de esta vida. Es un modo de apartar la
confusión, la codicia y la hostilidad.

El camino del Buddhismo tiene una consecuencia:
la eliminación del sufrimiento.


¿HAY FORMAS DIFERENTES DE BUDDHISMO?

Sólo hay un Buddhismo. Hay un camino Theravada, un camino Avatamsaka,
un camino Yoga Cara, múltiples caminos Tibetanos, un camino
Chan, un camino Zen,
un camino de Tierra Pura, y muchos más…
pero todos estos caminos conducen al mismo punto:
al descubrimientode la propia naturaleza por la experiencia
directa.

 

 


¡EXPERIENCIA! ¿NO VALE LA INTELIGENCIA?

La esencia del Buddhismo es la experiencia directa, y esta
experiencia nada tiene que ver con los
conocimientos de las cosas de modo intelectual o
académico. Si hablas con maestros Buddhistas,
sobre todo si son Mahayana, te dirán que no leas
nada sin que el maestro lo haya aprobado o
aceptado. La razón para esto es que no
entenderás la verdad esencial que está más allá
de las palabras, pues es necesario cortar antes
con el modo en que vives y entiendes las
palabras y conceptos para entrar en la primera
de las diez puertas del Dharma.

Es muy fácil creer que entiendes algo cuando tu intelecto considera que lo ha aprehendido, pero la mente
humana está manchada, y funciona con el apego a los
conceptos erróneos e ideas incorrectas, apartando de
ella aquello que no está de acuerdo con su yo.

No existe ningún sustituto para la experiencia directa; recuerda esto siempre

NO HAY CAMINOS INFERIORES NI SUPERIORES

Ciertos caminos y prácticas pueden resultarte muy atractivos, y
fácilmente puedes apegarte a tu camino y
críticar a todos lo demás. Pero cualquier
maestro que realmente haya recibido la
experiencia y el beneficio del camino, y haya
aceptado el importante vacío, realmente
magnífico pero sin ningún valor, puede explicar
a todos que el camino Vajrayana, que es místico
y secreto; los mantras y mandalas de Chenyen; la
Tierra Pura; el camino del Zen y el camino
flexible de Chan, son todos lo mismo.

Tan sólo se trata de distintas formas, pensadas para adaptarse a los diferentes seres humanos, con
diferentes personalidades, costumbres,
comportamientos y temperamentos. Recuerda que todos
los caminos Buddhistas deben ser respetados
igualmente. Ninguno es mejor ni peor que otro.



EL BUDDHISMO ES ASÍ


 
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