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Geometria Sagrada: Los Sulbasutras
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De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 17/06/2010 21:32
Los Sulbasutras

Como ya mencionamos al tratar la literatura védica, los Sulbasutras o aforismos de cuerdas (cordel
de medir) son apéndices de las principales obras védicas, destinadas a la
construcción y medida de los altares para los sacrificios rituales.


Diversos datos parecen indicar que su redacción puede situarse entre el siglo VIII a.C., cuando el
sánscrito empieza a tomar la forma que aparece en estos textos, y el siglo V
a.C. en que el sabio Panini codifica y establece las reglas gramaticales del
sánscrito clásico.

En la religión védica cada hogar debe tener tres tipos de fuegos de sacrificio (agnis). El altar
apropiado para ellos son cuadrados, circulares o semicirculares. Sin
embargo, los más elaborados ya corresponden a rituales complejos que deben
ser llevados a cabo por los brahmanes. Vienen referenciados en los
Vedas samhitas como el Rigveda, de manera que su elaboración es antigua y
probablemente los Sulbasutras son versiones actualizadas de conocimientos de
varios siglos atrás.

Los altares (vedi) más complejos tenían usualmente forma de halcón, sea con sólo la cola o también
patas, aunque cabía hacerlos también en forma de garza, una simple variación
del primer altar. La razón viene expresada en uno de sus libros sagrados:

Aquél que desea el cielo puede construir el altar en forma de halcón, puesto que el halcón es el
mejor volador entre las aves; así el sacrificante, habiéndose convertido
él mismo en halcón, vuela hacia el mundo celestial.


Pues bien, este altar sagrado se construía con siete cuadrados y medio. Cuatro de ellos formaban
el cuerpo del halcón. Luego tres más se usaban para las dos alas y la cola.
Finalmente, cada ala se alargaba con un quinto de cuadrado y la cola con un
décimo del mismo cuadrado, totalizándose así los siete cuadrados y medio.
Cada uno de estos cuadrados tenía por lado una purusa, unidad de medida
equivalente aproximadamente a 2,34 metros y que correspondían a la altura de
un hombre con los brazos levantados.

Hay varios Sulbasutras: el más antiguo resulta ser el de Baudhayana y luego es difícil situar a los
restantes, el de Apastamaba y el de Katyayana son los más importantes,
habiendo otros de menor importancia como el de Manava. El primero, por
ejemplo, consta de tres partes consistentes en 113, 83 y 323 aforismos (sutras),
de los cuales los 62 primeros son los más importantes desde el punto de
vista matemático por consistir en:

1-21: Trata de las unidades de medida a emplear en el resto del texto.


22-49: Se aborda la construcción de cuadrados y rectángulos, incluyendo la formación de un
cuadrado sobre la diagonal de un rectángulo.

50-60: Examina los métodos para transformar unas figuras en otras conservando su
superficie. En concreto, el aforismo 58 presenta la transformación de un
círculo en un cuadrado mientras que el 59 y 60 hacen la operación
contraria transformando un cuadrado en círculo de igual área.

61-62: Como fruto de lo anterior, se encarga de determinar un valor aproximado para la raíz
cuadrada de 2.

Todas estas operaciones eran necesarias por varios motivos:

1) Los altares más importantes debían tener la misma superficie de siete purusas y media
cuadradas que caracterizaban el del halcón. Dado que había altares
cuadrados debía saber construirse, en primer lugar, un cuadrado de tal
superficie, y después otros altares rectangulares, triangulares,
trapezoidales o circulares, con la misma superficie. El procedimiento
más directo consistía en transformar un cuadrado en otro tipo de figuras
permaneciendo constante el área.

2) Las reglas
brahmánicas establecían que el primer altar construido en un hogar
tuviera la superficie antedicha pero si se construía uno más debía
tener una purusa cuadrada más, el siguiente una más y así sucesivamente.
Ello obligaba, a partir del altar cuadrado inicial, a construir un altar
cuadrado (figura básica inicial, transformable en otra posteriormente) a
partir de la suma de dos cuadrados desiguales.

3) Había sacrificios que exigían un altar cuadrado, como ya se ha comentado, pero otros de
distinto tipo precisaban un cuadrado que fuera la tercera parte y aún la
novena parte del inicial, lo que conducía al cálculo de cuadrados
equivalentes a la tercera parte de uno dado.

