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Civilizaciones: LA ATLÁNTIDA
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De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 19/06/2010 18:18
LA ATLÁNTIDA


Platón menciona al continente perdido en dos de sus diálogos: el Timeo y el Critias.
El Timeo resume la conversación que tuvo Sócrates y tres de sus discípulos allá por el 421 a. JC. en Atenas. En el transcurso de la conversación, uno de los discípulos de Sócrates, Critias, relata a sus compañeros una historia que Solón, famoso político y legislador ateniense, le había contado a su abuelo. En uno de sus viajes a Egipto, Solón conoció a un sacerdote que le dijo que las crónicas egipcias contenían el relato de una gran guerra librada en tiempos muy antiguos, en torno al 9.600 a. JC., entre Atenas y "una poderosa hueste que, partiendo de un lugar lejano del océano Atlántico, avanzaba insolente para atacar a toda Europa, y a Asia por añadidura". Los invasores, siempre según los comentarios del sacerdote egipcio, procedían de una gran isla llamada Atlántida, situada más allá de las Columnas de Hércules; esa isla, mayor que África del Norte y Asia Menor juntas, era el centro de un poderoso imperio que comprendía numerosas islas atlánticas vecinas y grandes porciones de tierra "Libia hasta Egipto y Europa hasta la Toscana". Grecia resistió la invasión atlante y liberó a los pueblos que habían sido subyugados, pero después hubo "violentos terremotos y pleamares, y en un día y una noche de desgracia, todos aquellos hombres belicosos se hundieron como un sólo cuerpo en la tierra, y la propia isla de Atlántida desapareció en las profundidades del mar. Razón por la cual el mar es en esas partes intransitable e impenetrable, pues en medio hay un banco de barro, causado por el hundimiento de la isla". Nada más nos dice el Timeo sobre el fabuloso continente.

El Critias lo que contiene es una descripción de la isla, la fauna y flora que poseía (incluidos caballos y elefantes, lo que echa por tierra las teorías de que sudamérica es la atlántida, ya que no llegaron los caballos al otro lado del Atlántico hasta 1.492), la organización administrativa de la misma, su flota de 1.200 naves, sus ceremonias, su magnífica arquitectura y las virtudes de sus habitantes, los cuales "desdeñaban cuanto no fuese la virtud y tenían en poco la prosperidad de que disfrutaban". Pero el Critias también nos narra el porqué del final de la isla: "cuando el elemento divino que había en ellos empezó a debilitarse debido al cruce constante con los mortales y predominó el temperamento humano, no pudieron seguir siendo dignos de su suerte, y empezaron a comportarse de modo indecoroso". Llegó un momento en que Zeus, rey de los dioses, resolvió infligir a la Atlántida un castifgo ejemplar que calmase sus ambiciones, para lo cual "reunió en su muy honorable residencia a todos los dioses (...) y una vez que los tuvo allí reunidos les dijo: " Y aquí se interrumpe el Critias.

¿Es posible que desapareciera un continente entero en medio del Atlántico? ¿Qué clase de catástrofe pudo haber ocurrido? ¿Hubo un estado ateniense en el año 9.600 a.JC.? ¿Pueden remontarse las crónicas egipcias a una época tan remota? ¿Por qué Aristóteles, el discípulo de Platón, sólo dijo de la Atlántida "Quien la creó la destruyó también"? Como vemos, los interrogantes que se plantean son muchos; en la mayoría de los casos sólo se generan más dudas y sólo se puede responder a ellos con especulaciones y apreciaciones personales, aunque hay algunas hechos que nos prueban que en efecto, la Atlántida existió.

Al comienzo de la época de las exploraciones (S. XV), renació el interés sobre éste continente perdido y, basándose en la Biblia, los clásicos y la mitólogía, se propusieron múltiples ubicaciones de la Atlántida, algunas de las cuales son Mongolia, el Ártico, las islas británicas, Persia, Mesopotamia, Etiopía, Suecia, Sudamérica, Norteamérica, Azores, Canarias, Santorín, Creta, Ceilán y muchas otras. Aunque la mayoría de las ubicaciones son poco probables y sus teóricos modificaban datos y directamente se inventaban otros, hubo uno cuyas ideas no pueden desecharse a la ligera.

Ignatius Donnelly, el miembro más instruido del congreso norteamericano a finales del siglo XIX, publicó un libro (Atlantis: The Antediluvian World) en el que no se ofrecían nuevas pruebas de la existencia de la Atlántida, sino que se hacía una síntesis de las ya existentes, encontrando nexos entre pruebas que parecían no tener nada en común y consiguiendo ofrecer una secuencia de argumentos que no sólo corroboraban la historia de Platón, sino que además ofrecían datos nuevos sobre el continente perido de la Edad de Oro.

