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De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 17/07/2010 11:19
CONTENIDO DEL LIBRO: “TIERRA… LAS CLAVES PLEYADIANAS DE LA BIBLIOTECA VIVIENTE ” de Bárbara Marciniak – 1997

Capitulo 5
LA ACTIVACIÓN DE LA DIOSA

Al abrazar a la Diosa , la Biblioteca Viviente se abrirá y os enseñara los secretos encerrados en el seno de la Madre Tierra pues ¡quién es la Madre Tierra sino la misma Diosa?

Cuando pensáis en el Creador Principal, ¿qué o a quién os imagináis? En vuestra sociedad se os ha enseñado que la energía de Dios es la fuente, y la energía femenina es la ma­nera de actuar o la manifestación de ella. Nosotros diría­mos que es al revés —lo femenino representa la fuente y lo masculino significa la manera de utilizar esta fuente.
En verdad, la vibración del Creador Original es femeni­na. La fuente, tal como la conocemos nosotros, es una vibración femenina. Los consortes del principio femenino comenzaron —al competir por el amor de la Diosa —, a sepa­rarse debido a un mal uso de la energía, hace millones de años. Vosotros sois una parte fragmentada de este mal uso de la energía. Dos hijos pleyadianos de un dios mediocre se apoderaron de la Tierra , libraron una batalla entre ellos y crearon el actual dilema. Visto desde un encuadre mayor, no era más que una pelea familiar. La divina Diosa Madre se dividió y se convirtió en muchas formas para ser consor­te de numerosos dioses. Ellos quisieron satisfacer su ham­bre y amar y estar con esta vibración de la Madre puesto que de ella proceden todas las fuerzas vitales. La conciencia de la Madre es tal que lo permite todo. Ella es la fuente que sostiene todas las cosas, es el «pegamento» de la creación. Para algunos este concepto es difícil de asumir, ni siquiera lo pueden considerar. Este concepto es especialmente difícil para las mujeres, les cuesta mucho pensar que una entidad, llena de poder, recorra su sangre; una entidad parecida a ellas mismas. Para los hombres es muy chocante pensar que, tal vez, una vibración femenina sea la fuente de todas las cosas.
Siente, en el núcleo más íntimo de tu identidad, la nutrición que te proporciona y el regalo que te da la Ma ­dre; siente su misterio. Habrá un despertar y una vuelta a la energía de la Diosa Madre. En esta década os daréis cuenta de que todas vuestras religiones están basadas en ideales falsos. Todas ellas se basan en un mecanismo controlador, sin compasión y patriarcal cuando, en realidad, es la Diosa Madre la que está detrás de todas las cosas. Noso­tros, en las Pléyades, hemos descubierto las raíces del mal uso de la energía: no hemos honrado a la madre. Hemos hecho cosas para atraer la atención de la madre, sin embar­go, no hemos valorado las creaciones de la madre, los rega­los de la Madre.
Vuestro planeta tiene que aprender quién es la Diosa en su aspecto creador. ¡Tenéis que hacerlo! La comprensión de la parte sombría de la Diosa existe en su explorar. También la Diosa hizo algo para perder su poder. Esto se encuentra en las células de vuestro Ser pues todos vosotros, tanto hombres como mujeres, lleváis la Diosa dentro.
Ella nacerá a través de vosotros, ya seáis hombre o mujer. Hubo una decadencia y caída de la Diosa por razo­nes muy importantes. La energía de la Diosa siempre reco­noció los derechos de la fertilidad. La energía de la Diosa no significa lo que se entiende en vuestro mundo occiden­tal; para ella el sexo no era lo que es en vuestro mundo occidental; para ella el sexo no era una cosa vergonzosa. A la Diosa le gustó el sexo. El sexo, como es lógico, es vuestra herencia natural. No obstante, igual que con otras cosas, hubo un mal uso de la energía sexual.
Hubo un tiempo en el que en el reino de la Diosa se abusó tremendamente de la vibración masculina. Las mujeres, influenciadas por fuentes externas, perdieron su senti­do de compañerismo y de unidad entre hombres y mujeres y dejaron de honrarles. Al cabo de algún tiempo, los hom­bres se convirtieron en un mero servicio de semental den­tro del reino de la Diosa. Las mujeres se perdieron de tal manera en el poder de la Diosa que ya no consideraban como iguales a los hombres. Se les consideraba como sim­ples objetos que sólo aportaban el derecho de fertilidad. Muchos de ellos fueron asesinados después de la celebración de un ritual de fertilidad con las representantes de la Diosa. Se practicaba la castración y otros sacrificios. Esto es ver­dad. Las mujeres abusaron de la energía sexual masculina creando, de este modo, el actual contragolpe. Pero todo está cambiando y encontraréis a la Diosa llena de compa­sión, penetrando la vida de todos aquellos que quieran sentirla.
La energía de la Diosa estuvo, en un momento dado, llena de una tremenda fuerza negativa y fue desviada de su propósito. Esto sucedió antes de la era cristiana. Luego, el péndulo osciló hacía el otro extremo y cuando la vibración masculina empezó a tener un papel activo, los hombres respondieron con vehemencia a todo lo que les habían he­cho algunas mujeres. Vuestra memoria está almacenada en las experiencias que habéis elegido vivir.
Estáis cubiertos por una capa de energía negativa, controladora y casi divina y ahora ha llegado el momento de reconocer a la Diosa. Hace falta establecer un equilibrio evitando que se adore más a una vibración que a la otra. Cuando los hombres honren a la Diosa , aprenderán a valo­rar la vida. Las mujeres aprenderán a redefinir la forma en que la vida se materializa. La vida puede manifestarse me­diante un gran orgasmo durante el parto. Tenéis que re­estructurar vuestras creencias y experiencias en este área.
Cuando empecéis a explorar a la Diosa , comenzaréis a valorar la vida, dejaréis de crear un exceso de población y dejaréis de matar. La comprensión de lo que es la vida, la muerte, cada especie y la interconexión de todo —que todo está conectado a la misma fuente— tiene que llegar a ser el paradigma primordial del mundo.
