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Biografias: DRA. ANNIE BESANT
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 01/07/2010 15:22

DRA. ANNIE BESANT

 

 

 

 

 

 El 1º de octubre de 1932, LA Dra., Annie Besant cumplirá los ochenta y cinco años de edad.  Es tan conocida en el mundo entero, que cualquier hecho
que a ella se refiera se lee por todos con el mayor interés.  Ha
tenido una vida tan dramática, que por muchos conceptos ella simboliza algunas
fases del desenvolvimiento mundial.  Su autobiografía, escrita en
1893, describe su vida hasta el año 1891, fecha del fallecimiento de Madame
Blavatsky.  Este libro revela acontecimientos tan sensacionales,
que es una de las biografías más fascinadoras que pueden leerse. 
Pero desde entonces han sucedido muchas cosas en su vida, y hoy no
tenemos una biografía adecuada.

   El padre de la Dra., Besant era mitad inglés, mitad irlandés  Su madre era irlandesa pura.  Aunque legalmente inglesa,
nacida en Londres, la Dra. Besant siempre se ha negado a llamarse inglesa, y
siempre ha dicho que es irlandesa.  La parte irlandesa de sus
antepasados se refleja en ciertos aspectos de su carácter – su naturaleza
intuitiva, un genio muy sutil y la instantaneidad de sus réplicas--.  
En la vida  privada, uno de sus mayores encantos es este
elemento irlandés, tan sumamente ingenioso.

   Fue cristiana devota, y a la edad de veinte años la casaron con un sacerdote inglés: el despertar de su carácter la hizo dudar de varios de los
dogmas cristianos.  No era la duda del descreído, sino la de un
temperamento muy espiritual que deseaba intensamente, no sólo creer, sino además
comprender.   La imposibilidad de encontrar lógica en las
tradiciones cristianas la llevó a dejar la Iglesia y a hacerse
librepensadora.

   Su vida matrimonial fue ya muy desgraciada.  Había tenido dos hijos, un niño y una niña.  Ella ha dicho muy poco de lo que
sufrió como esposa.  En el curso del pleito que su marido entabló
contra ella para quitarle su hija, al fin tuvo que declarar, para defenderse,
cómo había sido maltratada de obra y echada de la casa.  Su
tragedia conyugal fue tan horrible que una vez adquirió veneno con el propósito
de ingerirlo y acabar de una vez.  Al ir a beberlo oyó una voz
clara de severo reproche, que le decía:   “¡Oh, cobarde, cobarde,
que soñabas con el martirio y no puedes resistir unos pocos años de
penas!”.  La voz era muy solemne, y a ella no le pareció exenta de
bondad.  Fue como si le hubieran dado un latigazo, pues en su niñez
había leído vidas de santos y soñado con la gloria del martirio. 
Inmediatamente tiró el frasco por la ventana, y jamás olvidó la
voz.

   Abandonó a su esposo llevándose a la hijita.  En el curso de sus trabajos literario colaboró estrechamente con Charles Bradlaugh. 
Durante muchos años, ambos trabajaron juntos y elevaron el movimiento
librepensador a extraordinaria altura de vigor intelectual.  Sus
maravillosos dones de oratoria y el fuego con que denunciaba la intolerancia
religiosa hicieron de ella una de las figuras más destacadas de la época
Victoriana, aunque no hubo calumnia que no lanzasen contra ella sus ortodoxos
adversarios.

   Las circunstancias la envolvieron en una serie de luchas dramáticas, la primera de las cuales fue la batalla por la publicación del folleto
Knowlton.  Se trataba de un folleto sobre restricción de la
natalidad, que ya había sido publicado en Inglaterra sin obstáculo
alguno.  Peor un funcionario de la policía instigado por los
ortodoxos, prohibió que se siguiera vendiendo, alegando que era una obra
“obscena”.  El Sr. Bradlaugh y la Sra. Besant pronto recogieron el
reto contra la libertad de imprenta, reimprimieron el folleto y pusieron sus
nombres como editores.  Esto la señalo enseguida como propagandista
en la restricción de la natalidad, aunque al tiempo de reimprimir el folleto sus
ideas sobre el asunto no eran muy claras.  Su publicación tenía por
objeto defender los derechos del público y no hacer propaganda de la restricción
en la natalidad.  Tanto ella como el Sr. Braudlaugh fueron
procesados, y ambos se defendieron a sí mismos sin emplear abogado. 
La Sra. Besant demostró notable capacidad forense, y si hubiese escogido
la carrera de leyes, hubiera llegado a ser uno de los abogados más brillantes y
afortunados.  Después de perder el pleito en primera instancia, lo
ganaron finalmente en apelación.  Entonces retiraron enseguida el
folleto de la circulación, pues había sido vindicada la libertad de
imprenta.