4) Dentro de las transformaciones de un altar cuadrado en otro de distinta forma, era
especialmente relevante la construcción de un altar circular por cuanto
se planteaba el problema de la cuadratura del círculo o la circularidad
del cuadrado, dando paso a cálculos sobre el valor más aproximado de la
raíz cuadrada de dos.


A estos problemas
geométricos en los que los brahmanes alcanzaron una gran habilidad y
conocimiento, habría que añadir otros problemas prácticos también
relacionados con las matemáticas. En efecto, los altares usuales tenían que
construirse con cinco capas de ladrillos que llegaban a un hombre a la
altura de la rodilla pero otros más elaborados debían llevarse a cabo con
diez y hasta quince capas de ladrillos. Cada capa debía tener doscientos
ladrillos hasta totalizar en el más usual el número de mil. Sin embargo,
para que encajaran adecuadamente, estos doscientos ladrillos de cada capa
debían colocarse de forma no coincidente, lo que obligaba a plantear las
distintas formas de intercalarlos para mantener el número requerido y dar
estabilidad, al tiempo, al altar.



Construcción del cuadrado
y el trapecio


En primer lugar, el altar
debía estar orientado en referencia a los cuatro puntos cardinales, de
manera que la primera tarea de los tendedores de cuerdas era señalarlos, tal
como indica Katyayana. Para ello se colocaba una barra vertical (el gnomon)
y se trazaba una circunferencia pasando por el lugar de su colocación y que
tuviera la altura de dicho gnomon por diámetro. Sea en el amanecer o en el
atardecer, la sombra del gnomon caería sobre otro punto de la circunferencia
que permitiría tender la cuerda en la dirección este-oeste, E-O.

A continuación era necesario trazar el eje norte-sur lo que planteaba el problema de construir la
perpendicular a la recta antes dibujada. Ello se hacía de un modo similar al
actual: Atando cuerdas a los gnomones E-O se tendía una cuerda de longitud
doble que la distancia entre el gnomon E y el O. Se marcaba con otro gnomon
el punto medio de esta cuerda lo que se alaría en un sentido el norte y en
el otro el sur.


Con esta construcción se garantizaba el dibujo de perpendiculares. Sin embargo, había otro método
para su dibujo consistente en reunir tripletas pitagóricas. Así, se tomaba
una cuerda dividida en dos partes: Una, por ejemplo, tenía 39 prakramas
(unidad de longitud) y la otra 15.

Se doblaba la cuerda hasta que la distancia entre sus extremos fuera de 36 en cuyo caso se habría
construido un triángulo rectángulo de catetos 15 y 36 y de hipotenusa 39.
Apastamba da otros valores, el más elemental (3, 4, 5) y algunos múltiplos,
así como otras tripletas (12, 5, 13) con sus múltiplos, (15, 8, 17) ó (12,
35, 37).

Había varios métodos para el trazado de un cuadrado. Conociendo los ejes E-O, N-S y tomando las mismas
distancias desde su punto de corte hacia las cuatro direcciones sobre dichos
ejes , bastaba trazar perpendiculares por los extremos de estos ejes hasta
que sus puntos de corte dieran los vértices del cuadrado buscado. Otros
procedimientos, sin embargo, son más originales.


El primero tomaba un bambú
recto de longitud la del lado del cuadrado deseado y con agujeros en los
extremos y en su punto medio. Sujetándolo por un extremo A se hacía girar el
otro libremente trazando sobre arena su trayectoria. Esta acción se repetía
sujetándolo por el otro extremo B hasta que el punto de corte P de ambas
trayectorias permitía construir la perpendicular de un modo semejante al
visto antes. Sujetando un extremo del bambú en el punto medio O y haciéndolo
pasar por el punto P se conseguía el punto Q. Colocando el punto medio del
bambú en Q se colocaba este bambú de manera que sus dos extremos estuvieran
sobre las trayectorias dibujadas en la arena permitiendo así conseguir los
vértices C y D.

Baudhayana, sin embargo,
ofrece otro método basado en el dibujo e intersección de circunferencias.
Consiste en considerar una cuerda tan larga como el lado del cuadrado
deseado fijando el punto medio, a partir del cual y tomándolo como centro se
dibuja una circunferencia que tenga por diámetro el lado del cuadrado. Se
trazan dos diámetros perpendiculares de esta circunferencia respetando,
naturalmente, las direcciones consabidas E-O y N-S. Por los puntos donde
estos diámetros corten a la circunferencia (cuatro en total) se dibujan
sendas circunferencias iguales a la anterior. Los puntos de intersección de
estas cuatro circunferencias marcan la posición de los cuatro vértices del
cuadrado.