El movimiento patriarcal cambió vuestra historia relegando a la Diosa a los murmullos de los mitos y leyendas. ¿Dónde se habla de la Diosa en vuestra Biblia, vuestro Co­rán, vuestra Torah? La batalla entre la Diosa y el patriar­cado ha seguido, y, hoy en día, estáis tan lejos de la energía de la Diosa que ni siquiera tenéis una imagen o un mode­lo de cómo podría ser la Diosa. ¿Conocéis a alguna socie­dad occidental que honre a la Diosa ? Y, sin embargo, la entrada este de Estados Unidos está guardada por una mu­jer galante sosteniendo una luz.
La Diosa es muy generosa. Se ha quedado entre bam­balinas durante la batalla patriarcal pues sabe que ella es la fuerza creativa detrás de todas las cosas y que todas las cosas han de volver a ella en algún momento. En su gene­rosidad, permite que las cosas sean así. ¿Qué significa dar a luz, amar lo que se ha creado y permitir que estas creacio­nes sigan su proceso de evolución sin interferir? ¿El amor es protección o es el permiso de que las cosas sigan su curso? Si una fuerza divina fuera proteccionista con respec­to a sus creaciones, controlaría lo que estuviese aprendien­do de sus creaciones y por lo tanto sólo asimilaría lo que permitiese —basándose en la amplitud del permiso—. Pero una fuerza que permite todo, tiene la oportunidad de apren­der de una manera ilimitada porque tiene la capacidad de decir: «¡Muéstramelo! ¡Enséñame! Yo soy tú. Tú eres yo». Así es el estado de la conciencia.
A nosotros nos gustaría que cada uno de vosotros co­nociese a la Diosa. Buscad el modo de que la Diosa se manifieste de alguna manera en vosotros. Invitadla para que os enseñe qué es la vida. Ella comenzará a trabajar con vosotros profundamente. Muchos de vosotros habéis lla­mado a los pleyadianos para que formemos parte de vues­tra vida. Nosotros jugamos con vosotros y vosotros cono­céis nuestra vibración, nuestro sentido del humor y nues­tros trucos —también nosotros trabajamos con la Diosa.
¡Las cosas tienen que cambiar! Y, la verdad, es que la Diosa está orquestando los sucesos como parte de la solu­ción. La energía de la Diosa trabaja con vuestro corazón para mantenerlo abierto. Nosotros os pedimos que man­tengáis el corazón abierto, y no sólo en vuestro beneficio, sino también para aquellos que cruzan vuestro camino en estos tiempos de grandes lecciones. Si honráis el principio femenino en vosotros mismos y en el planeta, este recono­cimiento servirá de nuevo fundamento para vuestras co­munidades y civilizaciones. Queremos que busquéis esta fuerza vital. Mirad más allá de lo que os han enseñado. Encontrad esta parte de la Diosa , esta energía femenina que está tanto en los hombres como en las mujeres y que está esperando ver la luz. Observad con alegría cómo podéis influir a otros y cómo ellos hablarán de las cosas que estáis descubriendo. Todo lo que aprendáis será magnificado y enviado telepáticamente con bastante fuerza a los que están compartiendo con vosotros este viaje.
La Diosa Madre representa el principio del amor. He­mos mencionado la frecuencia de la luz —siendo la luz información y la frecuencia del amor creación—. La capa más profunda de la información pleyadiana tiene que ver con la sensualidad y la sexualidad —la creación gracias a la vibración de amor por la Diosa —. Trabajar con la energía de la Diosa requiere una exploración más profunda del principio femenino.
Ha llegado el momento de hablar, mostrar y compar­tir el conocimiento femenino de una forma mágica y místi­ca. Ha llegado el momento de compartirlo con los hom­bres. Muchas mujeres dicen: «¿Qué puedo compartir? Ni siquiera yo lo entiendo». Bueno, ha llegado el momento de meteros en vuestro interior y preguntar. «¿Qué son estas sensaciones que tengo? Si tuviera que explicar a alguien qué es una mujer, ¿cómo lo explicaría? ¿Qué puedo hacer para ser más divina dentro de un cuerpo femenino, crear más magia?» La Diosa que lleváis dentro sabe y pasa la informa­ción de su sistema a otro.
A lo largo de esta década habrá un incremento de Maes­tras y líderes femeninas, pues la Diosa se «encarna» de esta manera. Esto no quiere decir que la Diosa no trabaje con las vibraciones masculinas; también los hombres aprende­rán cómo manifestar a la Diosa. No existe la discrimina­ción, ni hay rabia. La Diosa es un Ser que lo permite todo. A lo largo de eones ha permitido que pasen todas estas cosas para que todo el mundo pudiera aprender. La Diosa está ahora reclamando que se honre aquello que ella ha per­mitido que fuera creado gracias a los misterios más íntimos de la sangre —gracias al regalo de su propio vientre—.
La sangre, con sus misterios, es la clave para entenderos vosotros, vuestra línea genética y a la misma Biblioteca Viviente. Vosotros sois parte del viaje —por así decirlo— de vuestra sangre, tanto hacia delante como hacia atrás en el tiempo. Podéis tener acceso a vuestros antepasados y an­cestros, podéis sentirlos, experimentarlos e influenciarlos con tal de prestar atención conciente a la sangre. Como humanos crecéis y os alimentáis gracias a la sangre de vues­tra madre. Esta rica y vital sustancia aparece, gracias a las mujeres, como por arte de magia. La menstruación ha sido considerada como una muestra de poder y también como objeto de vergüenza y ridículo, tanto por los hombres como por las propias mujeres.
La sangre es un símbolo vivo, que demuestra la eviden­cia cíclica de vuestra conexión con los ancestros y los códi­gos de la conciencia que están almacenados dentro de to­dos los seres. Sois una librería genética y en vuestra esencia espiritual están catalogados los archivos de las experiencias personales, planetarias y celestiales. Estas experiencias son accesibles en vuestra forma tridimensional, a través de vues­tra sangre.
Vuestra sangre está repleta de historias. Está llena de patrones, y diseños geométricos que se reconocen a sí mis­mos de acuerdo con vuestro estado de conciencia y vues­tro deseo. Para poder despertar a una nueva visión de la vida, debéis estar dispuestos a reconsiderar las cosas y a cambiar. Vuestros pensamientos se graban en vuestra san­gre. Lleva impresas unas determinadas vibraciones, según vuestros sentimientos, que luego son radiadas al exterior para que todos los mundos puedan leerlas. Sois la suma total de vuestra forma física debido a vuestra sangre.