   Luego después su esposo la demandó para reclamar a su hija, alegando que la madre, por sus ideas, no era persona “adecuada” para tenerla. 
Esto sumergió a la Sra. Besant en un nuevo pleito.  Su
relato es muy notable, pues revela la habilidad de la Sra. Besant y la dureza
del juez.  Durante varios días fue su propio abogado, resistiendo
uno a uno los ataques del abogado de su marido y del juez.  Perdió
el pleito, y la separación de su hija le produjo honda pena.  Más
adelante, tanto la muchacha como su hermano mayor, fueron devotos admiradores de
su madre, y aun lo son.

   Ahora la vemos en una nueva fase de su carrera.  En 1879 se matriculó en la Universidad de Londres, y prosiguió sus estudios de
ciencias.  En 1881 aprobó el examen intermedio de la Universidad,
con sobresaliente en Botánica, y aprobando todas las asignaturas necesarias para
los grados de Bachiller en Ciencias y en Medicina.  Hubiera
procedido a tomar el grado de Bachiller en Ciencias a no mediar la amenaza de
uno de los profesores, que era examinador, el cual dijo que la suspendería en el
examen, aunque todas sus contestaciones fuesen correctas.  Durante
esta época empezó a dar conferencias científicas a obreros.  Sus
brillantes conferencias sobre la Revolución francesa empezaron en estos
tiempos.  Desde 1885 se relacionó estrechamente con la Sociedad
Fabiana, algunos de cuyos prohombres viven aún, tales como  Bernard
Shaw, Sidney Webb (Lord Passifield) y Sidney Olivier (Lord Olivier). 
Ramasay Macdonald se les unió más tarde.  En 1885 organizó
la huelga de cerilleras en la fábrica de los Sres. Bryant & May, y la
ganó.  En esta época la encontramos de Secretaria en la Unión de
Cerilleras.

   Empieza otra fase cuando, al sentirse poco satisfecha con su actitud negativa como librepensadora, empezó a hacer investigaciones sobre espiritismo,
hipnotismo, etc.  No le dieron una prueba lógica y clara de
supervivencia después de la muerte, aunque los fenómenos fueron
interesantes.  Fue, sin embargo, en esta época cuando le sucedió
una experiencia entonces inexplicable.  Se hallaba sentada en las
oficinas de Fleet Street del National Reformer pensando sobre sus fracasos en
busca de la Verdad, cuando de repente oyó una voz que le decía: “¿Está dispuesta
a abandonarlo todo por aprender la Verdad?”.  Instantáneamente
respondió: “Sí, Señor”.  No sabía quién había hablando, pero era la
misma voz de la ocasión precedente.

   No habían pasado muchos días cuando el Sr.  W. T. Steead, editor de la Review le envió la Doctrina Secreta de Mme. Blavatsky, para que la
revisara.  Le dijo que ninguno de los jóvenes del personal sentía
el menor deseo de ocuparse de los dos inmensos volúmenes y “usted está lo
bastante chiflada para ocuparse de estos temas y sacar algo en limpio”. 
En cuanto hubo leído la obra, le pareció que una síntesis de la Verdad,
largo tiempo perdida, ilumina de súbito su mente.  Solicitó una
entrevista con la autora y desde esa primera conversación con Mme Blavatsky la
vida de Annie Besant cambió por completo.  Se separo de sus amigos,
y también hasta cierto punto del socialismo.  La nueva luz que
había recibido la inspiró aún más firmemente que nunca para dedicarse al
servicio del mundo, pero no ya para remediar  a la ligera los
diversos males que existen en la organización del mundo, sino para atacarlos en
su raíz, a la luz de las leyes que gobiernan toda la existencia de modo que
todos los males pudieran eliminarse como resultado de nuevos efluvios de
corrientes vitales.

   Poco después de hacerse discípula de Mme. Blavatsky, se puso en relación con el Adepto llamado “el Maestro M.”, que fue uno de los dos Adeptos fundadores
de la Sociedad.  Entonces supo por vez primera que El fue quien le
habló cuando estaba pensando en el suicidio como remedio a sus males, y luego
más tarde en su despacho de Fleet Street.

   Su labor ente los teósofos no necesita recordarse.  Pronto llegó a ser la expositora más brillante de la Teosofía, lo mismo como oradora
que como escritora.  Cuando el Coronel Olcott falleció, en 1907,
fue elegida Presidenta por siete años, y ha sido reelegida tres veces. 
Se sumergió en el trabajo de la Sociedad con el fin de hacer de la
Teosofía una cosa práctica.  La acción fue su divisa como
Presidenta.  Durante su presidencia la Sociedad ha crecido a pasos
de gigante.  Cuando el Coronel Olcott falleció, no había más que 11
Secciones o Sociedades nacionales; desde entonces se han sumado 356
más.