Es evidente que estos
métodos sirven de base para la construcción tanto de rectángulos como de
trapecios. En concreto, el vedi o altar prescrito para tomar en él la bebida
embriagante y sagrada del soma tenía que tener la forma de un trapecio
isósceles (mahavedi) donde la base más corta debía tener 24 padas (pies), la
más larga 30 y la altura del altar o distancia perpendicular entre ambas
bases había de contar 36 padas.


La construcción dada por Baudhayana es la siguiente:

1) Se marca con la cuerda la longitud de 36 padas (XY) en dirección este-oeste.

2) Desde el extremo este de la cuerda (X) se se ala una distancia de 5 padas (punto P) y desde el
extremo oeste (Y) una distancia de 8 padas (punto R).


3) A continuación se utiliza el triángulo rectángulo (5, 12, 13) donde 5 es la distancia
entre XP, de manera que 12 será el cateto restante de dicho triángulo y
da el punto A. Si se realiza la misma construcción en el otro sentido se
obtiene el punto D de manera que la distancia AD es de 24 padas, tal
como se deseaba.

4) Del mismo modo, a partir de R y sobre la base contraria se considera el triángulo
rectángulo (8, 15, 17) de manera que, como la distancia YR era de 8
padas, el otro cateto de 15 permitirá obtener B y, sobre el sentido
contrario, C. Así, la distancia entre los puntos B y C será de 30 padas,
como se deseaba.

Parece pues que los indios ya eran perfectos conocedores de las relaciones pitagóricas y ello varios
siglos antes de que Pitágoras le diera una completa demostración en sus
Elementos. Veamos hasta qué punto es así.



El cuadrado doble y Pitágoras




Dentro de la construcción de
altares existen distintas ocasiones en que es necesario dibujar un cuadrado
de área doble que la de uno dado. La más elemental consiste en transformar
un altar cuadrado en otro en forma de triángulo isósceles del mismo área. La
forma más sencilla para hacer esto es que, a partir del cuadrado inicial, se
construya otro de tamaño doble. A continuación se toma el lado de este nuevo
cuadrado como base y altura del triángulo isósceles. Sin más que comparar la
superficie de los cuatro triángulos resultantes se comprueba el resultado
deseado.

Por este motivo, entre otros, los brahmanes indios precisaban construir cuadrados de área doble que
uno dado. La forma más fácil de conseguir este objetivo era darse cuenta de
que la diagonal del cuadrado original es el lado del cuadrado deseado. La
forma en que llegaron a tal solución puede obedecer a una intuición
meramente geométrica al considerar una figura como la siguiente.




Dice Katyayana:

En la construcción del altar
Pakriti haced un cuadrado de área dos purusas cuadradas y tenga los clavos
(vértices del altar) en los puntos medios de los lados. Ésta es la
construcción.

Se puede observar que el cuadrado original consta de dos triángulos de media purusa cuadrada cada
uno, mientras que el cuadrado construido sobre la diagonal del primero
consta de cuatro de estos triángulos. Naturalmente éste es un caso
particular de la relación más general denominada de Pitágoras pero
probablemente a los brahmanes védicos les bastaba para tener el
procedimiento deseado.

Baudhayana afirma que

La cuerda que se estira en el sentido de la diagonal de un cuadrado produce un área de tama o
doble del cuadrado original.

El conocimiento de esta
relación presente en el triángulo rectángulo era amplio y bastante general
por cuanto las relaciones pitagóricas eran utilizadas habitualmente en la
construcción de ángulos rectos, tal como hemos visto anteriormente en el
altar trapezoidal. Apastamba, por ejemplo, maneja triadas como (3, 4, 5), la
más elemental, pero también otras que no se deducen de la anterior, como
(15, 36, 39), (5, 12, 13), (7, 24, 25), (72, 96, 120), etc.