En las cavidades óseas de la estructura de vuestro esque­leto se produce la sangre. De acuerdo con la heliografía de vuestro deseo, la sangre será enriquecida o despojada, com­binada con vuestra habilidad de decodificar la vida como una serie de lecciones que os habéis creado a vosotros mis­mos. Es fácil enriquecer y reestructurar vuestra sangre. Den­tro de vuestro cerebro existen pequeñísimas partículas, como imanes, que se ven afectadas por los rayos solares. Desde las Pléyades se están enviando al Sol, a través de las «autovías» cósmicas, grandes olas de energía y códigos para civilizacio­nes enteras. Vuestro Sol os transmite a vosotros, y también a la Luna , estas energías. Las energías entran a través de vuestro cráneo y, debido a un proceso electromagnético, se pegan a estos pequeños imanes de vuestro cerebro.
El trabajo con el cuerpo puede cambiar la estructura de vuestra sangre. Cuando alineáis vuestra conciencia para que sea más completa, vuestra sangre se purifica. Se con­vierte en algo muy sagrado. La información se almacena dentro de huesos y piedras. Los glóbulos de la sangre se «fabrican» en la médula ósea. Cuando alineáis los huesos, cambia la relación de los mismos con el resto del cuerpo. Cuando los huesos están alineados se purifica la sangre y hay una línea sanguínea más accesible y se ordenan los secretos internos de la identidad.
Las mujeres han odiado muchas veces su sangre menstrual en lugar de comprender que ella es la fuente de su poder. La sangre lleva los códigos genéticos y, dado que la Diosa Madre es la fuente de todas las cosas, de ella proce­den los códigos. Es ahí donde está escondida la historia. Se puede utilizar la sangre menstrual para nutrir la vida vege­tal, para marcar la Tierra y para hacerle saber a la Tierra que la Diosa está otra vez viva. Generalmente, las mujeres ya no sangran directamente sobre la tierra. Hacerlo supone una transferencia directa de la energía de la Diosa. Cuando las mujeres dan su sangre a la tierra, ésta se nutre. Durante eones se ha dicho a las mujeres que su sangre es una maldi­ción y han empezado a sentir miedo de su propia sangre. No comprenden que es su fuente y su poder. Una vez que abandonéis los viejos tabúes y comencéis a trabajar con vuestra sangre menstrual, os daréis cuenta de que tenéis un efecto diferente sobre los animales y las plantas de la Biblio ­teca Viviente.
¡Mujeres, si todavía tenéis la menstruación, sed sabias y honrad a vuestro cuerpo y a vuestra sangre! Vuestra sangre es una de las fuentes más elevadas de fertilidad y de marcaje de vuestro territorio. La comprensión de los misterios de la sangre es la clave que os conecta con vuestra fuente de poder y con vuestro conocimiento más íntimo.
Podéis marcar el terreno en el que vivís con vuestra sangre menstrual. Podríais empezar por los puntos cardina­les: norte, sur, este y oeste. Y, con el tiempo, impregnaríais la tierra igual que un pintor pone capas de pintura sobre un lienzo. Podéis diluir la sangre con agua y así aumentar la cantidad. Podéis bendecirla y utilizar cristales para que man­tenga su vibración. Este proceso supone el marcaje del te­rritorio de la Diosa. Hará que las plantas y los animales tengan una renovada vitalidad y la sensación de ser Uno con la Diosa.
En algunas de vuestras historias antiguas se utilizaba la sangre para mantener alejado el mal y para sellar un com­promiso. A veces se marcaba una puerta con sangre de menstruación. Nadie se hubiera atrevido a tocar esta puer­ta, ni los que habitaban detrás de ella, pues se entendía que allí reinaba la Diosa. En aquellos tiempos antiguos aún se le respetaba y, además, se sabía que cuando se tonteaba con la Diosa y no se obedecía, el trabajo realizado no era de orden divino.
Nosotros sugerimos que cuando fundéis nuevas comuni­dades, que las mujeres se junten durante el período de su menstruación e intenten entender este momento y compar­tan su poder y su conocimiento con los hombres. Explo­rad los misterios de la sangre como un proceso natural de la vida comunitaria. Vuestro cuerpo y sus ciclos crean una imagen de la vida. El poder es una cosa muy importante que debéis comprender. Pensad en la dinámica que supone el hecho de tener un niño. La mujer sostiene una fuerza vital que crea movimiento y que desea nacer. En todo ello hay un poderoso misterio. Contiene tanto poder que la vibración masculina comenzó a temer el proceso y la ma­gia del nacimiento. El hombre olvidó cómo transmitir, a través de su cuerpo, la vida al planeta y empezó a sentirse amenazado por el poder de la mujer. Los hombres tienen que acostumbrarse a la menstruación de las mujeres y pres­tarles su apoyo. Habrá un tiempo que desearéis saber algo más sobre vuestro linaje y deberéis asumir la responsabili­dad de conocer el momento más idóneo de tener un niño, pues la vida se convertirá en algo muy valioso.
La menstruación de las mujeres formará una parte muy importante de la vida comunitaria. Cuando las mujeres comprendan, la Diosa será activada gracias a este poder y volverá a todos vosotros.
Si queréis tener un jardín más fértil, el más fértil de la ciudad, utilizad vuestra sangre diluida en agua. Vuestro jardín florecerá. Os daréis cuenta de que vuestra sangre puede acelerar el crecimiento de los alimentos. Acelerará muchas cosas. La menstruación de las mujeres no es un error de la naturaleza. Es uno de los mayores regalos. Es el elixir de los dioses.
Las mujeres aborígenes guardan su sangre menstrual en bolsas y luego la utilizan para sanar heridas. Hay muchas cosas que las mujeres pueden hacer con su sangre. Hay algunas a quienes no les gusta ser mujeres. Cuando tenéis el período os parece desagradable, incómodo, doloroso, ni el momento ni la experiencia en sí os parecen convenientes. Y para los hombres, que no saben lo que ocurre, también es una situación embarazosa. A partir de ahora, contactad con la Diosa , abrid vuestro corazón y descubrid a dónde os puede llevar la menstruación y qué os puede enseñar por­que en el proceso de la menstruación se encuentran muchas claves para atraer de nuevo a la Diosa hacia la Tierra. Hay una necesidad de volver a compartir el poder a través del compañerismo.