   La Dra. Besant ha sido siempre una gran viajera, y en el curso de su labor teosófica ha visitado casi todos los países de Europa más de una
vez.  Ha hecho varias visitas a los Estados Unidos y al Canadá, y
también a Australia y a Nueva Zelanda.  Tan pronto como fue posible
viajar en aeroplano, la Dra. Besant eligió este medio de preferencia al más
lento de trenes y vapores, porque la rapidez es una de las mayores
características de su temperamento.

   Muchos han sido los movimientos de reforma en los cuales ha trabajado la

Dra. Besant, o a los que ha prestado su apoyo.  Durante mucho tiempo fue conocida como ardiente partidaria del sufragio femenino, no sólo en Inglaterra,
sino también en la India.  La Sociedad de Naciones ha recibido su
ayuda constante, pues ella tiene gran fe en su obra.  Es una
ardiente antiviviseccionista, y también se opone tenazmente a toda forma de inoculación, porque considera que, aunque tales remedios sean paliativos,
debilitan fundamentalmente la resistencia del cuerpo.  Sostiene que
los métodos de inoculación sólo sirven para distraer la atención del método más
radical de acabar con las enfermedades por medio de una vida sana y por la
higiene.  En la India ha trabajado de manera incansable por la
elevación de la mujer, y ha abogado con insistencia por un cambio radical en las
condiciones sociales, aunque nunca ha deseado modificación alguna en el
temperamento de la mujer india, que considera uno de los más espirituales, del
mundo.

   El 16 de noviembre de 1893 desembarcó en la India por vez primera.  Antes de esa fecha ya llamaba  a la India su “Madre
Patria”.  En 1875 ya había abrazado la causa de la India en un
folleto titulado: “Inglaterra, la India y el Afganistán”.   La
transformación de la vida religiosa en la India, entre los hindúes principalmente llevada a cabo por Annie Besant, es uno de los asombros de su
vida.  Llegó como una persona extraña, sin saber el sánscrito; y,
no obstante, al exponer las antiguas filosofías, hacia tal derroche de
conocimientos, que maravillaba a los hindúes más cultos.  Aún
mayores que sus conocimientos eran, sin embargo, su amor por la desaparecida
grandeza de la India, y su indignación por el hundimiento actual de este país,
que demostraba en todas sus conferencias.  Los indios de la
generación anterior son testigos de que muchos de ellos lloraban al escuchar su
descripción de lo que la India puede volver a ser algún día.

   Pronto reunió a su alrededor un grupo de indios para trabajar por la regeneración del
pueblo, y en 1898, después de muchos planes, fundó el Colegio Central Hindú en
Benarés.  De Inglaterra y de los Estados Unidos llegaron teósofos
para ayudarla en su trabajo del Colegio.  Los más conocidos de
entre ellos eran el Dr. A. Richardson, que fue el primer director del Colegio;
más adelante le sucedió el Dr. G. S. Arundale.  Otra valiosa
trabajadora fue la tía del Dr. Arundale, señorita Francesca Arundale, que abrió
una pequeña escuela de niñas, que es hoy el Colegio de Mujeres de
Benarés.  Muchas fueron las actividades del la Dra. Besant en favor
de la educación, en pro de la cual recibió ayuda generosa de muchos príncipes y
nobles indios.  Un brillante grupo de trabajadores se unió a ella
para hacer del Colegio Central Hindú el modelo de lo que debiera ser una
institución educadora india; entre ellos se hallaban los Sres. Bhagavan Das,
Govinda Das, Gyanendra Narth Chakravarti el difunto P. K. Telang y muchos otros
que trabajaron a título honorífico y con un espíritu de servicio cordial y
decidido.  Cuando el Colegio se hizo cargo el Pandit M. M. Malaviva
para que sirviera de núcleo a la Universidad Hindú se reconocieron los grandes
servicios con que ella había contribuido al éxito del Colegio, y se legisló
especialmente para darle un puesto en la Junta de Gobierno.  Le fue
conferido el grado de Doctor en Letras como una distinción especial y como
reconocimiento de sus servicios en favor de la educación india.  Al
no necesitarla ya más el Colegio, la Dra. Besant organizó el Patronato de
Educación Teosófica, con varios colegios y escuelas.  Este se
transformó mas adelante en la Sociedad de Fomento de la Instrucción Nacional,
con vastos planes para la reorganización completa de la educación en la India.  Casi todos los jefes políticos figuraban en sus
Comités.  Desgraciadamente, los acontecimientos políticos
malograron este magno proyecto, y se volvió otra vez al más modesto Patronato de
Educación.