Posteriormente, al construir
un altar cuadrado que tenga por área la diferencia de dos cuadrados
desiguales, podrá encontrarse una construcción geométrica que, no sólo
utiliza de forma general la relación entre los lados de un triángulo
rectángulo, sino que es la misma disposición que permite una demostración ya
conocida en el mundo chino. En efecto, el cuadrado grande de la izquierda se
compone del peque o interior más cuatro triángulos. El cuadrado de la
derecha, igual que el original, se compone de los mismos cuatro triángulos y
dos cuadrados construidos sobre los catetos de uno cualquiera de esos
triángulos. Si eliminamos los cuatro triángulos iguales en cada uno de los
grandes se obtiene la evidencia visual de que el cuadrado construido sobre
la hipotenusa es igual a la suma de los construidos sobre los catetos.

Pues bien, la construcción de un cuadrado de área doble a partir de la diagonal del cuadrado original
supone conocer, desde el punto de vista numérico, que esta diagonal se
obtiene multiplicando 2 por el lado del cuadrado. En líneas generales, el
cuadrado de lado unidad tiene por diagonal precisamente 2 de forma que el
área del cuadrado construido sobre ella es 2.

Lo cierto es que la matemática védica supo calcular una aproximación muy exacta de este valor,
tal como muestran Apastamba y Katyayana:

√2  =  1  +  1/3  +  1/3.4  -  1/3.4.34


En otras palabras, en términos decimales tomaban la aproximación 1,41421568...   siendo la actual
1,41421356...

La cuestión problemática que se presenta al estudioso actual es averiguar cómo pudieron llegar a ese
valor tan ajustado. Los Sulvasutras, conjuntos de aforismos de cómo proceder
para realizar los cálculos oportunos son una obra eminentemente práctica que
no se detiene en demostración alguna. De manera que sólo cabe hacer
reconstrucciones lo más verosímiles posible del modo en que llegaron a un
resultado semejante.

La primera sería de naturaleza algebraica:


1. Se considera un altar cuadrado de lado 12. Su área será 12 2 = 144

2. Ahora se plantea el problema de construir un altar cuadrado cuya área sea el doble que la
anterior, es decir, 2 . 122 = 288

3. La mejor aproximación
parece ser la del cuadrado de lado 17, ya que 17 2 = 289

4. Esto supone que 2 x 122 172 luego 2 17/12 que expresado a través de fracciones unitarias
daría:


√2  =  17/12  =  1  +  1/3  +  1/3.4


5. La consideración de esa unidad de diferencia entre 288 y 289 precisaría considerar la sustracción de
una fracción que sería la dada en la fórmula anterior.



Sin embargo, es posible una aproximación de naturaleza geométrica que quizá estuviera más a su alcance y
ser más intuitiva para justificar la fracción que se resta:


Se toman dos cuadrados
iguales de lado unidad. Se trata de formar un cuadrado de área doble que
cualquiera de ellos recortando el segundo y uniendo las partes recortadas
sobre el segundo hasta formar el cuadrado deseado. Evidentemente éste es un
método aproximativo que se puede algebrizar posteriormente para dar cuenta
de las acciones efectuadas.

Así, el segundo se divide en tres rectángulos iguales dos de los cuales se colocan sobre el primer
cuadrado según la figura. A continuación el tercer rectángulo se divide a su
vez en tres partes iguales, una de cuyas partes, el cuadrado, se coloca en
la esquina del primero. Los otros dos cuadrados se dividen cada uno en
cuatro rectángulos iguales que pueden colocarse en torno a la figura antes
dibujada. Así, todo el segundo cuadrado queda repartido alrededor del
primero a salvo de un peque o cuadradito de la esquina que es necesario a
adir para completar el cuadrado buscado de área doble. De esta manera, el
lado de este último cuadrado mayor tendrá de lado

√2  =  1  +  1/3  +  1/3.4


a lo que habría que quitar una pequeña cantidad para compensar el cuadradito pequeño que se ha tenido
que añadir. Éste tendrá de área (1 / 3.4 ) 2 , superficie que
habría que restar del cuadrado hasta ese momento formado. Pero la resta
habría de ser de una pequeña franja rectangular tanto en la parte superior
como a la izquierda, por ejemplo, de dimensiones 1 + 1/3 + 1/3.4 de largo y
una cantidad desconocida x de espesor. ¿Cuánto vale x?.

Habrá de cumplirse:     2 x (1 + 1/3 + 1/3.4) - x 2  =  (1/3.4) 2


Despreciando el valor de x2 por ser muy pequeño y despejando el valor de x se llega a que:   x 
=  1/3.4.34

que justificaría la deducción mostrada por las fórmulas védicas.