Donnelly se basó en lo que los antropólogos denominan Teoría difusionista que sostiene que si en lugares muy apartados surgen culturas parecidas, el hecho no puede ser casual, sino que se debe a contactos directos o indirectos.

Las dos culturas con tantas similitudes son la egipcia y la mesoamericana: Podemos encontrarnos asombrosas semejanzas entre sus templos, el hecho de que ambas culturas construyeran pirámides, la similitud entre sus aparejos, etc... y otro hecho que a Donnelly le pasó desapercibido y que viene a corroborar que entre ambas civilizaciones hubo un nexo: Ambas culturas son las únicas que representaban a sus dioses con forma de animal o de híbrido humano-animal. Por lo tanto, no cabe duda de que hubo un contacto cultural continuado entre los antiguos egipcios y los antiguos habitantes de centroamérica, aunque algunos antropólogos lo rechazen, argumentando que las culturas tienden a evolucionar de modo semejante aunque no tengan relación entre sí.

Una vez probada la existencia de la Atlántida en tiempos antiguos, la controversia se centró en qué tipo de desastre natural podría hacer desaparecer un continente entero situado en medio del Atlántico, ya que la tectónica de placas no deja lugar para la Atlántida, y por lo tanto, la destrucción de la misma sólo pudo deberse a un fenómeno excepcional. Recordemos que en el Timeo, se menciona que la Atlántida fue destruida en un día y una noche, por lo tanto, rechazamos la hipótesis de un brusco cambio nivel de las aguas. ¿Qué tipo de desastre pudo haber ocurrido entorno al año 9.600 a JC.? Las hipótesis han sido de lo más variadas, siendo el impacto de un meteorito y la aproximación de un cometa gigante (que hoy en día sería Venus) las dos principales hipótesis que aún hoy en día no han podido ni ser probadas por completo ni refutadas por completo.

Curiosamente, la prueba de la localización de la Atlántida no surgió de tradicionales investigaciones, sino que Edgar Cayce, popular adivino norteamericano, predijo en 1.933 durante un estado de trance : "En la parte hundida de la Atlántida o Poseidia (...) puede aún descubrirse parte de los templos bajo el fango acumulado por tantos siglos en el mar, cerca de lo que llaman Bimini, frente a las costas de Florida". En 1.968 un equipo de exploradores submarinos descubrió lo que parecía una construcción de 580 metros de longitud y forma de J, hecha en enormes piedras rectangulares que descansaban en el fondo del mar a media milla de Paradise Point, en Bimini Norte, una de las Islas Bahamas.

Algunos geólogos se apresuraron a descartar que pudiera tratarse de la Atlántida considerando que esas piedras eran una formación rocosa natural (teniendo en cuenta que la linea recta no se da en la naturaleza, y que las piedras en cuestión tenían todas cantos pulidos, la explicación cae por su propio peso) y hubo un gran número de arqueólogos y atlantólogos que estaban seguros de que dichas piedras habían sido puestas allí en los últimos años, pero también ésta segunda teoría fue refutada cuando el Dr. David Zink, tras repetidas exploraciones submarinas desde 1.974, descubrió otros muchos parajes: piedras labradas con los bordes machihembrados, una cabeza esculpida en un trozo de mármol, pautas geométricas en la colocación de las piedras, que contienen referencias astronómicas a la constelación de las Pléyades y monumentos megalíticos que no podían haber sido llevado allí por el hombre en los últimos años, ya que en todos ellos había huellas de la erosión provocada por miles de años en el fondo del mar.

Llama la atención que la ubicación de la Atlántida esté precisamente tan cerca del Mar de los Sargazos, donde no se atrevían a entrar las naves hasta bien entrada la edad moderna por el miedo a encallar en su fondo fangoso, y recordamos lo escrito literalmente del Timeo en la página anterior "(...) la propia isla de Atlántida desapareció en las profundidades del mar. Razón por la cual el mar es en esas partes intransitable e impenetrable, pues en medio hay un banco de barro, causado por el hundimiento de la isla".

Parece ser que el mito inmortal de la Atlántida tiene una base real y que lo escrito por Platón, aparte de algunos excesos cometidos por el sacerdote egipcio, su discípulo Critias o él mismo, tiene un transfondo verídico. Ahora es el momento de que cada uno saque sus propias conclusiones acerca de la Atlántida.