   La Dra. Besant también organizó un movimiento llamado “Hijos e hijas de la India”.  Para niños, inició el movimiento de la Cadena de Oro,
hoy activo en Escocia, España, los Estados Unidos y varios países de América del
Sur.  Fue ella quien organizó los “Boy-Scouts” indios; los
muchachos llevaban turbante y cantaban canciones indias, mientras que en todo lo
demás obedecían las leyes del Explorador.  Cuando Lord Baden Powell
vino a la India, sus exploradores y los de la Dra. Besant se fusionaron, y en
reconocimiento de sus servicios la nombró “Comisaria honoraria de los
Exploradores para toda la India” (Días después de escribir esto en la India Lord
Baden Powell le enviaba desde Londres la insignia del “Lobo de Plata”, 
la más alta distinción de los Exploradores).  La Dra. Besant hizo muchos intentos para reformar la vida social hindú, y uno de ellos
fue la organización llamada “Los Adictos”, que se comprometían a no casar a sus
hijas antes de los dieciséis años.  Muy pocos se adhirieron y esta
actividad fue estéril.

   La actividad de la Dra. Besant entró en una nueva fase cuando se consagró a dos muchachos indios, que a la sazón tenían catorce y once años de edad,
respectivamente, y proclamó al mayor de ellos, Krishnamurti, el futuro vehículo
de un gran “Instructor del Mundo”.  Como el chico no era muy
despierto mentalmente, mucho menos que su hermano menor, semejante declaración
pareció absurda a cuantos conocían al muchacho y a su familia.  El
padre de los muchachos era uno de sus propios discípulos, y al principio le
confió a ella la custodia de los muchachos, para que pudiesen recibir una
educación más amplia que la que él, un pobre hombre, podía
proporcionarles.  Más tarde se querelló contra ella y quiso retirar
a los muchachos de su custodia.  Como los muchachos la querían
mucho más que a su padre natural, se negaron a volver con él, y la Dra. Besant
defendió el interés de los muchachos en un pleito que entabló el padre contra
ella.  Una vez más, como las dos anteriores la Dra. Besant fue su
propio abogado, y día tras día defendió su causa.  Perdió el pleito
en primera instancia, pero el demandante fue condenado al pago de las costas, y
los muchachos quedaron bajo la tutela del Tribunal, y además su mayoría de edad
–dieciocho años, según las leyes indias—se prolongó hasta los veintiún
años.  Entonces apeló ante el Tribunal superior, y volvió a perder,
pero cada parte tuvo que pagar sus costas.  Entonces se dirigió al
Consejo Privado (Privy Council), y en 1914, los muchachos que ya tenían
dieciocho y quince años comparecieron por primera vez para manifestar lo que
tuviesen por conveniente.  La Dra. Besant ganó en el Consejo
Privado y éste declaró que los menores debieron haber tenido representación en el primer pleito, y que éste se debió haber llevado a Inglaterra, donde
residían los muchachos.  El Consejo dejó sentado el principio de
que cuando se tratase de menores que ya tenían edad de discernir, ningún juez
podía disponer de ellos como si no fuesen más que meros “fardos de mercancías”,
sino que debía consultárseles para saber sus ideas acerca de  su
propio bienestar.

   El desarrollo de Krishnamurti, y sobre todo el haber tomado un punto de vista completamente distinto al de la mayoría de los teósofos, ha sido uno de
los hechos más salientes de estos últimos años.  Aunque no esté de
acuerdo con la Doctoras Besant, todos reconocemos que ella demostró maravillosa
intuición al escogerlo y decir: “Ecce Homo” –Este es el Hombre—, puesto que
Krishnamurti es indudablemente uno de los más brillantes y potentes instructores
de ética en el mundo de hoy día, sino el primero.

   La Dra. Besant será famosa en la India principalmente por su labor política.  Ha dicho una y otra vez que se dedicó a la política para
salvar a la juventud de la India.  Sabía, por estar en contacto con
muchachos de elevado espíritu, que ardían en fervor patriótico, cómo poco a poco
iban siendo captados por las propagandas extremistas de los anarquistas
revolucionarios de Bengala.  Veía como el Gobierno se contentaba
con reprimir, sin hacer nada para que desaparecieran las causas del
malestar.  Se estaba perdiendo un tiempo precioso, y cada vez
conquistaban más jóvenes las propagandas de violencia.  Hizo su
entrada en la política en 1913.  En enero de 1914 fundó un
semanario, titulado The Commonweal (“El bien público”), y unos meses más tarde
compró un diario, el Madrás Standard (“Heraldo de Madrás”).  En
agosto del mismo año cambió su título por el de New India (“India
Nueva”).