Suma y resta de cuadrados



La construcción de un
cuadrado doble que uno dado ya supone resolver el problema de hallar el
cuadrado que tenga por área la suma de dos cuadrados iguales. Pero el
problema puede generalizarse a la suma de tres y más cuadrados, siempre que
sean iguales.

Baudhayana afirma que

Un rectángulo de anchura igual a la del cuadrado e igual a la unidad y una longitud que sea su
diagonal tiene una diagonal que da un cuadrado tres veces más grande.





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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Thenard Enviado: 17/06/2010 21:32

El proceso es generalizable sin más que construir sucesivos triángulos rectángulos uno de cuyos catetos
sea la unidad y el otro las distintas diagonales crecientes que se ven
obteniendo. Sin embargo, el procedimiento más general viene dado por
Katyayana tiempo después y, aunque no da explicación de cómo ha llegado al
resultado que enuncia, es posible que el examen de casos particulares haya
permitido inferir el más general. Consideremos la relación pitagórica que
conocían (5, 12, 13). Si tomamos el cuadrado del cateto pequeño (5 2
= 25) resultaría que el segundo cateto se obtiene hallando la mitad de este
cuadrado menos uno y la hipotenusa puede interpretarse como la mitad de ese
cuadrado más uno, de modo que

12 = ½ (25 - 1),

13 = ½ (25 + 1).

Puede comprobarse que esta relación sucede en general y da lugar a tripletas pitagóricas:

[ √ n , ½ (n - 1), ½ (n + 1) ]


Este hecho general permite
deducir que si se construye un triángulo rectángulo que tenga de base ½ (n -
1) y de hipotenusa ½ (n + 1) el otro cateto nos dará el lado de un cuadrado
de área n, siendo n cualquiera. Probablemente, Katyayana prefiere prescindir
de las mitades considerando el triángulo isósceles que tenga de base (n -
1).

Al mismo tiempo, como la tripleta pitagórica sigue siéndolo si cada uno de sus términos es
multiplicado por el mismo número L podremos deducir que la construcción de
dicho triángulo permite hallar, a partir del cuadrado de lado L, un cuadrado
n veces mayor.

Los problemas de este apartado se cierran con la suma y resta de cuadrados desiguales. En estos
casos, la aplicación de la relación pitagórica es flexible y constante, de
manera que debía de ser un procedimiento consabido: dos catetos permiten
hallar una hipotenusa deseada (como en Baudhayana) y una hipotenusa junto a
uno de los catetos permitía hallar el otro (Katyayana).


Así, para sumar dos
cuadrados desiguales Apastamba propone:



Con el lado del pequeño debe cortarse un segmento del mayor. La cuerda diagonal del segmento combinará
los dos cuadrados.


Como se puede apreciar, estas indicaciones permiten formar un triángulo rectángulo de catetos a y b,
los lados de los dos triángulos desiguales que se quieren combinar. La
hipotenusa de dicho triángulo tendrá de longitud la raíz cuadrada de a2
+ b2 de manera que constituye el lado del cuadrado buscado, unión
de los dos.

Una construcción semejante
realiza el mismo Apastamba para mostrar la forma de encontrar un cuadrado
igual a la diferencia de otros dos desiguales. En este caso interesará
formar un triángulo rectángulo que tenga por hipotenusa el lado a del
cuadrado mayor y uno de sus catetos el lado b del menor. De manera que la
construcción es semejante a la anterior salvo en la hipotenusa considerada.


Así, se divide el cuadrado grande de forma que quede en su parte inferior el rectángulo de lados a y b.
Entonces se abate el lado a sobre el lado contrario. De este modo se forma
el triángulo rectángulo que tiene b por uno de sus catetos y a por la
hipotenusa, de manera que el otro cateto será la raíz cuadrada de a2
- b2, siendo por tanto el lado del cuadrado diferencia de los dos
iniciales.

Transformación entre
cuadriláteros

Cuadrado en rectángulo


Una vez construido el
cuadrado por alguno de los procedimientos examinados, se desea construir un
altar rectangular de la misma superficie, lo que implica transformar el
cuadrado en rectángulo. Se han registrado hasta tres métodos para ellos, el
primero de los cuales (Apastamba) es muy tosco e inexacto.

Consiste en considerar el
cuadrado ABCD de manera que, sobre uno de los lados, se considera el
segmento de longitud EF correspondiente a la anchura del rectángulo que se
desea.

