Abejas: las otras víctimas del incendio de Notre Dame
Desde hace algunos años París se ha convertido
en la “ciudad colmena”. Una cruzada por preservar esta especie que tenía
a la famosa catedral como uno de sus más seguros hogares, hasta hoy.
París ha visto un aumento notable en la apicultura urbana,
con más de 1.000 colmenas en lo alto de los edificios emblemáticos
y jardines comunitarios en toda la ciudad.
De hecho, los demonios que representan las gárgolas de la catedral
de Notre Dame habían encontrado compañía en estos minúsculos animalitos.
Diligentes enjambres de abejas poblaban algunas de las terrazas
de la Catedral, y también se vieron afectadas por
el voraz incendio que consumió, justo, la parte superio
r de este ícono de la historia y la cultura parisina.
De acuerdo con el sitio oficial de la Catedral de Notre Dame,
en la primavera de 2013 se formó una colmena en el techo de la sacristía,
al borde del flanco sur del lugar. Esa colmena fue ofrecida por un apicultor
llamado Nicolás Geant para asociar a la Catedral a la preservación
de la biodiversidad dinámica y recordar ‘la belleza de la creación’.
El daño para el medio ambiente con las colmenas quemadas
y abejas muertas es irreparable.
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