   Algún día un gran historiador escribía su vida en este aspecto, como mujer política.  Apenas se pueden decir aquí unas pocas palabras
sobre este asunto.  Su primera acción fue dedicar todo su esfuerzo
para volver a unir las dos secciones del Congreso Nacional Indio, que se había
dividido en Surat en 1907.  Representaban estas dos secciones los
Sres.  B. G. Tilak y G. K. Gokhale.  Había entre ellos
diferencias radicales que parecían insuperables, pero la Dra. Besant unió los
dos grupos en un programa común de la “Liga de Autonomía para toda la India” que
ella formuló en 1915, como sigue:



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: ☼TäRA☼ Enviado: 01/07/2010 15:26
QUÉ QUIERE LA INDIA?



Ser libre en la India, como el inglés es libre en Inglaterra.

Ser gobernada por sus propios hombres, libremente elegidos por ella misma.

Hacer y deshacer Ministerios a su voluntad.

Llevar armas, tener su Ejército propio, su Marina propia, sus voluntarios propios.

Imponer sus propios impuestos, confeccionar sus propios presupuestos.

Educar a sus propios hijos.

Irrigar sus propias tierras, extraer sus propios minerales, acuñar sus propias monedas.

Ser una nación soberana dentro de sus propias fronteras, que posea el Poder supremo de la Corona Imperial, y envíe sus hijos al Consejo Imperial.

Inglaterra y la India unidas, pero una India libre, como es su derecho.

Diez meses después de haber comenzado su trabajo político, estalló la Gran Guerra. Y entonces los estadistas ingleses cometieron un grave error que dificultó las cosas para los indios a medida que se desarrollaba la guerra. Mr. Lloyd George se dirigió a los Dominios y les dijo, en resumen: “Ayudadnos a ganar la guerra; después que esté terminada, habrá un nuevo trato entre vosotros y nosotros.”. Dijo abiertamente que en todos los asuntos imperiales después de la guerra se consultaría detenidamente a los Dominios. Pero al dirigirse a la India, dijo: “Ayudadnos a ganar la guerra” –y no dijo nada con respecto a cuál sería el futuro de la India, después de la guerra. A la India se le pidieron grandes sacrificios, que hizo con gusto, pero ningún estadista ingles dijo la menor palabra acerca de la posición de la India después que se hubiera ganado la guerra. Fue este error fundamental de los estadistas ingleses lo que convenció a la Dra. Besant de que el trabajo político en la India tenía que continuar, y no modificarse ni atenuarse porque el Imperio estuviese en guerra. Si Inglaterra hubiera dicho una sola palabra que diera a entender que habría un nuevo trato entre Inglaterra y la India después de la guerra, es indudable que entonces la Dra. Besant no hubiera continuado su agitación política. No sólo los estadistas en Inglaterra, sino particularmente todos los ciudadanos ingleses en al India, tanto funcionarios como comerciantes o industriales, se reían ante la idea de que los indios estuviesen capacitados para la autonomía o el Estatuto de Dominio, ni pudieran capacitarse antes de varias generaciones, si es que llegaban a ello alguna vez. De modo que hubo que contrarrestar la actitud de los estadistas ingleses intensificando el movimiento por la libertad de la India. Se verá, por los ideales que ella proclamaba, que no sólo no hubo ni sueños de independencia para la India, sino que se decía bien claramente que la India seguiría formando parte del Imperio Británico, bajo la jefatura de su Monarca.



La Dra. Besant era una gran organizadora, y produjo grandes cambios porque continuamente insistía y machacaba. Su lema no era sólo: “Golpea el hierro mientras esté caliente” sino, además: “Caliéntalo a fuerza de golpearlo”. Enseñó a los periodistas indios lo que no sabían, esto es, escribir fuertes editoriales denunciando los actos del Gobierno sin salirse de la letra de la ley. En otras palabras, trajo al periodismo indio el método de crítica característico de The Times, de Londres –fuerte, demoledor, basado en los hechos y sin pedantería.