A continuación lo que se hace es cortar superficies sobrantes pegándolas a continuación del lado
corto del rectángulo hasta completarlo. Primero un trozo de largo igual a
dicha anchura y luego dividir el resto tantas veces como sea necesario. El
resultado de tal acción es bastante imprevisible porque pueden obtenerse con
exactitud esos trozos y unirlos a continuación o no.


Más exacto como método pero
también limitado es la construcción de Baudhayana o Katyayana que consiste
en partir el cuadrado ABCD por la mitad mediante una diagonal. Uno de los
triángulos resultantes, el ABC, se divide a su vez en dos triángulos iguales
que resultan rectángulos. Estos se trasladan sobre los otros dos lados del
cuadrado para formar el rectángulo ACFG que tiene un área igual que el
cuadrado original. El único problema de esta construcción es que al
rectángulo no se le puede dar el lado que previamente se desee.

Apastamba, que había
mostrado previamente un método burdo y aproximado, termina ofreciendo una
construcción sencilla y exacta (que sólo fue demostrada como tal por un
comentador posterior). Considérese el cuadrado ABCD cuyo lado CD se lleva
hasta la posición EF de manera que BE coincida con la longitud del
rectángulo que se desea. Se unen entonces los vértices B y F mediante una
diagonal que corta a CD en G. El rectángulo buscado es entonces el IHEB
siendo IH la recta que pasa por G.

En efecto, se parte de que los triángulos BEF y BAF son iguales. De estos quitamos los triángulos GFH y
GFD iguales. Resulta entonces que los trapecios BGHE y BGDA son iguales.
Quitamos de estos los triángulos BGC y BGI que son iguales. Queda entonces
que los rectángulos IGDA y CGHE también son iguales, de donde lo restado al
cuadrado se le ha añadido al rectángulo para formarlo y las áreas serán, por
consiguiente, iguales.



 


Rectángulo en cuadrado


Hay que plantear el caso contrario, es decir, convertir un rectángulo en un cuadrado de la misma
superficie.


Baudhayana lo hace
considerando el rectángulo ABCD. A partir del lado AB se forma el cuadrado
ABKH. Se considera entonces el segmento EM de manera que el rectángulo
sobrante (HKCD) quede dividido por la mitad. El rectángulo EMCD se traslada
sobre BK a la posición KBJG. Se considera entonces el cuadrado AJFE.al que
habría que quitarle el cuadrado peque o de la esquina (KGFM) para que la
superficie fuera equivalente al rectángulo original.

Se ha visto anteriormente el procedimiento para efectuar la sustracción de dos cuadrados desiguales, como
sería el caso. Consiste en tender una cuerda desde J hasta F haciéndola
girar hasta cortar en W al rectángulo original. Entonces, el cuadrado
deseado tendrá por lado la longitud JS. En efecto,

JS2 = JW2 - WS2 = AJ2 - BJ2 = (AJ + BJ) (AJ - BJ) =
AD x AB = Área de ABCD


cálculo que no es realizado más que para efectuar una comprobación algebraica actual de la corrección
del procedimiento llevado a cabo.

Cuadrilátero en trapecio


Los Sulbasutras ofrecen dos
procedimientos para transformar un altar cuadrado o rectangular en otro
trapezoidal isósceles.


Baudhayana parte de un rectángulo ABCD eligiendo el segmento AF que coincida con la base mayor del
trapecio deseado. Eso deja a un lado un rectángulo que se divide en dos
mediante una diagonal. De los dos triángulos que resultan el más extremo se
traslada al lado contrario del rectángulo AFED para formar el trapecio
deseado de igual superficie.

Cabe otra posibilidad a partir de un altar cuadrado ABCD.


Consiste en marcar sobre uno
de los lados (DC por ejemplo) dos puntos equidistantes de los vértices (E y
F) de manera que el segmento EF coincida con la base menor del trapecio
deseado. La misma distancia que separa E del vértice D se toma sobre la
prolongación del lado opuesto del cuadrado AB para conseguir los puntos G y
H que definen el segmento que constituye la base mayor del trapecio.

Al trazar los segmentos GE y HF, lados del altar trapezoidal, se forman triángulos que son iguales
(tienen un lado igual e iguales los dos ángulos adyacentes) por lo que la
misma superficie que se detrae del cuadrado original se añade, conservándose
finalmente el área.