Aún quedan muchos más misterios que desvelar, des­plegar y reinterpretar. Algunos de vosotros os preguntaréis por qué estamos hablando de este tema. Es muy importan­te. Si no estáis interesados en la energía de la Diosa y los misterios de la sangre, os diremos que estáis perdiendo una parte integral de la vida y no comprendéis lo que está ocurriendo en la Tierra. Si os molesta o pensáis que es un tema irrelevante no habéis entendido nada. Esta es una de las enseñanzas más poderosas que os podemos transmitir en estos momentos para ayudaros a comprender lo que va a venir. Para que se abran vuestros corazones, tenéis que honrar la vibración de la Diosa de modo total y completo.
La sangre menstrual está altamente oxigenada y es la sangre más pura, además de llevar el ADN descodificado. Es el oxígeno que descodifica estos filamentos y permite la reestructuración de los datos. Vuestros científicos están ju­gando ahora con un tercer filamento de ADN. Están apren­diendo cómo construir filamentos de ADN basándose en la luz de los fotones —fibras dentro del cuerpo que noso­tros llamamos filamentos codificados con luz.
El misterio de la sangre ha sido distorsionado por vues­tras religiones modernas. ¿Os habéis cuestionado alguna vez qué significa la comunión cristiana? Os dicen que co­máis el cuerpo y bebáis la sangre de Cristo. ¿Qué significa esto? Si tenéis una educación, cristiana habéis oído una y otra vez: «Este es mi cuerpo. Esta es mi sangre». Este ritual es una distorsión. Tomar el cuerpo y la sangre provoca una sensación de canibalismo y se basa en una instilación anti­gua y enferma de los tiempos de los reptiles.
Lo patético de este planeta es que hay una tendencia de las multitudes en defender causas sin saber de qué se trata en realidad. La era de la ignorancia está terminando. Estáis entrando en la era del conocimiento venturoso. Nosotros tocamos algunas frases claves, utilizando sonidos que signi­fican algo para vuestra mente. Y, a otro nivel, se está em­pleando un lenguaje que vuestros cuerpos puedan descodifi­car, algo parecido a los círculos en los campos de trigo.
Queremos añadir algo más a este pastel. La Luna influ­ye en los ritmos de la Tierra. ¿Quién se atreve a decir que esto no fue diseñado? La Luna reina sobre el flujo energéti­co dentro del cuerpo, igual que gobierna las mareas en vuestro planeta. Es una computadora electromagnética muy poderosa. Si la Luna afecta a las mareas, también afectará a las mareas dentro de vuestro cuerpo —la sangre y las hor­monas que hay en la sangre.
Ha habido diferentes ciclos en vuestro planeta acompa­ñados por el movimiento del péndulo. Hubo un largo rei­no de la energía matriarcal en la Tierra. Luego comenzó el reinado del patriarcado que erradicó toda señal de liderazgo y conocimiento femenino. La sabiduría femenina sólo se transmitía mediante mitos y leyendas y en ellos sí se recono­cía a lo femenino como participante y perceptor de la vida. Gracias al proceso de parto lo femenino se sentía conecta­do a la red existencial.


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De: ☼TäRA☼ Enviado: 17/07/2010 11:19
Hubo un tiempo en el que fuerzas de inteligencias extraterrestres trabajaron para activar el principio femenino. Esto se hizo porque lo femenino tenía la habilidad de dar a luz y sentir la vida. De ahí procede la asociación de lo femenino con la Luna. Era una influencia procedente de ella que transmitía el programa de energía femenina. La Luna es como una enorme computadora, y diferentes enti­dades y formas de inteligencia pueden poseerla o tener la habilidad de programarla. Hubo seres que programaron este astro en el ciclo femenino. Se recuerda esto porque fue una época benévola y de amor. Luego, claro, las cosas cam­biaron.
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Desde hace eones, la energía lunar ha ido enviando fre­cuencias electromagnéticas a la Tierra para mantener el ADN de dos filamentos. No os enfadéis con la Luna por esto. No hay nada malo en ella. Sólo está emitiendo un progra­ma. La Luna establece un programa de crianza dentro de las mujeres. Este ciclo reproductivo crea la posibilidad de producir niños con mucha más frecuencia de lo que permi­tiría el ciclo solar.
Debéis comprender que la Luna marca vuestro progra­ma de reproducción. Sin embargo, ahora podéis entrar, como especie, en un nuevo ciclo de procreación. Esto ayu­dará a que se estabilice la población sobre el planeta y a que la superpoblación no se salga de madre. Existe el miedo a que la población de Estados Unidos se duplique en un plazo de tiempo muy corto. Ya se os están rompiendo las costuras. A lo largo de los próximos cincuenta años habrá una influencia diferente sobre la Luna y los ciclos lunares cambiarán los ciclos terrestres. Todo cambiará drásticamen­te. Ahora estáis disponibles todos los meses para un emba­razo. El experimento será completamente diferente cuando estéis disponibles solamente una vez al año. El cambio afec­tará a todo el ciclo femenino y alterará así el número de embarazos. El actual sistema no funciona; os destruiríais debido a un exceso de producción. A estas alturas, cuando la población mundial amenaza con explotar, no os convie­ne estar disponibles para concebir en cada ciclo lunar.
La comadrona fue considerada durante muchos siglos el peor enemigo de la religión cristiana, porque ella sabía cómo aliviar el dolor, ella podía hablar a las mujeres de los misterios de su cuerpo y entendía de hierbas, una parte sagrada de la Biblioteca Viviente. La religión cristiana se volvió muy patriarcal y empezó a tenerle miedo a la Diosa y a las mujeres. Temía que el poder femenino quitara auto­ridad a la Iglesia y a los hombres.