En 1916 fue “extrañada” por el Gobierno de Bombay, de modo que no pudiese entrar en la Presidencia de Bombay. Las provincias centrales también la extrañaron, y en 1917 el Gobierno de Madrás la “internó”. Pero fue tan grande la reacción producida en la India por este hecho, que en menos de tres meses la política inglesa hubo de cambiarse. Ningún estadista de Inglaterra, ni los funcionarios ingleses en al India, parecía darse cuenta de que la Dra. Besant no

era una agitadora que intentaba provocar una revuelta, sino un líder de visión amplia que percibía la necesidad de sacar un foco purulento, cuyo veneno amenazaba con infectar todo el organismo. Tan pronto como fue libertada, se produjo una ola de entusiasmo popular tan grande que resultó elegida Presidenta del Congreso Nacional que se reunió en diciembre.

Pero una vez más sentó un nuevo precedente. Hasta entonces, el Presidente del Congreso se había contentado con presidir las sesiones cuatro días, y se retiraba después a la inactividad. La Dra. Besant hizo de la Presidencia un cargo de importancia ejecutiva durante todo el año. Como Presidenta del Congreso continuó organizando actividades, y presidió las sesiones de las Comisiones.

Apenas habían pasado tres años, cuando perdió casi por completo la gran posición que se había conquistado ente los indios, al menos en lo que se refiere al gran público. Fue cuando M. K. Gandhi desencadenó su campaña de “no cooperación” contra el Gobierno inglés, invitando a los abogados, a los muchachos de las escuelas y a otros a “no cooperar”, a causa de las injusticias cometidas pro el Gobierno. Parte de su campaña consistía en infringir ciertas leyes, que se indicarían al pueblo y tal infracción había de ser una mediada política para coaccionar al Gobierno. Infringir una ley mala por ser mala, y sufrir las consecuencias con objeto de transformarla en una ley buena eso podía apoyarlo la Dra. Besant; pero infringir una ley mala no por lo que tuviera de mala, sino por ser ley, eso no lo podía tolerar, porque eso era favorecer la anarquía y el desorden. La Dra. Besant creía firmemente en la “resistencia pasiva”, en la cual el individuo antepone su conciencia a una ley injusta, se atreve a infringir esa ley y sufre sus penalidades, pero sólo para conseguir que esa ley injusta pueda enmendarse. Pero rechazaba la infracción de leyes en general, no elegidas por el individuo, sino como imposición de una política ajena, y sobre todo como un medio de coaccionar al Gobierno.

Esta discrepancia entre ella y Gandhi ha persistido resueltamente, pues ella sostuvo que cualquier movimiento de “acción de masas” o “acción directa” pondría en libertad fuerzas que fatalmente habrían de degenerar en violencia, que a la postre serían perjudiciales para la vida nacional de la India. Siempre ha sido partidaria del método constitucional para conseguir reformas políticas, y ha combatido abiertamente los procedimientos de Gandhi, aun sintiendo por él el profundo respeto que se debe al que vive una vida santa.

Aunque se hizo impopular y perdió su posición como líder, continuó con su trabajo por la India. Apenas se iniciaron las reformas Montagu-Chelmsford, en 1921, y se reunieron los nuevos Consejos en Delhi y en las provincias, cuando la Doctora Besant inmediatamente organizó un movimiento que había de ser el paso final para obtener la libertad de la India. Este movimiento cristalizó en la “Convención Nacional”, y su objeto era redactar un proyecto de ley que representara el concepto de la India en cuanto a su posición dentro del Imperio Británico como El Dominio de la India. Se reunieron muchos de los principales políticos indios, y celebraron varias sesiones de esta Convención Nacional, y finalmente redactaron y aprobaron el “Proyecto de Estatuto de Autonomía para la India”, en 1925.

Este proyecto de Estatuto se presentaría al Parlamento para su aprobación. Por él la India se convertiría en Dominio autónomo, con las dos excepciones del Ejército y los Asuntos Extranjeros. En él se estipulaba, sin embargo, que, sin intervención del Parlamento, el Gobierno Nacional Indio resolvería por si cuándo se haría cargo de esos dos departamentos. El proyecto se aceptó oficialmente por el Partido Laborista británico, uno de cuyos miembros lo presentó al Parlamento, donde se leyó una vez. No se hizo la segunda lectura, por lo que automáticamente caducó.

En ese proyecto de Estatuto se proponía un sistema único de sufragio gradual, que la Dra. Besant y otros consideraban como el sólo sistema apropiado a la India, con sus millones de campesinos analfabetos. El derecho al voto estaba organizado gradualmente, empezando por un sufragio universal de hombres y mujeres para la administración de las aldeas. Luego había un sufragio más restringido para el Taluk, aun más restringido para el Distrito, y así sucesivamente para la Provincia y para toda la India. Habría completa igualdad entre hombres y mujeres en todo lo concerniente a representación política. La Doctora Besant nunca ha sido partidaria de contar las cabezas sin examinar lo que tienen dentro, como es el principio del sufragio universal. Ha sido resueltamente opuesta a cualquier sistema que pusiera en manos de los campesinos la responsabilidad de medidas legislativas que alcanzaran a toda la India.