Cuadrilátero y rombo



La forma de construir un
altar romboidal a partir de uno cuadrado resulta de una gran sencillez según
el método aportado por Apastamba. Así, se considera el cuadrado y se
construye uno de área doble mediante la diagonal del primero.

A continuación se toma el punto medio de cada lado del cuadrado doble, uniéndose entre sí. Como es
fácil deducir a partir de los ejes perpendiculares interiores, el área del
rombo así obtenido es la mitad del cuadrado grande y, por tanto, presenta la
misma superficie que el cuadrado peque o original.

Katyayana plantea incluso la acción contraria, transformando un rombo en rectángulo, aunque éste no sea
arbitrario sino que muestra uno de sus lados coincidente con la diagonal
mayor del rombo. Así, la mitad del rombo se puede transformar en dos
triángulos rectángulos iguales que se colocan en el lado contrario del medio
rombo opuesto, de un modo similar al que se seguía en uno de los
procedimientos para transformar un cuadrado en rectángulo.



Transformaciones de
cuadrado y círculo


Queriendo construir un altar
circular el primer problema propuesto fue el de la 'circularidad del
cuadrado', la transformación de un cuadrado en un círculo, que Baudhayana
resuelve del siguiente modo:

En el cuadrado ABCD sea
O la intersección de las diagonales. Con radio OD se traza un arco que corta en E
a la perpendicular al lado CD del cuadrado. Si P es el punto
de corte de dicha perpendicular con el lado CD, sea PQ = 1/3 PE. Entonces OQ
es el radio del círculo que tiene un área igual al cuadrado ABCD.

Calculemos la aproximación
propuesta en términos actuales. Si se considera el triángulo rectángulo ODP,
por el teorema de Pitágoras, resultará que OP = PD = L/ 2 siendo L el lado
del cuadrado original.

PE = L/√ 2 - L/2 = L ( √2 - 1) / 2

De modo que PQ = 1/3 PE = L ( √2 - 1) / 6

finalmente, el radio del círculo equivalente sería:


OQ = L/2 + L ( √2 - 1) / 6 = L ( √2 + 2) / 6

De este modo, al lado L del cuadrado le correspondería un diámetro de          d = L (
√2 + 2) / 3

Naturalmente, éste es un procedimiento aproximativo que conlleva la consideración final de un valor
de Π = 3,088273...


El problema inverso, la cuadratura del círculo, es resuelto inicialmente a través de una regla algo
aproximada: Dividir el diámetro en 15 partes de las cuales 13 se toman como
el lado del cuadrado. Esto es decir que el lado L = 13 d / 15 , lo que
conduce a un valor de Π = 3,004. Baudhayana, sin embargo, da una
aproximación aún mayor:

Si quieres cambiar un círculo en un cuadrado, dividir el diámetro en 8 partes, y
nuevamente una de estas 8 partes en 29 partes; de estas 29 partes
quitar 28, y además la sexta parte [de una de las partes quitadas]
menos la octava parte [de la sexta parte].

En otras palabras, el lado del cuadrado buscado es


7/8  +  1/8.29  -  1/8.29.6  +  1/8.29.6.8


del diámetro del círculo dado. ¿Cómo pudo llegar a este valor?. La búsqueda de una explicación
razonable resulta un proceso interesante sobre el que se han vertido
distintas hipótesis. Aquí daremos una versión algo antigua, la de Thibaut,
pero de cierta sencillez.


Se parte de la idea de que esta aproximación debe seguir un proceso en cierta forma inverso al que permite
obtener el diámetro a partir del lado del cuadrado. Teniendo en cuenta la
conclusión a la que llegamos entonces:

d = L ( √2 + 2) / 3


se deduciría que                                                               L = 3 d / ( √2 + 2)

Ahora bien, existe una expresión de √2 que es:            
√2 = 1 + 1/3 + 1/3.4 -
1/3.4.34

de manera que:                                              √2 + 2 = 3 + 1/3 + 1/3.4 -
1/3.4.34 = 1393/408


de donde:                                            L = 3 x 408 x d / 1393 = d x 1224/1393 = d x 0,878679...

La cuestión entonces se reduce a saber cómo Baudhayana pudo llegar a la aproximación citada,
teniendo en cuenta que es muy cercana al valor alcanzado:

7/8 + 1/8.29 - 1/8.29.6 + 1/8.29.6.8 = 0,878681...


