NUESTRA COMPRENSIÓN MÁS ELEVADA NOS GUÍA
Y NUESTRAS VIDAS SON BENDECIDAS
En nosotros hay un lugar sereno y sagrado,
el lugar de nuestra conciencia más elevada.
Parte de nosotros siempre mora en esta percepción,
aun cuando llevamos a cabo nuestras actividades diarias.
Por medio de la oración y la meditación
podemos elevar nuestros pensamientos a este lugar alto
y permitir que nuestras vidas sean guiadas al Bien.
En esta conciencia,
estamos por sobre las presiones
de las preocupaciones y los problemas diarios.
Desde este lugar, vemos la nada
de la preocupación, la incertidumbre y la ansiedad.
Estamos en paz.
Vemos las cosas bajo la perspectiva correcta.
Nos perdonamos
y perdonamos a los demás.
Vemos el Cristo en todas las personas
y sabemos que el Bien surge
en todas las experiencias de la vida.
Nuestra conciencia más elevada nos guía
y nuestras vidas son bendecidas.
"El que habita al abrigo del Altísimo
morará bajo la sombra del Omnipotente"
(Salmo 91:1)