Poco más hay que hablar de las actividades políticas de la Dra. Besant. Indudablemente ya no cuenta como líder; pero, por otro lado, ha hecho posibles muchos cambios que han facilitado el éxito de los líderes actuales. Su política ha sido mal interpretada, tanto por el Gobierno como por el público indio. El Gobierno la ha reprochado pro atacarle, y los indios la han reprochado pro apoyarle; porque su política ha sido “Para la India”, y ha apoyado al Gobierno en todo cuanto estaba bien hecho, aunque eso la hiciese impopular entre los indios. El Conde de Willingdon, actual Virrey de la India, al dimitir su cargo de Gobernador de Madrás, en 1924, le escribió esto, que es la pura verdad:



Nunca olvidaré nuestra primera entrevista aquí, cuando usted se refirió a este incidente y dijo: “¡No guardamos rencor por ello!” (Lord Willingdon era Gobernador de Bombay cuando la “extrañó” en 1916, prohibiéndola entrar en la Presidencia de Bombay.). Desde luego usted lo ha hecho así, y la estoy muy sinceramente agradecido. Usted me ha criticado cuando creyó que yo estaba equivocado, y me ha defendido generosamente cuando creyó que tenía razón. Si yo pudiese conseguir que todos los publicistas tratasen con idéntica honradez a ese humilde individuo, la vida me sería mucho más fácil.



Ninguna biografía de la Dra. Besant, por muy breve que sea, puede considerarse completa sin alguna referencia a una fase de su vida y de su actividad poco conocida del público, pero de la mayor importancia en lo que a ella misma se refiere. Es su vida oculta. Cuando Mme. Blavatsky falleció, había reunido a su alrededor un grupo de estudiantes dedicados a la idea del Discipulado, y que trabajaban bajo la dirección de Rishis o Maestros de Sabiduría. Dos años después de morir Madame Blavatsky, la Dra. Besant ocupó la dirección de la organización esotérica conocida por la “Escuela Esotérica”. Desde entonces la han seguido varios miles de miembros de la Sociedad Teosófica en todo el mundo, que la han considerado como su instructor espiritual. Los que han estado en estrecha relación con ella saben cuanto ha logrado en el Yoga, y cómo, por lo tanto, su guía se basa en el conocimiento directo de muchos asuntos ocultos. Ha empleado continuamente algunos de estos poderes del Yoga, sobre todo el de la clarividencia; para investigar la naturaleza de los reinos suprafísicos, y han sido muchos los libros que ha escrito acerca de este recóndito asunto, generalmente en colaboración con su colega C. W. Leadbeater. Un trabajo notable realizado por ambos fue el examen de los elementos químicos por medio de la clarividencia. Este trabajo, empezado en 1895 aun continúa, y ha contribuido grandemente al conocimiento del átomo, paralelamente a los descubrimientos que están haciendo los físicos y químicos (Esta labor la termino el Sr. Leadbeater en noviembre de 1932 habiéndose investigado 99 cuerpos que se anotaron en la Tabla Periódica de Crookes. Al último investigado, que completó la tabla se le puso el nombre de “Advarium”. N. de T.)

De la misma manera, el biógrafo tiene que anotar otra notable actividad suya. En 1902 se relacionó con una organización Masónica francesa titulada “Supremo Consejo de Co-Masonería Universal”. Este cuerpo, compuesto de ciertos miembros de la Gran Logia Simbólica Escocesas de Francia, una rama del Supremo Consejo de Francia, en 1882 admitió mujeres como francmasones. En 1902, la Dra. Besant se unió a ellos con otros amigos, y desde entonces el movimiento Co-Masónico se ha propagado a casi todos los países de habla inglesa. Es una ardiente francmasona y a puesto gran parte de su entusiasmo en la causa de la Fraternidad, tal como se practica en esta organización secreta. Debido a su extraordinaria competencia y a su papel en asuntos internacionales, el Supremo Consejo de Francia le confirió rango elevado, y su título oficial es: Ilus. y Pod. H. Annie Besant. 33, Diputado y Vicepresidente del Supremo Consejo. Primer Teniente Soberano. Gr. Comendador de la Orden e Ilus. y Pod. Gr. Comend. De la Federación Británica. Bajo su jurisdicción en la Gran Bretaña, los Dominios y Dependencias, existen hoy 161 Cuerpos masónicos, compuestos de Logias Azules y de Mark, Capítulos del Real Arco y Rosa-Cruz dos Campamentos y un Consistorio.