Thibaut plantea que de lo que se trata es de averiguar la relación 1224/1393 de una forma más sencilla
o, en otras palabras, por qué número hay que multiplicar 1393 para obtener
1224. Por ello plantea las siguientes aproximaciones:

1) Halla 1/8 de 1393, que son 174 1/8.

2) Busca la mayor aproximación en octavos a 1224, que resulta ser

7 x 174 1/8 = 1218 7/8

3) Hemos multiplicado 1393 por 7/8 pero quedan:

1224 - 1218 7/8 = 5 1/8

¿Cómo conseguir 5 1/8 a partir de 1393?.

4) Despreciando 1/8 en 174 1/8 resulta que 174 : 29 = 6

lo que supone añadir 1/8.29 pero habría que llegar a 5 1/8, no a 6.

5) Se quita 1/6 de lo anterior (o sea, una unidad): 1/8.29.6

6) y ahora se añade 1/8 de esta unidad: 1/8.29.6.8

Resultando la fórmula propuesta por Baudhayana y teniendo en cuenta un error en la aproximación
que puede considerarse despreciable.



El círculo para los jainas



Dentro de la concepción del mundo que tenía el jainismo, la tierra venía a ser una isla circular con un
diámetro de 100.000 yojannas (aproximadamente un millón de kms). Dado que no
había todavía un desarrollo astronómico como el que se conocerá más tarde,
probablemente éste sea el motivo de una mayor profundización en el estudio
de la circunferencia y sus elementos principales como el segmento circular o
la longitud de una cuerda, que tampoco parecen provenir de la construcción
de altares, tema que por otra parte iba decayendo en interés por aquel
tiempo.

En todo caso, es posible registrar aproximadamente en el siglo II aC una obra (Tattwarthadhigama-sutra
Bhashya) de un matemático jaina de la escuela de la capital Pataliputra
(cerca de la actual Patna) de considerable importancia geométrica. Este
matemático, Umaswati, propone una serie de relaciones entre estos elementos
de la circunferencia (figura 4.12). Llamando C a la longitud de la
circunferencia, A al área del círculo, d al diámetro, c a la longitud de una
cuerda y h a la altura de un segmento circular (distancia entre la cuerda y
el arco que lo define situada en el diámetro), serían los siguientes:

1)  C  =  √10 . d                      
2)   A  =  1/4  C . d                         
3)  C  =  √(4h (d-h)


4)  h  =  1/2  (d - √(d2 - c2)      5) 
Arco  =  √(6h2 + c2)                  
6)  d  =  h2 + c2/4 / h


Atendiendo en primer lugar a
la igualdad (3), su deducción resulta relativamente sencilla considerando el
triángulo rectángulo formado por la semicuerda y dos radios, como se señala
en la figura. Por el teorema de Pitágoras resultará que se cumple la
igualdad:

d2 / 4  =  c2 / 4  +  (d/2 - h)2


de donde se deduce inmediatamente dicha igualdad sin más que despejar c.

A partir de ella, tratándola como una ecuación cuadrática en h,

h2 - hd  +  c2 /4   =   0


que una vez resuelta conduce a la igualdad (4). De igual manera, la expresión (6) se obtiene de la (3)
sin más que despejar el valor de d.

La expresión (1) da la longitud de la circunferencia en función del diámetro al multiplicarlo por
un factor 10 que, en concreto, equivale a tomar como valor de ð el de 3,162
lo cual resulta de una mayor exactitud que el clásico valor de Π = 3
considerado por diversas culturas de la antigüedad, incluida la india.

El origen de este número puede estar en la inscripción de un exágono dentro de un círculo, una forma
clásica ya por entonces de aproximarse a la longitud de la circunferencia.
Considerando que el lado del exágono (igual a d/2 por construcción) es una
cuerda, se le puede aplicar la igualdad (4) antes deducida para obtener la
altura h de esta cuerda:


Ahora bien, cada lado S12 del dodecágono se formaría dividiendo en dos cada lado S6 del
exágono de manera que (figura 4.13):


de manera que el perímetro total del dodecágono, una aproximación a la longitud de la circunferencia,
sería:

Por fin, desde la
aproximación (1) a la longitud de la circunferencia, se puede considerar el
caso particular en que la cuerda c que aparece en otras expresiones coincide
con el diámetro de la circunferencia (c = d) en cuyo caso la altura h = d/2.
A partir de dicha aproximación resultaría que el arco del segmento coincide
en este caso particular con la semicircunferencia:

llegándose a una expresión que puede generalizarse.



 
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