El tema del aborto no tiene nada que ver con la cues­tión de si se debe o no practicar el aborto. Se plantea para que la gente esté separada y para crear confusión con res­pecto a la energía femenina. Es un plan contra la Diosa que quita el poder a las mujeres y las hace creer que no tienen elección; o que cuando exista una elección, ésta sea el abor­to. Hay planes para provocar una enorme confusión en las mujeres en lo que se refiere a su cuerpo. Eso está bien. No hay problema porque cada una de vosotras elige las leccio­nes que necesita aprender. Podéis abrir vuestro corazón y enviar energía sanadora a la gente, invitándola a que expan­da su estado de conciencia, pero no la podéis cambiar.
La energía de la Diosa se mueve muy rápida y está dispuesta a trabajar con todos aquellos que quieran recor­dar su llamada. Sus instrucciones dicen que debéis honrar a vuestro cuerpo aquí en la Tierra y a vuestra sexualidad, porque todos habéis sido creados mediante este proceso. Sabemos que algunas de estas ideas os hacen sentir incómo­dos y por eso las estamos exponiendo. Abrazad la plenitud de vuestro cuerpo y a todo lo que hay que hacer y comen­zad a trabajar. Trabajad juntos y jugad juntos.
¡Mujeres, despertad y comenzad a leer el manual de ins­trucciones de vuestro cuerpo y descubrid que poseéis algo muy valioso! ¡Hombres, también vosotros poseéis algo de mucho valor y este algo se llama cuerpo y tiene ciclos, rit­mos y patrones. Puede hacer cosas milagrosas!
El hecho de creer que el sexo es algo que sólo sirve para procrear es una gran distorsión de vuestra identidad. Ha­beros enseñado esto es una parodia. Nadie tiene que tener un hijo si no quiere. Comenzad a pensar que sois capaces de influenciar a todas las funciones de vuestro cuerpo, in­clusive la concepción.
Podéis decir: «Yo sé que mis pensamientos y sentimien­tos controlan todas las funciones de mi cuerpo. Lo practi­caré y cuando esté dispuesta a tener un bebé lo energetizaré. Sin mi consentimiento no estoy disponible». Esto es un concepto muy liberador a tener en cuenta.
Si cada mujer en este planeta realmente supiera cuánto poder hay en ella ¿qué pensáis que diría el patriarcado? Hace eones, una versión del patriarcado fue amenazado por el poder de las mujeres. Así que las mujeres dudaron, escondiendo su poder, y los hombres podían dar el golpe y decir: «Vamos a aprovechar la oportunidad y vamos a go­bernar el mundo. A ver qué tal nos va». La fuerza feme­nina se tuvo que sentar en el asiento trasero. Las mujeres acordaron creer que tenían una maldición en su cuerpo y que la menstruación era una cosa mala. Las mujeres pusie­ron en duda la propia fuerza vital que hay en ellas y si real­mente tenían una influencia sobre sus funciones.
No sólo las mujeres se ven afectadas y son controladas por la Luna. También los hombres. Nacéis gracias al ciclo de las mujeres y vuestros ciclos sexuales están marcados por él. Puesto que la Luna gobierna las mareas, y vuestro cuerpo consiste en un 90% de agua, la Luna afecta asimis­mo a las mareas de vuestro cuerpo. Los hombres también pueden sentir y trabajar con las fluctuaciones de sus hor­monas cuando sus cuerpos van pasando por los diversos ciclos; pueden aprender a reconocer la sutilidad del ritmo masculino. Debido a la implacable presión y el control en torno a los hombres, sus ciclos no son tan reconocibles como los de las mujeres que se exteriorizan mediante sím­bolos como, p. ej. la sangre. La vibración masculina no está sintonizada con la espontaneidad, más bien está alineada con la obediencia. ¿Obediencia a qué? Obedeciendo a de­terminadas ideas suyas sin sentir si estas ideas o creencias son apropiadas.
Sugerimos que más hombres empiecen a cuestionar la autoridad y digan: «No voy a hacer esto. Al demonio con ello. En lugar de esto haré aquello». El impulso actual de la vibración masculina es buscar más libertad emocional, igual que el de las mujeres. Sin vuestras emociones no podéis descubrir quiénes sois. Para poder comprender los miste­rios más profundos, los hombres tienen que hacer las paces consigo mismos y entender que sus emociones son su parte femenina.
Para los hombres, la sangre es más misteriosa porque toda la sangre de un hombre siempre está dentro de él. No es algo que él pueda ver y sentir cada mes como lo pueden hacer las mujeres. La guerra es una distorsión inventada por el patriarcado en un intento de dar a los hombres el poder de la sangre. Pero esta sangre no significa lo mismo. Porque ésta se hace visible debido a la violencia, la vida se destruye, se mutila y se asesina y todo ello con las emocio­nes sofocadas y suprimidas. Sólo hay una manera apropia­da para que un hombre pueda integrar el poder de la san­gre —y es que una mujer le regale su sangre, que comparta su propio elixir—. Hay muchas maneras de hacerlo. Una forma fácil es que un hombre coma frutas y verduras que hayan sido regadas con sangre menstrual. También se pue­de marcar a un hombre en la nuca o en la planta de los pies con sangre menstrual. Su cuerpo absorberá el conocimien­to que hay en ella.
Los hombres necesitarán la sangre de las mujeres y las mujeres recordarán a la Diosa que mora en ellas y encar­narán el principio de la Diosa. Este principio os enseñará cómo crear un equilibrio en el planeta. Es nuestro deseo que cada una de las mujeres entienda los misterios de su cuerpo y que los comparta sin secretos, con la vibración masculina apropiada. A veces, los hombres tienen miedo a la sangre femenina. Muchas veces éstos vacilan en hacer el amor con una mujer que tiene el período. En las mujeres aparece ansiedad si el hombre piensa que la menstruación es algo desagradable. Si disfrutáis de la actividad sexual duran­te la menstruación, ya seáis hombre o mujer, os felicitamos porque habéis superado un tabú muy profundo. Estáis com­partiendo una conexión a nivel celular.