No se podrá comprender bien a Annie Besant a menos que se aprecie debidamente un extraño factor de su carácter, cual es su intensa devoción por la India como su madre patria. Y al pueblo indio como su pueblo. Ella ha dicho que desde el momento en que desembarca en Bombay y ve las caras oscuras en el muelle de Ballard se siente en su propia casa, entre su propia gente. Desde el primer año que vino a la India, no sólo ha vivido entre indios, sino además ha vivido como uno de ellos. Se vistió el sarí, o túnica de las mujeres indias; se sentó con las piernas cruzadas en el suelo o sobre un chowki (especie de diván) para trabajar: comió sentada en el suelo a la manera india, y no a la mesa, empleando la mano derecha, y no la cuchara o el tenedor. Desde luego que en Europa volvía a los usos europeos, pero en su propia mente las costumbres indias eran, sus costumbres naturales. Ella ha explicado la razón de este sentimiento instintivo, que es el haber tenido varias recientes encarnaciones indias, y que la última, antes de nacer como Annie Wood, fue también en la India, y desde el final de esa vida hasta el principio de la actual sólo transcurrieron tres años. Ha recordado incidentes de aquella vida, y en particular que fue entonces nieta del Adepto que es ahora su Gurú.

No es, pues, de extrañar que casi desde el día de su llegada encontrara ideales las costumbres indias. Parecía conocer instintivamente las razones antiguas y originales de ciertas costumbres que resultan hoy sin sentido o que están fuera de uso. Iluminaba los rincones oscuros de las tradiciones indas, y a muchos les parecía como un sabio antiguo que viviese hoy rodeado por la atmósfera de los tiempos más nobles de la India. Muchas mujeres indias la creyeron semi-divina, como un canal de divina bendición para los hombres y una digna receptora de todo aquello que éstos tuvieran que ofrendar a una divina causa. He conocido mujeres indias—viudas particularmente—que le traían sus joyas diciéndole: “Madre, empléalas”, sabiendo que la Madre las distribuiría en obras de caridad con mejor discernimiento que la que ellas pudieran tener. He visto a un hombre en el andén de una estación de ferrocarril que cuando se iba el tren puso en sus manos, sin decir lo que había en él, un sobre con diez mil rupias en billetes; la razón era la misma. Por eso, cuando el Gobierno de Madrás la “internó”, en 1917, se convirtió por algún tiempo en el símbolo viviente de la “Madre India”, y por ello, cuando las multitudes lanzaban el grito patriótico de “Bharat Mata-kijai” –Victoria a la Madre India—, había un fervor y un sentimiento de triunfo inmediato como no habían sido posibles antes con ningún líder de la causa nacional.



¿Cuáles son las cualidades más destacadas de la Dra. Besant? Ante todo y sobre todo, es una luchadora. Arrojó valor, iniciativa, son sus características. Pero también es intuitiva y previsora. Bernard Shaw habló así de ella:



La Sra. Besant es una mujer de decisiones rápidas. Probó muchos movimientos y sociedades antes de encontrar lo que la llenase; y sus transiciones no eran graduales; siempre se sumaba a un movimiento de pronto, y predicaba el nuevo credo antes de que los atónitos espectadores tuviesen la menor sospecha de que el antiguo vacilaba.



Es intensamente magnética, pero no es dominante. Es la primera en partir la diferencia con un adversario, y aun en conceder más. Es fogosa y desapasionada—fogosa para denunciar los errores de un Gobierno, y, sin embargo, desapasionada para ver y denunciar los excesos de su amado pueblo indio. No tienen la menor partícula de rencor hacia quien le lleva la contraria, pues cree que quien así lo hace es procurando cumplir con su deber. Ve las cosas en grande, y deja las minucias a otros. En su técnica es una artista. El nombre más popular y significativo que se le ha dado es el de “Madre”.. Más de un gobernante indio se lo ha llamado, y cientos de miles de gentes más humildes. Siempre ha animado a la juventud en todos los países, sin apagar sus entusiasmos porque algunos de sus planes no fuesen muy acertados.

La he conocido desde 1895. Ella ha encontrado mucha enemistad y gran oposición; sus triunfos han sido pocos. Pero su espíritu guerrero nunca se ha abatido. En días venideros se escribirán muchas grandes biografías suyas. Yo no puedo concebir biografía más exacta que la que encierran estas dos palabras: Hizo Hombres.



SOCIEDAD TEOSOFICA



ADYAR, MADRÁS, INDIA.



20 DE SETIEMBRE DE 1932


 
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