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Profecias: ¿JUAN PABLO II, EL PENULTIMO PAPA?....
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 08/06/2010 21:07
¿JUAN PABLO II, EL PENULTIMO PAPA?....




JUAN PABLO II:

¿“DE LABORE SOLIS”
O
“DE GLORIA OLIVAE”?...



Poco antes de finalizar el segundo Milenio de la Cristiandad, Juan Pablo II, nacido en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920 y 264º Papa de la Comunidad Católica Romana, dio su acuerdo para la publicación de un libro sobre su vida bajo forma ... de tiras cómicas (“Comics” en inglés) ... por una casa editorial norteamericana, cuyo dibujante, un tal John Tartaglione, católico de 60 años, tuvo en 64 páginas la oportunidad de reiterar su anterior “actuación” cuando llevó, no a la pantalla sino “a las viñetas” (historietas), si cabe la expresión, la vida de Francisco de Asís.
Justificando su decisión, el Papa dijo en aquel entonces que era actualmente la forma más impactante para educar la juventud y de llevarle el mensaje de la Iglesia de manera didáctica y retentiva.
No es, desde luego, la menor de las multifacetas de éste “Papa venido del frío”, Polonia, que con su ascensión en 1978 rompió con una tradición de Papas italianos que se extendió ininterrumpidamente a lo largo de 455 años. Sin duda, esta decisión de Karol “Lolek” (diminutivo afectuoso por Karol) Wojtyla, alias Juan Pablo II, es parte de una continuidad pedagógica que él inició en el año 1953 cuando era sacerdote y catedrático en la Universidad Católica de Lublín, Polonia, con la juventud de su país de 36 millones de habitantes -de los cuales 33 millones son católicos herederos de una tradición comenzada con el bautismo del Rey Miezko en el año 966 de nuestra Era (época, siglo IX / X, en la que los pueblos Eslavos entraron también en la familia de los pueblos cristianos) cuando nació Polonia como Nación -y que, sea dicho de paso, actualmente (según palabras de un biógrafo papal) es “el más grande productor y exportador de vocaciones sacerdotales”.
En aquel entonces (1953), “Lolek” Wojtyla solía pasar con jóvenes todos los fines de semana a esquiar, jugar fútbol (“excelente portero”), hacer piragüismo, nadar (una de sus primeras actividades deportivas en su residencia papal de verano en Castelgandolfo fue echarse en la piscina, al gran asombro de periodistas y otros observadores que “espían” diariamente cada uno de sus pasos como líder espiritual del mundo católico y, supuestamente, según algunas profecías, el antepenúltimo de los Papas – otros dicen: el penúltimo…).
En su libro “Juan Pablo II, Papa del hombre”, José Luis González Balado – del cual extraímos parte de los datos biográficos, dice: “... Le gustaba mucho seguir a los jóvenes, preocuparse de su formación... Seducía su inmensa cultura, su lenguaje inmediato, casi abrupto... En medio de ellos, encontraba un sentido pleno, su entrega vocacional... Sabía bien que los jóvenes eran el campo preferido del proselitismo por parte de los epígonos de la Filosofía atea oficial... Los apoyaba en sus esfuerzos para desarrollar una cultura alternativa de la ideología oficial... En caso de peligro, no dudaba... En 1976, ya Arzobispo de Cracovia, Wojtyla defendió en un discurso público la conducta de los estudiantes que habían organizado manifestaciones multitudinarias para honrar a un camarada muerto en circunstancias misteriosas...”.
Volviendo al uso de los “Comic´s” y demás recursos mediáticos modernos para proyectar el mensaje de la Iglesia de Roma, vale decir aquí que, ya una vez, un Papa recorrió a estos medios: se trata de Pio XII, quien bajo el título que le “otorgó” San Malaquias, el monje- profeta de la Isla de los Santos, en Irlanda, 8 siglos atrás, es decir “Pastor Angelicus”, hizo realizar una película sobre su vida. Sin embargo, lo de Juan Pablo II abarca mucho más pues, entre las numerosas historias y anécdotas que podemos leer frecuentemente sobre su vida en la prensa internacional, están las múltiples representaciones radiales y/o teatrales de algunas de sus obras de su propio cuno, sin duda motivadas por sus años como actor universitario, además de sus intensas y, a veces, dramáticas vivencias como obrero forzado, a los 19 años, por la Segunda Guerra Mundial, (“con medio litro de sopa y 100 gramos de pan al mediodía”).
Hechos que le hizo decir una vez, ya Papa instalado en las “santas alturas” de Roma: “... Yo también fui trabajador. Sé lo que es la pesadez y la monotonía del trabajo. Conozco las necesidades de los trabajadores, sus gustos, exigencias y legítimas aspiraciones. Y sé lo necesario que es que el trabajo no sea nunca alienante, sino que corresponda a la superior dignidad del hombre”. Recuerdo de obrero que, en su tiempo, lo movió, también, a lanzar su “Encíclica sobre el trabajo humano” reconociendo para los trabajadores el derecho a las huelgas y a afiliarse libremente en sindicatos, así como a reaccionar, en contra de las condiciones alienantes y represivas de su trabajo y/o de sus conductores (¡¡¡menuda toma de posición de parte de un papa supuestamente conservador!!!...