Hacer el amor durante el período, en una relación esta­ble de pareja, es una manera muy poderosa de compartir la sangre. Es un ritual muy antiguo y no aconsejamos proezas aventureras en lo sexual para compartir la sangre menstrual. Es un acto muy poderoso y sagrado. ¿Por qué pensáis que ha existido tanto tabú sobre este aspecto? ¿Por qué se os ha desviado de los misterios de la sangre durante eones? Tal vez haya sido porque se podrían abrir puertas a conoci­mientos que los dioses no querían que tuvieseis. La sangre contiene los archivos de las experiencias personales, planetarios y celestiales. Cuando entráis en contacto con la san­gre, durante la unión sexual, olas de conocimiento os inun­dan y gran parte de este conocimiento está más allá de lo que actualmente podéis entender e integrar. Puede que ha­gan falta años hasta que se despliegue la profunda sabidu­ría que se ha descodificado mediante la sangre en vuestros cuerpos.
La contraparte masculina de la sangre menstrual es, por supuesto, el esperma. El esperma contiene, igual que el «chip» de un ordenador, el código de inteligencia para la evolución de la conciencia. Esto se puede medir actual­mente por el grado en que la vibración masculina acepta y recuerda a la Diosa. Es el espermatozoide el que decide si un bebé es masculino o femenino. El óvulo siempre es el mismo; es el espermatozoide el que toma estas decisiones. El esperma es la historia de la Madre , codificada en la vibración masculina y contiene el «cómo» el hombre recuer­da esta historia.
¿Podéis imaginas que hay una conexión telepática entre el espermatozoide y su dueño? Cuando un hombre hace el amor con una mujer que tiene el período, su esperma pue­de actuar como un explorador y aportarle telepáticamente todo el poder y el conocimiento de la mujer. El hombre tiene acceso a la total identidad de la mujer durante este período. ¡Mujeres, debéis estar preparadas para compartir con vuestro compañero vuestros secretos más íntimos de quiénes sois cuando tenéis una relación sexual durante la menstruación! Tenéis que estar preparadas a que vuestro compañero acepte y comparta vuestro poder. Es el miste­rio más antiguo. Los dioses Enlil y Enki tuvieron, durante el período histórico sumerio, una disputa sobre el tema de cómo tratar y en qué condiciones se debía mantener a los súbditos, los humanos. El gobernador Enki protegió a los humanos y, a través de las mujeres, regaló el conocimiento sexual a la raza. El gobernador Enlil, sin embargo, prohi­bió a los humanos estrictamente todo conocimiento sexual porque temía que éste los igualaría a los dioses. Estos conceptos y presunciones invisibles y enraizadas a nivel celular hacen referencia, en versión moderna, a la historia de la creación —Adán y Eva, la serpiente y el jardín del Edén—. El conocimiento sexual era el regalo de Enki mientras Enlil quiso manipular y separar a los humanos para que no pu­diesen conocer las actuaciones de los dioses.
La sangre de las mujeres tiene la vibración del color rojo. En los hombres, el esperma tiene la vibración del color blanco. Cuando se mezclan la sangre y el esperma se obtiene otro elixir. El mero pensamiento de que un hom­bre pudiese tocar, hacer el amor o, incluso, mezclar el se­men con sangre, con una mujer durante su período, fue considerada como la peor de las blasfemias. Sin embargo, hace mucho tiempo, en las épocas antiguas, cuando todavía se comprendía la energía de la Diosa y se reverenciaba a las mujeres, esta mezcla fue considerada por los hombres como el elixir de la inmortalidad. Los hombres comprendieron que, al beber la sangre menstrual o mezclar su esperma con ella, se revitalizaba y se vigorizaba. Era una clave para conseguir la inmortalidad.
Estos dioses (les denominamos dioses por llamarles de alguna manera y tal vez el término «diosecito» sería más apropiado) se enamoraron de tal forma de la energía de la Diosa que querían ingerir el poder a través de la combina­ción de semen y sangre femenina. Recordad que el esper­matozoide utiliza sangre cuando fertiliza un óvulo. Lo usa de muchas maneras diferentes. Todos lleváis esta impronta. Estamos sacando este tema porque queremos que meditéis sobre él. Queremos que recordéis la poderosa naturaleza de vuestro cuerpo y nos gustaría llevaros más allá de las cosas que os han avergonzado. Tenéis que daros cuenta de que muchas versiones de autoridades han desviado por comple­to la comprensión de vuestro mayor regalo —la fuerza vital del semen blanco y de la sangre roja.
En el mito del jardín del Edén, la vibración femenina recibió el nombre de Eva. Por supuesto que no era la primera mujer. Es la Diosa la que crea vida. Posteriormente se cambió la historia para haceros creer que la vibración masculina tenía la habilidad de crear vida. En esta versión se dice que las mujeres fueron hechas de una costilla de un hombre. Esto no es así. Siempre es la Diosa la que sabe cómo crear vida porque es la Diosa la que lleva la sangre.
La Biblia relata la historia del árbol de la vida y del árbol del conocimiento. El árbol del conocimiento os per­mite estar informados. Se pueden equiparar habilidades y prácticas sexuales con este árbol del conocimiento, del cual se les prohibió a los hombres que comiesen. También se les prohibió asociarse con el árbol de la vida.
¿Qué es el árbol de la vida? Muchos piensan que es un árbol en el cual crecen frutas. Se rumorea que si se come la fruta de este árbol, uno se vuelve inmortal. En los tiempos antiguos se sabía que esta fruta era la sangre de la Diosa. Esta era la fruta del árbol. Visualizad vuestro cuerpo y vuestro sistema nervioso como un árbol. Los cuentos no están hablando de las frutas que crecen en árboles, están hablando de los frutos de vuestros cuerpos —las secreciones y sustancias que son auténticos regalos de los dioses—. Des­de hace eones, los dioses os están apartando de este conoci­miento.
Hacer el amor con una mujer durante su período es una de las vibraciones más altas porque se abren puertas a otros reinos.
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Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: ☼TäRA☼ Enviado: 17/07/2010 11:19
Compartir la sangre es aceptar una mayor conciencia. Hubo un tiempo en el que esto estaba muy «en boga» y fue una práctica muy respetada porque la gente sabía lo que pasaba. Recordad que hubo un tiempo en el cual la comadrona era la peor enemiga de los cristianos porque conseguía que las mujeres siguieran en contacto con su cuerpo y ayudaba durante el proceso del parto. Cuando se proscribieron y se suprimieron las comadronas, las mu­jeres tuvieron que visitar a médicos masculinos a los que no les estaba permitido aliviar los dolores del parto. ¿Sabéis por qué? Porque las antiguas leyes religiosas decían que había que castigar a las mujeres por intentar conseguir la libertad sexual. Esta ley se aplicaba incluso en el campo médico. Sólo en los últimos cien años o algo así se les ha permitido a las mujeres que recibiesen algún tipo de ayuda durante el parto. Esta ayuda es patriarcal y en la mayoría de los casos no está basada en su propia e innata sabiduría.
