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Mitos y Leyendas: VAMPIROS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 27/07/2010 21:33

VAMPIROS en el Cine y la Literatura.-

Mito ancestral, presente en todos los pueblos con infinidad de nombres. Su gran calado se debe a la fusión en una sola figura de varios temas recurrentes: el deseo, el sexo (ambos relacionados pero diferentes), la inmortalidad, la posesión, el poder y la dependencia o adicción.

Sexo por el erotismo de su acercamiento, el abrazo íntimo del contacto con el cuello, una de las zonas más frágiles y voluptuosas, el roce con la muerte que es (por lo que tiene de disolución) lo más cercano al orgasmo. Deseo por su pasión radical. Inmortalidad por su vida más allá del tiempo. Posesión por adueñarse del deseo de sus víctimas. Poder por el dominio cuasi hipnótico de su influencia y por el hecho de convertirlas, a su vez, en seres iguales a ellos. Y dependencia o adicción por necesitar a sus víctimas para sobrevivir.

Hasta el siglo XIX se trataba, en general, de un ser inmortal que se alimentaba de la esencia vital de los humanos. Pero es a partir del siglo XIX que adquiere las características de un muerto resucitado que se alimenta de la sangre de los vivos, de porte aristocrático y fascinante, siguiendo la novela de Bram Stocker "Drácula". Aunque Stocker, en realidad, se basó en un relato anterior, bastante más redondo y envuelto en una poderosa atmósfera inquietante, turbadora y sexual llamado "Carmilla" del irlandés Sheridan Le Fanu, al que agregó el personaje real de un noble rumano llamado Dracul, conocido por sus victorias contra los turcos y por su portentosa crueldad.

Entre las principales obras literarias del género destacan: "El vampiro" y "las metamorfosis de los vampiros" dentro de "Las flores del mal" de Baudelaire. "La novia de Corinto" de Goethe. "El misterio de Ken" de Hawthorne. "Berenice" de Allan Poe. "No despiertes a los muertos" de Tieck. "El vampiro" de A. Dumas. También "el vampiro" de Polidori. "El parásito" de Conan Doyle. "La muerta enamorada", cuyo enfoque romántico viene expresado en su título, de Teófilo Gauthier. Y actualmente la serie de Anne Rice que comienza por "Entrevista con un vampiro".

(Bela Lugosi como Drácula)

Es en las obras literarias donde hay más variedad de tratamiento y de las imágenes vampíricas, que oscilan desde las antiguas lamias (nombre de los vampiros griegos) hasta las imágenes deudoras de los vampiros atractivos y fascinantes de Stocker y Le Fanu. Y sus vampiros están tratados desde la lejanía de un poder externo, más o menos incomprensible, pasando por vampiros enamorados, y la visión del relato a través de sus víctimas fascinadas y horrorizadas a partes iguales (sobre todo en "Drácula" y "Carmilla"), hasta llegar al punto de vista del propio vampiro en la serie de Anne Rice.

"Nosferatu" de Herzog

En el cine, salvo en la versión de Rice de "Entrevista con el vampiro" de Neil Jordan, el vampiro que aparece es el tipo Drácula mayoritariamente, con ligeras variantes de cambio de aspecto como en "Nosferatu" de Murnau donde es un ser de aspecto más bien monstruoso, o cambio de sexo como en "Vampyr" de Dreyer. Destacan las creaciones de Drácula del actor Bela Lugosi, que al final de su vida se tenía por un auténtico vampiro y dormía en un ataúd, además de vestir con la capa negra de su personaje, y la de Cristopher Lee en las películas de Terence Fisher de los años 50. Al principio de los años 80 el alemán Herzog recreó magníficamente el Nosferatu de Murnau, en una película de atmósfera turbadora, interpretada por Klaus Kinski, en la cual hacía del monstruo un enamorado, que con tal de seguir con su amada permite la llegada del día que acabará con su vida. Recientemente Elias Merhige ha dirigido una versión sobre el rodaje del Nosferatu de Murnau ("La sombra del vampiro"), en concreto sobre la misteriosa identidad del actor que protagonizaba al vampiro, encarnado esta vez por Willem Dafoe. Polanski tratará el tema irónica y lúdicamente en su "El baile de los vampiros". "El ansia" de Tony Scott presenta a vampiros sugerentes como Catherine Deneuve y David Bowie. Y Coppola filmará el Drácula más apasionado y romántico con las escenas vampíricas más eróticas e hipnóticas del género (dejamos aparte las últimas versiones en el cien, tipo Blade o La reina de los condenados por ser las menos interesantes. En ambas se trata de monstruos más o menos eróticos, pero de una pieza, sin el calado profundo propio de los personajes vampíricos).

