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Lugares de Poder: Monte Shasta
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De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 30/06/2010 21:55
Monte Shasta

Literatura Indígena

"Porqué erupcionó el Monte Shasta"

El coyote, un espíritu malévolo y universal vivía cerca del Monte Shasta, lo que hoy es California. En su habitat había muy pocos peces y en especial salmones. Sus vecinos, los indígenas del Shasta, siempre pescaban mucho más de loque podían necesitar.

Los indígenas habían construído un dique que servía como trampa para pescar especialmente al salmón. Lo comían crudo o lo asaban sobre carbón y grandes cantidades de salmón se desecaban para suplir la falta de alimento en invierno.

Otras tribus se dirigían allí para comprar salmón, ésto creaba abundancia y respeto a la tribu del Shasta.

Un día el coyote soñaba que comía un exquisito salmón. Su boca se hacía agua mientras pensaba en una presa de salmón, fresca y bien cocida.

"Estoy tan hambriento" se dijo a si mismo "Si visito a mis amigos del Shasta, puede que tenga un salmón para la cena". El coyote se aseó y se dirigió a la villa imaginando un fresco salmón nadando ante sus ojos. Se encontró con los indígenas en el dique que estaban pescando salmón.. Le dieron la bienvenida y le dijeron que podía llevarse todo el pescado que necesitara. Hambriento y lleno de avaricia, pescó muchísimos más peces de lo que realmente necesitaba. Después de haberles agradecido a los indígenas su gran hospitalidad, cargó sobre su espalda lo que había pescado y emprendió su regreso a casa. Como su carga era más pesada de lo que podía llevar y aún faltaba un gran trayecto por recorrer, decidió descansar un rato.



"Sería mejor que descansara. Una corta siesta me hará bien". Se acostó en el pasto boca abajo mientras su carga seguía colgada de su espalda. Así se quedó dormido. Mientras descansaba cientos de avispas se avalanzaron sobre su carga de salmón y lo único que dejaron son sus espinas al aire. El coyote se despertó con mucha hambre. Pensó que en ese momento sería bueno saborear un trozo de salmón. Pero su banquete ya no estaba allí. Se paró y comenzó a saltar de furia y gritaba una y otra vez "Quién robó mi salmón?".

Se arrojó en el suelo y empezó a buscar el salmón, pero no encontró ninguna pista visible. Por lo tanto decidió regresar a la villa del Shasta y le pidió a sus buenos amigos si podía pescar más salmón.

"Qué es lo que sucedió contigo?" le preguntaron los indígenas cuando vieron su bolsa solo con los huesitos del salmón.

"Estaba cansado y decidí dormir una siesta. Cuando estaba dormido alguien sigilosamente me robó toda la carne del salmón que ustedes me habían dado. Me siento muy tonto al preguntarles si puedo pescar más salmón en su dique".

Amistosamente lo invitaron a pasar la noche allí y pescar a la mañana siguiente junto a ellos.

Una vez más, el coyote pescó salmones y cargó su segunda bolsa de salmón sobre su espalda y emprendió su regreso a casa.

Extrañamente, el coyote se sintió cansado en el mismo lugar que antes, sin embargo esta vez decidió que no se echaría a dormir. Con sus ojos bien abiertos pudo ver que cientos de avispas se acercaban a él. Jamás se hubiera imaginado que eran ellas las que le habían robado su salmón. No atinó a hacer absolutamente nada.

En un abrir y cerrar de ojos, las avispas se llevaron la carne del salmón y desaparecieron.

Furioso consigo mismo, el coyote se fastidió con las avispas. Desvalido, se dirigió nuevamente a la villa y le contó a sus amigos lo que había visto con sus propios ojos. Escucharon su historia y sintieron pena por el desdichado coyote.

"Por favor, llevate tu tercera bolsa de pescado y ve al mismo lugar y descansa. Te seguiremos y nos esconderemos cerca de ti y procuraremos que las avispas no roben tu pescado".

El coyote tomó su bolsa y se fue. Los indígenas lo siguieron de acuerdo al plan establecido.

Mientras todos esperaban a las avispas, misteriosamente y a paso lento llegó una tortuga.

"¿Pero quién te pidió que vinieras?" le preguntó muy enojado el coyote.

La tortuga no respondió y se sentó cerca de él.

"¿Para qué viniste......para molestarnos? Estamos esperando a las avispas que me robaron las dos bolsas de salmón. Las espantaremos con mis amigos del Shasta. ¿Porqué no sigues tu camino?".

Pero la tortuga no se sintió molesta por las palabras del coyote y continuó sentada allí. Mientras el coyote seguía mofandose de la tortuga , las avispas regresaron. Repentinamente se arrojaron sobre el salmón y dejaron una vez más los huesecillos pelados.

Los indígenas y el coyote quedaron atónitos. Un minuto después comenzaron a perseguir ferozmente a las avispas. Corrieron tan rápido como pudieron, hasta quedar exhaustos.

La tortuga comenzó a caminar lentamente como si supiera cómo y dónde apresar a las avispas.

Las avispas también sabían dónde debían ir, y volaron en línea recta hacia la cumbre del monte Shasta. Allí tomaron el salmón que habían robado y lo pusieron en un hueco de la cima de la montaña. La tortuga vió dónde se dirigían y esperó pacientemente al coyote y a los indígenas para apresarlas.

Finalmente llegaron a la cima del monte donde la tortuga les mostró el hueco por donde se habían metido las avispas. El coyote comenzó a hacer una gran fogata. El humo comenzó a entrar por los huecos. Ellos pensaron que esto sería suficiente para sacar a las avispas de allí. Pero ellas no salieron. Desesperadamente empezaron a correr de aquí para allá, tratando de cerrar todos los huecos que había en la cima del monte y de este modo sacar a las avispas. Mientras ellos trabajaban , la tortuga con su caminar lento, llegó a los más alto de la cima. Lentamente se sentó sobre el hueco por donde habían entrado las avispas y lo cubrió con su caparazón .. Lo hizo con tanto éxito que el humo dejó de salir por el hueco.

"Seguramente las avispas estarán muertas" dijo el coyote dispuesto a descansar.

"¿Qué es ese ruído que retumba? Se preguntaban todos. Se escuchaba un ruido ensordecedor que venía de lo más profundo del Monte cada vez más cerca de la superficie.

La tortuga decidió que ya era hora de salir de ese hueco caliente. Repentinamente hubo una terrible explosión en la montaña y comenzó a salir humo, fuego y grava por todos lados.

Para deleite del coyote, el salmón empezó a salir de la cima de la montaña cocinado y humeado, listo para comer.

Es así como el coyote, los indígenas y la tortuga se sentaron a comer una deliciosa cena de salmón.

A las tribus indígenas del Monte Shasta les gustaba incluir este cuento diciendo: "Es así como las erupciones volcánicas comenzaron hace miles de años atrás en el Monte Shasta".

Fin


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