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Enigmas: REED, EMERSON, GARDNER Y OTROS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 30/06/2010 16:38
REED, EMERSON, GARDNER Y OTROS
¡La Tierra es Hueca, Hueca, Hueca!

Ana Debora Glodstern



Uno de los primeros evangelistas en retomar las teorías de Symmes fue William Reed, que en 1906 publicó “El fantasma de los Polos”. Plagado de referencias científicas, y nutrido de una amplia bibliografía con especial énfasis en los trabajos publicados por los exploradores del Ártico, el libro alcanzó la categoría de culto entre los seguidores de la Tierra Hueca, y se convirtió en un material de referencia obligatorio para los demás estudiosos del tema.

Escribiría Reed “la tierra es hueca o no es ¿Qué pruebas hay de que no sea hueca? Absolutamente nada lógico y pormenorizado. Por el contrario: todo lleva a creer que es hueca. Si lo es realmente y si en su interior hay volcanes en actividad, ¿no deberíamos divisar grandes resplandores reflejados en los témpanos y en las nubes, así como otros grandes fuegos reflejan la luz? ¿No tendríamos que ver grandes nubes de humos y de polvo, análogamente a lo que sucede con otros volcanes en actividad? Es precisamente eso lo que han testimoniado todos los exploradores: nubes oscuras y bajas que afloran en el mar o que flanquean los témpanos”. // “Si la Tierra fuera hueca ¿una vez que se ha penetrado en la abertura polar no debería hacer más calor en invierno y más fresco en verano? Son los exploradores árticos quiénes afirman que el viento del norte, en invierno, hace subir la temperatura, en tanto que al sur se mantiene más baja. En verano, en cambio, el viento del sur hace subir la temperatura, que el norte se mantiene más alta. Exactamente, lo que ocurriría si los vientos procedieran del interior de la Tierra. Además, si la Tierra es hueca, no puede ser redonda, ya que la abertura proporcionalmente a su propia extensión, le restaría parte de su redondez. De cualquier modo, todos concuerdan en que la Tierra es achatada en los polos. Además se torna más templada cuando se va hacia el norte o el sur ¿Se trata de esto? No hay sino una respuesta: que la Tierra es hueca, más cálida en su interior que en el exterior. El viento que sopla en verano entibia la atmósfera a medida que uno se aproxima al norte. Si la Tierra fuera sólida, ni la ciencia ni la razón podrían proporcionar una explicación racional del mayor calor existente más al norte. Todas las teorías conocidas se oponen a tal conclusión. Cuanto más pronto se adopte la teoría según la cual la Tierra es hueca, tanto más pronto se resolverán las cuestiones más complicada, el espíritu se gratificará con ese inmenso placer que representa el triunfo de la razón”.

Además de este pensamiento Reed proponía doce preguntas en el “Fantasma de los Polos”, que reafirmaban su posición, algunas de las cuales versaban sobre:

· Ausencia de sol durante los largos inviernos árticos
· Funcionamiento anormal de la brújula en el extremo Norte
· Superación del anillo que delimita la abertura polar e ingreso en el interior de la Tierra
· Rocas en los témpanos, nieve de color, polen y polvo en el extremo Norte
· Mar abierto en el extremo Norte
· ¿Por qué hace más calor cerca de los Polos?
· ¿Cuál es la causa de la coloración de las nieves del Ártico?
Dos años más tarde vería la luz (1908) “El Dios humeante o un viaje al interior de la Tierra” de Willis George Emerson. Relato en formato novela, el escritor afirmaba que basaba su historia en un hecho real acaecido en 1829 protagonizado por un pescador noruego, Olaf Jansen, que junto a su padre lograron penetrar en tierras desconocidas del Polo Norte. Según narra Emerson, Jansen le legó un manuscrito y mapas de su aventura polar, poco antes de morir. Allí se afirma que en esa cavidad intraterrena habitan gigantes vegetarianos con edades de entre 400 a 800 años. En su interior hay un sol brumoso y la relación agua tierra es lo contrario a la existente en la superficie como si se tratase de una negativo de nuestro propio mundo “Poseen un altísimo nivel científico. Están en condiciones de trasmitirse unos a otros el pensamiento, utilizando un cierto tipo de radiaciones; además, disponen de fuentes de energía más potente que la electricidad”. Su lenguaje se parece al sánscrito, y se trasladan de una ciudad a otra en un tren tipo monoraíl, que funciona con volante antigravitacional. Los gigantes serían descendientes de las 10 tribus perdidas de Israel, y vivirían en Jehu. En otras de sus ciudades, Edén, residiría el rey del mundo, cuya capital es Shamballah.