La Atlántida



¿Dónde surgió el mito?

xiste un relato inconcluso dentro de los Diálogos perdidos de Platón que describe la existencia de un continente emplazado más allá de las Columnas de Hércules (el Estrecho de Gibraltar) donde sus habitantes gozaban de una civilización tan sofisticada como jararquizada. Este relato se desglosa en dos obras de estos Diálogos titulados Timeo y Critias, donde el narrador detalla minuciosamente la estructura de Atlantis marcando su evolución desde su génesis hasta su desaparición por un temible maremoto fruto de la ira de Júpiter. Según explica Platón, el dios de los dioses, enojado por la "depravación de un pueblo antes tan generoso", decidió reunir a todos los dioses para... Y aquí se acaba el relato. Es evidente que su castigo tomó forma de maremoto, puesto que el resultado fue que el continente desapareció bajo las aguas, pero retrocedamos al inicio del relato y veamos cómo era esa civilización que tantos sueños ha despertado entre investigadores.

Según Platón por boca de Critias, los dioses se repartieron la Tierra en varias partes, correspondiendo este Continente a Poseidón. El dios de los mares permitió que allí vivieran Evenor y su mujer Leucipo, concretamente en la montaña que reinaba en el centro de la isla. De esa unión nació una única hija, Evenor, de quien se enamoró Poseidón y con la que finalmente tuvo cinco generaciones de hijos y gemelos. Así, este dios decidió fortalecer la isla distribuyéndola en círculos de mar y tierra como si de una gigantesca diana se tratara, y al primogénito le otorgó la porción correspondiente a la morada de su madre y antes de sus abuelos, es decir, la montaña central. Este hijo recibió el nombre que después se empleara para designar a toda la isla y el océano Atlántico: Atlas.



Con el transcurso de los años y manteniendo la jerarquía marcada en la distribución divina del territorio, la civilización atlante fue prosperando. Gozaban de fuentes termales, de minerales preciosos, de una fauna rica y tierra fértil, y para conseguir el mejor de los puertos de la época, realizaron canales que conectaban los círculos de agua entre sí, pues éstos eran un inmemorable resguardo natural para los barcos.

Riquezas, abundancia y sabiduría desviaron a los atlantes hacia la codicia de la conquista de las tierras occidentales, donde perdieron su virtud ante los dioses hasta provocar la cólera de los dioses hasta provocar la cólera de los mares que hizo desaparecer.

¿Pudo existir la Atlántida?

esde hace mucho tiempo, el hombre ha creído fervorosamente en la existencia de una civilización más avanzada a todas las conocidas por aquel entonces. Se llegó a decir incluso que si una tierra no se alzase en el mar cerca del viejo mundo, los hombres no viajarían y nunca se oiría hablar de ella, razón por la cual se debía aceptar su existencia. Y aunque también muchos pensaban que no era más que un cuento de hadas, la mayoría creía en ella hasta que en 1492 Cristóbal Colón llegó a costas Americanas. Comenzó entonces un largo periodo en el que se afirmaba que el Nuevo Mundo era aquella misteriosa civilización y se abandonó toda búsqueda y creencias.

Pero ya entrado el siglo XIX, con el avance de medios, nuevos descubrimientos hicieron renacer toda creencia y se demostró que tal vez, América no era aquella isla que una vez fue buscada.

A partir de entonces, toda serie de sucesos, hallazgos y creencias en seres lejanos, tal vez de otros planetas, algo que no fue posible hasta que la ciencia pudo demostrarlo o numerosos testigos eran ya capaces de comprender lo que veían, han hecho que se abra una nueva página en la historia de la Atlántida, desencadenando en unas conexiones que, sean ya posibles o no, vamos a tratar aquí, pues finalizando ya el siglo XX, somos capaces de asignar explicaciones casi-lógicas a casi todo, o por lo menos, sabemos que todo aquello que tiempo atrás era prohibido, ahora es real o muy posible.

El calendario solar azteca puede ser, en efecto, el mapa completo de la ciudad, tal y como lo describió Critias.



Se decía que los atlantes tenían adoración por el sol, la luna y la tierra, por este orden. Algo realmente básico y aceptable para la época en la que debió estar la ciudad. Basándose en esto, se piensa que construyeron otras tres colonias en honor a las tres deidades que adoraban.


La existencia de construcciones tan similares a cada lado del Atlántico, es decir, pirámides, se piensa que en efecto debían tener alguna conexión, una tierra que servía de nexo entre ambas culturas, lo que lleva nuevamente al tema de las tres colonias. Egipto podría ser claramente la colonia dedicada al sol, mientras que Sudamérica la de la tierra. Falta por tanto la segunda colonia, que siguiendo la lógica, estaría en el norte, donde la noche es más larga que el día, es decir, la colonia lunar. Se piensa que Islandia podía ser la clave, pero aún no se ha descubierto nada allí.