Drácula Coppola

En cuanto a los objetos defensivos típicos que rodean al mito, cruces y ajos fundamentalmente, son todos recientes, productos del cristianismo y de costumbres locales universalizadas.

Como personaje oscuro se le considera nocturno, hasta el punto de perder su vida bajo los rayos del sol. Pero dado que su carácter sombrío es muy evidente, en varios relatos y películas se presenta al vampiro caminando también por el día. Por el contrario la simbología de la invisibilidad en los espejos se mantiene, dado que el reflejo invertido de uno mismo constituye nuestra sombra, nuestra parte más oscura o escondida, y el vampiro al ser esa misma parte carece de reflejo.

Se le atribuye el poder de transformarse en la figura de un murciélago por el carácter noctámbulo de este animal, unido a su alimentación con la sangre de los animales de una de sus especies, la sudamericana llamada vampiro. Y otro curioso y sutil símbolo es el de convertirse en niebla, por su ambigüedad (fascinación y horror que despierta) y su carácter escurridizo y encubridor de formas.

("El ansia" de Tony Scott)

"El baile de los vampiros" de Polanski"

Por último, para cerrar este pequeño y resumido paseo por el género vampírico, dos citas representativas. Una, de la ambigüedad y fascinación sentidas por sus víctimas. Otra, de las peculiares circunstancias cotidianas de un vampiro. La primera pertenece a "Carmilla" de Le Fanu: "Dormí profundamente durante algunas noches; pero cada mañana sentía la misma lasitud, y todo el día pesaba sobre mí una languidez. Me sentía una muchacha cambiada. Se deslizaba en mí una extraña melancolía, una melancolía que no hubiera querido interrumpir. Empezaron a abrirse confusos pensamientos de muerte, y cierta idea de que estaba decayendo lentamente tomó posesión de mí de un modo suave y, de algún modo, agradable. Aún siendo triste, el tono mental que provocaba era también dulce. Fuera lo que fuera mi alma lo aceptaba... Carmilla sentía por mí más devoción que nunca, y sus extraños raptos de lánguida adoración se hicieron más frecuentes. Me acariciaba con ardor creciente a medida que mi fuerza y mis ánimos se desvanecían. Eso me producía siempre una impresión semejante a un destello de locura".

"Entrevista con el vampiro" de Neil Jordan

"Nosferatu" de Murnau

La segunda cita es de "Drácula" de Stocker: "¡El conde acababa de regresar al castillo!. No fue directamente a la biblioteca, y yo, caminando de puntillas, regresé a mi cuarto. ¡Cuál no sería mi sorpresa al ver que hacía mi cama!. Aunque mi sorpresa fue enorme, aquella actitud confirmaba mis sospechas de que en el castillo no había servicio y cuando un poco más tarde, al mirar por el resquicio de una puerta, le vi preparando la mesa del comedor ya no albergué la menor duda. Si el conde se ocupaba en todas aquellas faenas era porque en el castillo no había nadie más".

"Vampyr" Dreyer

Ambas citas, con sus curiosos y significativos detalles, remiten a un tipo de relación amorosa que va mucho más allá de su aspecto sangriento, poniendo en evidencia el carácter simbólico de la sangre igual a vida. En ellas se pone de relieve su lado cotidiano y el hecho de ser una relación basada en el poder, es decir, toda relación erótica en la cual sus miembros juegan el papel de víctima y verdugo, poseedor y poseído, dominante y dominado, vivido y representado esencialmente por ambas partes, puesto que lo que circula en realidad entre ellos es la adicción y la dependencia. El "amor" destructivo, bastante abundante y por ello lleno de interés para la gente, además del enganche a la figura arquetípica motivada por el deseo, la tentación de la disolución, de la muerte. Y desde ahí de nuevo la conexión sexual y su misterio.

[Pedro Lago]



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