Deportista, actor, obrero, sacerdote… Y, luego, doctor en teología, políglota (francés, latín, español, italiano, polaco), autor de una tesis en severo latín y (nos dice J. L. González Balado, ya mencionado) “un delicioso español”, copiado de San Juan de la Cruz (“lo que supuso para él la necesidad de leer el místico español en sus textos originales” –idem). Pero, hay más: además de haber sido uno de los más jóvenes obispos de su generación, a los 38 años, Karol Wojtyla – Juan Pablo II, también, se reveló al mundo como insigne poeta y dramaturgo bajo el seudónimo de “Andrzej Jawien” con el cual publicó su famosa obra: “La tienda del Orfebre – o liberación sobre el sacramento del matrimonio que, a veces, se transformó en drama” -así de largo el título-, en 3 actos de una hora y veinte minutos de duración escritos en versos libres.
Algunos críticos sicoanalizando la obra llegaron a concluir que puede haber sido algo auto – biográfico. ¿Acaso podría tratarse de su relación íntima, cuando tenía entre 18 – 20 años, con la actriz de teatro Kristyna Debowska, que murió durante la guerra, frustrando así un futuro desenlace más feliz?...
Para unos analistas, la vocación sacerdotal tardía -a los 26 años- de Karol Wojtyla puede en parte explicarse por este hecho. Pero se nos ocurre pensar que los designios de Dios son algo más insondables y que, siguiendo una tal lógica, una sucesión de muchos otros factores no menos dramáticos pudieron haber llevado, aunque tarde, a su vocación religiosa:
-la muerte de su madre a los 9 años;
-la muerte de 24 sobre 36 de sus compañeros de escuela durante la guerra;
-la muerte de su único hermano a los doce años;
-el primer encuentro con el entonces Cardenal Arzobispo de Carcovia, Adam Sapieha;
-la barbarie nazi durante su adolescencia;
-la muerte de su padre a los 21 años, el mismo año (1941) en que sufrió, Karol, por una rotura de la masa craneal donde se temió al principio por su vida y, después, por sus funciones intelectuales;
-el encuentro a los 22 años con un cierto Jan Tyranowski, llamado “el sastre místico”, en las minas de Zakrzowek, en manos de los ocupantes nazis;
-el reencuentro con el Cardenal Sapieha que lo escondió, más tarde, ya seminarista clandestino, durante cinco meses en un lugar subterráneo del Palacio Arzobispal de Cracovia al ser buscado por la policía política alemana, etc.
Todo eso, además de otros factores más sutiles y superiores a la vez, habrán sin duda llevado a este hijo del militar, de mismo nombre y apellido, nacido cerca del Centro de peregrinación a la Virgen Negra de Czestokowa (el "Lourdes" polaca) y no muy lejos de Oswiecin (alias, Auschwitz, la del campo de concentración y de los hornos para disidentes gitanos, polacos y judíos durante la Segunda Guerra Mundial), a una vocación que desembocó el 22 de octubre de 1978 en ser intronizado como máximo Jerarca Espiritual Católica Romana, luego que un Colegio de 111 Cardenales (curiosamente, mismo número que los lemas de las Profecías del monje irlandés San Malaquías), después de un pre – cónclave de 19 días y 2 días de deliberaciones secretas llevadas a cabo en la Capilla Sixtina de la Basílica de Roma, revolvieron asegurar la Sucesión Apostólica de San Pedro después del repentino fallecimiento -luego de 33 días de reinado- de Juan Pablo I – cardenal Albino Luciani …
Retrocedemos de nuevo. 16 de octubre de 1978, pues. 18.18 (6. 18 PM): “Fumata bianca”... 18 y 45: aparece en la logia de la Basílica de San Pedro el Cardenal Felici para anunciar el “Gaudium Mágnum” de la elección de un tal “Carolum”: ¡“Habemus Papa”! –anuncia, jubiloso. ¿Su nombre? Juan Pablo II, “en honor, -se supo luego- a su amor y admiración para Paulo VI” – un verdadero padre para el entonces Obispo de Cracovia-, “y para Juan Pablo I”, fallecido pocos días antes el 24 de septiembre de 1978….