Además, estudiosos que se han basado en la idea piramidal, afirman que las tres colonias deberían estar situadas en lugares específicos. De sobra es conocido que de Egipto a México podría trazarse una linea casi recta, siguiendo el Trópico de Cáncer, lo que lleva de nuevo a la idea de la segunda colonia que sería la punta de la pirámide imaginaria.

Tampoco se ha descartado la teoría de que, si en efecto los atlantes tenían unos conocimientos tan precisos de la tierra, la Atlántida pudo estar situada justamente en la intersección entre el Trópico de Cáncer y el meridiano 40, y se podría decir que es el justo lugar donde se diferencian las dos placas litosféricas, con lo cual se deduciría que su movimiento pudo ser el causante de la desaparición de la ciudad.

Ignorando los detalles del continente, hay que centrarse en la posibilidad de que hubiera una porción de tierra suficientemente extensa como para considerarla un continente, y eso ya no se puede debatir con la misma tranquilidad que un relato de Platón.

Es cierto que se han encontrado tumbas de seres gigantescos en las islas Canarias, y que esto hace pensar en la posibilidad que algunos atlantes sobrevivieran al maremoto y llegaran hasta las islas afortunadas. También se cierto que hay registrada una erupción volcánica de una intensidad tal que provocó un maremoto más o menos cuando se supone que Atlantis se debió sumergir, así como existe una cordillera submarina que recorre de norte a sur todo el océano Atlántico y que, en algún momento, tuvo algunos de sus picos fuera del agua.



Pero todo ello no son más que datos confusos e imprecisos. Es una lástima que no exista constancia alguna de tal existencia. Por ello, si Platón pudo informarse en algún momento de Atlantis, debió ser gracias a Egipto, donde a diferencia de otras civilizaciones, el pasado se intentaba registrar en escritos, pues los egipcios eran conscientes de que el ir preguntando a los comerciantes más ancianos de los puertos si habían heredado algún conocimiento de sus antepasados.

Lo que está claro es que si hay algunos aspectos de Atlantis que ya han quedado descartados, aún quedan algunas incógnitas por resolver que un continente en medio del Atlántico solucionaría inmediatamente. Los arqueólogos siguen investigando en ello a la espera que la técnica les permita avanzar con más rapidez, pero lo que es cierto es que Atlantis existe de alguna forma.

Últimos hallazgos.

racias a los estudios e investigaciones geológicas locales que se han llevado a cabo se sabe, sin ninguna duda, que todo el archipiélago que abarca el arco que se extiende desde la desembocadura del caudaloso río Orinoco hasta el Yucatán son restos de tierras sumergídas que componían parte integrante del continente perdido.

Las analogías de idiomas, religión, monumentos, tendencias y costumbres entre americanos, íberos, etruscos y egipcios demuestra también la existencia de la Atlántida cuya costa occidental llegaba al Nuevo Mundo y la oriental a Europa.

Ha sido fotografiado en las profundidades del Atlántico, en la zona de la isla Bimini, en pleno Triángulo de las Bermudas, una especie de muro de varios metros de longitud, vestigio tal vez de una ciudad sumergida. Según el explorador submarino Rebikoff, es una construcción de tipo rectangular con contornos muy bien definidos, en medio de la cual se abría una especie de cámara, mientras que en otro punto observó una especie de canal de 550 metros de longitud, bordeado de muros tallados en la misma. Más tarde aparecieron los bloques sumergidos en todas sus colosales proporciones. Están formados por monolitos de aproximadamente 5 metros de largo, 5 de ancho y medio metro de altura, con un espesor bastante compacto. Cada uno de los bloques pesa aproximadamente 25 toneladas.

Aunque aún no está considerado como prueba, el calendario solar azteca tiene los mismos anillos que el mapa que describió Critias y cuadra en muchas facetas con dicho mapa. Incluso tiene talladas formas animales parecidas a caballos justo en la zona en la cual, según Critias, debía de estar el hipódromo, cuando todos sabemos que hasta la llegada de Colón, no había caballos en América.

Un gran número de aviadores que sobrevolaron el triángulo de las Bermudas han asegurado ver emerger del mar una ciudad entera, viendo en ella una actividad frenética. Han hablado incluso de gente de metro veinte de estatura, con ojos negros y rasgados hacia los lados y de complexión débil. Aunque esto último nos haga pensar en seres extraterrestres, no queda descartado del todo.

Al parecer, un estudioso alemán del tema dice en su libro sobre la Atlántida que los atlantes tenían cierto artilugio con cristales engarzados, que tenía una función similar a nuestro láser. Por desgracia no sé aún el nombre completo de este estudioso, por esa razón no lo hago constar.

También se ha descubierto parte de un muro sumergido de forma circular cerca de las islas Canarias. Por desgracia no tengo más datos datos o medidas de dicho muro.

Artículo creado por: IndyEsp


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