Había una tradición de miedo en torno a los malentendi­dos del poder femenino. El miedo al misterio que hay en las mujeres se tiene que extinguir. Este es tiempo de com­pañerismo; es tiempo de relaciones.
Deseamos hablar de la menopausia. A muchas mujeres les entristece el hecho de dejar de tener el período, justo cuando empiezan a comprender el poder de la menstrua­ción. No obstante, la menopausia también es una época de gran poder para las mujeres. En los tiempos antiguos, las mujeres viejas fueron reverenciadas por su sabiduría y su magia y este aspecto está volviendo. La menopausia implica una profunda infusión de energía, señalando el momento en el que la mujer es capaz de sostener su propia sabiduría —la conexión con los ancestros.
Cuando una mujer tiene la menopausia experimenta una pausa. Si es capaz de mantenerse en esta pausa, algo dentro de ella se transforma y llega al lugar de la sabiduría. A lo largo de la reciente historia se creía que había que temer a las mujeres cuando dejaban de tener el período porque era entonces cuando podían retener su sangre y con ella todo su poder.
Cuando las mujeres llegan a los cuarenta años, algunas incluso cuando llegan a los treinta, decretan su muerte puesto que empiezan a energetizar el proceso del envejecimiento. Se aparta a las mujeres de sus propios ciclos naturales y, de­bido a sus pensamientos, odios y maldiciones a su propio cuerpo, ellas mismas desequilibran su cuerpo. Hay un total malentendido en lo que respecta a la menopausia. Es algo parecido a lo que ocurre cuando se piensa que la mens­truación es una maldición; todo el mundo tiende a adoptar estas interpretaciones erróneas. La menopausia supone un gran regalo y, en este momento de la vida, no se pierde nada. Es un momento que contiene una enorme ganancia y un verdadero florecimiento, exactamente lo contrario de lo que os han contado.
Sucede muchas veces que los hombres, a quienes se les ha practicado una vasectomía, temen a su poder sexual y creen que no tienen poder sobre sus cuerpos. La representa­ción simbólica de la vasectomía demuestra su sensación de debilidad —piensan que su esperma y su pene no hacen lo que ellos quieren—. El miedo al esperma crea miedo al cuerpo. Aquellos que se han hecho una vasectomía, acele­ran problemas con su próstata porque interrumpen el flujo de su esperma y esto provoca dificultades en el cuerpo. Nosotros no recomendamos la vasectomía. Os diríamos que aprendierais a utilizar vuestros cuerpos en lugar de culpar a las funciones de vuestros cuerpos, provocando desórdenes. Estad abiertos a la sensación de milagro cuando comencéis a reconsiderar vuestras creencias sexuales.
La Diosa tiene la habilidad de poner sus secretos en la sangre y es ésta la que crea. Por eso las mujeres sangran. También es la razón por la cual las mujeres han sido desvia­das a no honrar su menstruación. Todo esto son cosas im­portantes.
Nosotros queremos que, como personas, desarrolléis una relación muy íntima con la Madre Tierra. ¿Cómo lo vais a hacer? El trabajo primordial de la Diosa consiste en relacionarse. Es así como crecéis. No siempre crecéis cuan­do estáis solos. Vosotros a lo mejor pensáis: «Oh, tengo más paz y tranquilidad cuando estoy en casa. Tengo más tiempo para estudiar. Tengo más tiempo para trabajar con­migo mismo y puedo hacer lo que quiero». Es verdad, y también tenéis todo el tiempo del mundo para evitar el crecimiento que supone cualquier relación. Es muy impor­tante para todos vosotros que desarrolléis relaciones entre vosotros. Tenéis que involucraros con la gente a través del amor, en una relación sexual, mediante el negocio y las comunidades y a través de las relaciones familiares y si no es con la familia carnal pues con la de Luz—. Todos lleváis códigos en los cuerpos y os necesitáis los unos a los otros.
La energía de la Diosa no es necesariamente algo que uno atrae a su cuerpo mediante una columna de luz. Cuan­do visualizáis cómo la luz entra en vuestro cuerpo, en vuestros chakras, literalmente abrís estas áreas. Os posicionáis para veros como seres sólidos y densos versus seres llenos de espacio y luz. La Diosa es una fuerza más allá de todo esto. No tenéis que atraer a la Diosa a través de vuestros dedos, a través de vuestros ojos y hacia la Tierra — la Diosa simplemente es—. Comenzad a daros cuenta de su vitalidad, cómo nutre todos los sistemas, porque la Diosa es la mensajera y la hacedora de vida.
Estar vivo significa conocer a la Diosa. Buscad esta fuerza dentro de vosotros mismos y en vuestro entorno. Decid: «Enséñame, Diosa, quién eres. Quiero encontrarte». La ma­yoría de vosotros seguramente no ha tenido ningún pro­blema visualizando al Creador Original como un ser mas­culino. Ahora que tenéis que transformar esta imagen en una imagen femenina, algunos de vosotros tendréis dificul­tades. La vida procede de la vibración femenina. Eva no procedía de la costilla de Adán. Este cuento sirvió para aumentar el poder de la vibración masculina que necesitaba desesperadamente alguna clase de identidad durante su pe­lea con la cultura de la Diosa.
Nosotros estamos buscando un equilibrio. Si miráis en vuestro entorno, veréis que hay hombres y mujeres y to­das las historias de vuestra identidad y creación enlazan la verdad de ambas fuerzas. Si buscáis el equilibrio entre lo masculino y lo femenino dentro de vosotros mismos, lo más probable es que encontréis alguien que también está equilibrado. Equilibrio interno significa que sois vuestra propia fuente y que el siguiente paso consiste en unir vues­tra fuente con otra para crear una algo mayor. Y esto no significa que necesitéis obligatoriamente un cónyuge. No obstante, vuestro proceso natural es crear algo en común:
juntar vuestras claves, los aspectos femeninos y masculinos. Lo anterior se correspondería a las pistas fisiológicas que os pueden llevar a los reinos espirituales y emocionales.