El libro de Emerson inspiraría posteriores descripciones del mundo intrataterreno, y marcaría el modelo a seguir. Su fascinante combinación de tecnología de avanzada con misticismo religioso sería continuada por varias autores.

En 1913 aparece el libro de Marshall B. Gardner (1), “Viaje al Centro de la Tierra o ¿Los polos han sido realmente descubiertos? “Retomando el camino trazado por Reed, el trabajo de Gardner resumía “veinte años de investigaciones basados en los informes de los exploradores árticos y en las observaciones astronómicas”. Aunque los escritos presentados se volvían más complejos, con el objeto de ganar más adeptos a la causa de la Tierra Hueca, la idea central de Symmes perduraba por más que se la intentara ridiculizar. Gardner “consideraba a su predecesor como un mero chiflado” // “y despreciaba los planetas internos de Symmes”. Sin embargo su inmenso tratado de casi cuatrocientas cincuenta páginas no escapaba a la visión general vaticinada por Symmes, que Gardner también reproducía pero en mayor escala.

Decía: “que la Tierra es una conchilla vacía cuya corteza externa tiene un espesor aproximado de 800 millas y cuya abertura polar mide alrededor de 1.400 millas de diámetro. Afirma que los mamuts proceden del interior de la Tierra, donde viven aún, y que los animales gigantescos hallados en la región polar no pertenecen a especies extinguidas en la prehistoria sino existentes todavía: quedaron congelados en el momento de pasar por la abertura polar. Siempre en apoyo de su teoría de que la Tierra es hueca y posee un sol central (2), Gardner destaca que los pájaros y los animales, en invierno, emigran hacia el norte, para hallar una temperatura más templada. Agrega asimismo, que a medida que los exploradores se aventuran hacia el polo norte el clima se torna más cálido, en particular una vez superado el paralelo de 80º. Los vientos procedentes del extremo norte tornan el aire más tibio. Por la misma causa, las aguas del mar, siempre en el extremo norte, en vez de estar congeladas, se mantienen líquidas. Gardner se ocupa más adelante del polen rojo hallado en los témpanos y ventisqueros, como así también de los detritos vegetales arrastrados por las corrientes tibias procedentes del norte”.

Los escritos de Gardner así como los de Reed, profesaban un acercamiento científico del tema; no obstante solo hipotetizan a bases de las observaciones realizadas, y evitan pronunciarse sobre una futura exploración que comprobara sus teorías. Sin embargo sus trabajos dejarían una profunda huella y grandes interrogantes, que alimentarían las ansias por buscar esas tierras más allá de los Polos. Con el advenimiento del Nazismo, la teoría de la Tierra Hueca tomaría un nuevo giro, inscribiéndose en las páginas de historia como uno de los sucesos más insólitos registrado durante la Segunda Guerra Mundial

Notas

(1) En el momento de la publicación de su libro Gardner trabajaba como empleado en una compañía corsetera de Illinois y se costeó su propia impresión.

(2) “La más elevada temperatura existente en la zona de orificio polar y la aurora boreal se explican, según Gardner, por la fuente de calor constituida por ese sol; Reed, en cambio atribuía dicho fenómenos a las erupciones volcánicas. Un sol central fuente de calor y de luz, torna posible la existencia de vida humana en el interior de la Tierra. También Reed creía en esta vida, peso a que no lograba explicar un solo central como fuente de aquella luz, sin la cual la vida sería imposible. Gardner se remite también a los datos de la observación astronómica para demostrar que no sólo la Tierra sino también todos los demás planetas son huecos en el interior y poseen un solo central. Gardner vincula estas características con la formación originaria de los planetas


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