Pasan los años y aún para muchos de nosotros, el tema del calentamiento global y sus consecuencias, parece un tema externo, como que alguien ajeno tiene que resolverlo.
Pasan los años, y el problema se agrava, y contemplamos sin preocuparnos ni ocuparnos por formar parte de una solución piramidal, eludiendo nuestra responsabilidad achacándolo a una cuestión política. Pero la política se ejerce más allá de las esferas teatreras a las que estamos acostumbrados y de sus ideas. La política se practica en todos los rincones del planeta, una ideología no es efectiva si alguien no la pone en marcha, y ahí es donde entramos en juego todos, independientemente de las siglas que nos representen. Nuestra política, la indiscutible, la ineludible, es la de sostener un planeta que nos permita garantizar a todos los que lo habitamos unas condiciones dignas para vivir y no sobrevivir. Y digo sostener, porque es un ente vivo, del que muchos pensamos que el es quien nos sostiene, y más bien creo que es a la inversa.
Solo nuestra acción promoverá que ese cambio climático tan anunciado y ya en camino, no nos conduzca a un drama global, y para ello no debemos delegar su equilibrio en solo decisiones políticas, hasta que no surjan unas acciones racionales y coherentes, los políticos de momento, seremos nosotros con nuestro granito de arena
Pasan los años y aun evadimos la mirada del gris planetario pensando que un día será multicolor, sumidos en un engaño pertinaz y sin un planeta de recambio al que mudarnos cuando tengamos conciencia y presencia y con unos descendientes con una diversidad limitada como herencia.

Actuemos ahora


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