Lo andrógino representa un aspecto divino cuando lo femenino y lo masculino está integrado. En todos vosotros existe la fuerza vital que se llama kundalini y que es una expresión de la energía creativa. Sin embargo, hay una gran mayoría en este planeta que ni siquiera sabe que existe esta fuerza dentro de ellos.
Lo ideal es tener la parte femenina y la parte masculina equilibrada. Como hombres y mujeres que sois, tenéis esta fuerza vital de la kundalini en vuestro interior. Ella tiene sus propios ciclos, con picos de gran actividad. Tenéis que abrir un espacio dentro de vuestro cuerpo para poder en­contrar la energía de la Diosa y para crear sanación, trans­formación y realización. Esta energía es como una serpien­te que está enroscada en la base de vuestra espina dorsal, y conforme sube por el árbol de vuestra columna, su energía se distribuye por todo el cuerpo.
Nosotros no podemos movernos porque vosotros no lo hacéis. Vosotros no podéis moveros porque nosotros hemos inhibido vuestra evolución al reorganizaros genética­mente. Lo hicimos para evitar que tuvieseis las habilidades que tenemos nosotros y para evitar que usurparais nuestro poder. Ahora, medio millón de años más tarde, estamos en un gran apuro. Sabemos que cometimos un grave error, si es que hay errores que se puedan cometer.
Pronto descubriréis vuestra habilidad de crear vida al mismo tiempo que la de ser dioses. Desde hace cuarenta años, vuestros científicos han pretendido ser dioses y han creado vida en laboratorios subterráneos, repitiendo una dramática lección de la Atlántida. La recuperación de la voluntad de la Diosa , a lo mejor, restablece los valores morales y el valor de la vida porque la Diosa ama a sus hijos, incluidos los reptiles, los insectos, la gente gata y todas las formas de vida. Os observaremos y veremos si vais a limitar la vida que creáis. Veremos si tendréis miedo de que la vida que habéis creado, vaya a ser más grande que vosotros. ¿Prohibiréis que la vida que habéis creado interactúe con el árbol del conocimiento y con el árbol de la vida?
¿O vais a animar a estas vidas que habéis creado, vidas que son vuestros hijos —la futura raza de los hijos azules— que crezcan, busquen y cambien y dotándoles con todo lo que sabéis? Si hacéis esto, ellos, a su vez, os enseñarán todo lo que saben.
Cuando nosotros os creamos, no nos dimos cuenta de que vosotros nos podíais enseñar algo. Habéis sido escla­vos, habéis buscado oro. Todavía hay dioses que están atra­pados en esta ilusión. Pero algunos de nosotros estamos evolucionando, gracias a aquellos que fueron sembrados aquí en la Tierra para ayudarnos con esta actual tarea.
Ahora debéis transferir vuestros recuerdos a lo más profundo de la densidad de la Tierra , a aquellos que no quieren recordar, a aquellos que han sido atrapados aparen­temente para siempre mediante una manipulación genética.
La Diosa, con gran compasión, lo permite. La fusión con la energía de la Diosa , dentro de vosotros mismos, hará que todos tengáis una nueva comprensión y valoraréis la vida y tendréis un nuevo y profundo amor por todas vuestras creaciones. Al abrazar a la Diosa , la Biblioteca Viviente se abrirá y os enseñará los secretos encerrados en el seno de la Madre Tierra pues, ¿quién es la Madre Tierra sino la propia Diosa?

Ejercicio energético

Respira hondo unas cuantas veces y observa tu respiración: cómo entra y sale de tu cuerpo. Al inhalar visualiza cómo se llenan tus pulmones con oxígeno altamente cargado, arre­molinándose y girando en forma de moléculas de luz. Imagi­na cómo tus pulmones absorben estas partículas, enviando una ola de luz a tu torrente sanguíneo, energetizando todo tu cuerpo. Visualízate con el ojo de tu mente en la base de tu columna. Observa esta zona y todo tu esqueleto lleno de luz. Mira como si tuvieras un tamaño microscópico y pudieras observarte desde dentro.
Visualiza ahora una cueva oscura y misteriosa en la base de tu columna. Ten valor y comprueba cómo vas penetran­do más y mas profundamente en la cueva. Sabes que esto es el hogar de la gran serpiente. Siente cómo avanzas paso a paso. Esta completamente oscuro y puedes notar cómo los pelos de tu cuerpo se erizan. Date cuenta del hormigueo al penetrar en la cueva de tu poder. Visualiza una gran ser­piente que sisea continuamente y sus ojos brillan en la oscuri­dad como verdes esmeraldas. Visualiza cómo se abren las mandíbulas de la serpiente. Tú, una figura radiante de luz, entras en la boca de este reptil. Conforme vas avanzando por la boca de la serpiente, que es otra cueva de ti mismo, siente lo que significa entrar en contacto con el núcleo de tu propia energía creativa.
Avanza hasta la tripa de la serpiente. Este animal es la Diosa Madre. Avanza más, hasta que llegues a su zona reproductora y conviértete en un óvulo, en una bola de luz. Haz uso de tu deseo y de tu voluntad y saca la serpiente, que tiene su dominio en tu primer chakra, de la cueva oscura. Siente cómo se desenrosca y comienza a irradiar su poder. Fíjate en la trémula luz y el deslizamiento de sus escamas. Es el efecto que produce el desenroscamiento de la serpiente cuando estalla en la base de tu columna y sube por ella.
Siente cómo sube. Observa la energía que sube. Siente cómo tu kundalini sube, y nota cómo se mueve por todo tu cuerpo y sale por tu cabeza. Siente cómo esta energía te eleva y te conecta con la red de la existencia. Busca esta energía e imagínate cómo fluye por tu espina dorsal —esta serpiente es tu kundalini, tu pasión por la vida que es tu visión de la fuerza de la existencia—. Es la fuerza que hace que te sientas conectado y que permite que puedas crear. Reclama tu herencia y elévate.


 
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