Según relatos posteriores proporcionados por algunos “Grandes Electores” del Cónclave, cuando este 16 de octubre de 1978 el Colegio de Cardenales lo eligió, luego de reunirse según norma establecida desde 1059 por el Papa Nicolás II (quien les quitó a los laicos el poder electivo que habían detenido hasta entonces), Juan Pablo II vaciló hasta casi rehusar la triple corona pontificia (de más de 9 siglos de historia) y la ropa blanca tradicional del Papa (instituida desde los tiempos del papa – monje dominico: Pío V, 1572)…
¡Así es! Por muy sorprendente y poco conocido que aparezca, sin duda, convencido íntimamente del drama que conllevaba en potencia su elección, Karol Wojtyla vaciló en contestar: “Acepto” cuando, en nombre del Sacro Colegio, el Cardenal Francés Villot le hizo la pregunta de rigor al obtener 104 de 111 votos -en un retorno de situación electoral papal más sorpresiva que la que llevó a la elección de Juan Pablo I: “¿Aceptas la elección que de acuerdo con los cánones se ha hecho de tu persona como Soberano Pontífice?”... (sólo una vez anteriormente, es sabido que, un papa, el ya citado Pío XII, no creyéndose digno de aceptar el nombramiento, llegó a suplicar a los Cardenales que reconsideraran su decisión e hicieran otra votación al día siguiente…, donde volvió a ser electo)…
Sea dicho de paso aquí, esta especie de doble votación de Pio XII indujo algunos tradicionalistas (integristas de la corriente de Pío IX, el papa que decretó el Dogma de la Inmaculada Concepción de María, en 1854, y la Doctrina de la Infallibilidad papal, en 1870, y él que terminó también con el poder temporal de los Papas cuando Roma se convirtió en capital de Italia, en 1862) a decir que, a dos elecciones, dos Lemas papales, en este caso, el de “Pastor Angelicus” y el siguiente “Pastor et Nauta” (oficialmente atribuido, posteriormente, a Juan XXIII). Lo que, según esta teoría, nos llevaría a que, como consecuencia del doble lema de Pío XII, todos los demás lemas y cómputos sobre los Papas restantes según las “Profecías de San Malaquías” estén erróneos desde 1958, fecha de la ascensión de Juan XXIII...
Claro, aquí, cabe eventualmente otra pregunta: ¿Acaso las Profecías están equivocadas sólo desde 1958?
¿Y qué hay de los 3 Papas que gobernaron, por ejemplo simultáneamente en el siglo XIV: Gregorio XII en Roma, Benito XIII en Avignon y un tal “Juan XXIII” en Pisa, por cierto, depuesto cinco años más tarde y cuyo nombre, curiosamente, en octubre de 1958, Monseñor Roncalli, Patriarca de Venecia, retomó pero “en recuerdo y simpatía por el Papa Francés … Juan XXII” … al cual, el 18 de abril de 1328, el Emperador Luis de Baviere opuso, en su tiempo, un anti – papa en Roma... repitiendo así lo de Enrique IV, Emperador Germánico, 3 siglos atrás, que opuso también “su” Clemente III al “legítimo” Gregorio VII que sacó de sus predios papales gracias al apoyo de un mercenario normando de nombre Roberto Guicard. (¡Historia, Historia!)...
Entonces, bajo esta premisa y volviendo a San Malaquías, parecería que el lema del papa misteriosamente fallecido en septiembre 1978 un día de Eclipse Lunar total, Juan Pablo I, correspondería más bien al lema “De Labore Solis” (“Del trabajo del Sol”)... Correspondiéndole a Juan Pablo II el penúltimo lema de la lista de San Malaquias: “De Gloria Olivae” (“De la Gloria del Olivo”).
Lo que, ipso facto, decimos nosotros, si nos atenemos al espíritú de las profecías papales, haría que nos encontramos en víspera de acontecimientos sin pares desde la aurora del cristianismo y, para la humanidad en general, pues según estas mismas profecías del monje irlandés sólo faltaría la ascensión de un Papa, el “Pedro II El Romano” y luego... luego... ¿el “Anti – Cristo”? o el ¿Ante- Cristo –precediendo el advenimiento de Segundo Retorno?... El futuro dirá...
Entonces, para finalizar, Juan Pablo II: ¿“De Labore Solis”? o ¿“De Gloria Olivae”? -"De la Gloria del Olivo" aunque algunos intérpretes de estos arcanos papales dicen que, en este último caso, tendría que hacerse la paz en Tierra Santa, y todavía estamos lejos de ello (sin embargo, nos llama personalmente la atención que en el país donde nació Juan Pablo II, Polonia, con nombres de pueblos y ciudades tan llenos de consonantes -¡polacos, al fin y a cabo!- encontramos en el mapa un pueblito tan "latinamente" llamado ... Olivo... ¿Qué dicen Uds.?... ¿Intrascendente?... ¿Sólo Dios sabrá?... Bueno, sí..., pero valió la pena mencionarlo, ¿o no?... De cualquier modo, como ilustrando este final, citaremos estas palabras del propio Karol Wojtyla (cuando todavía era obispo de Cracovia, en su Polonia natal) que nos parecen de gran trascendencia para una reflexión más serena y objetiva sobre la misión de la Iglesia: “... Lo importante no es que nosotros conozcamos ya la Verdad sino cómo la encuentre y la asimile el mundo... Al mundo, debemos enseñarle con el llamado método Eurístico por el que se ayuda al discípulo a descubrir la Verdad por si mismo...".


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