El Alma Buena
Cuando digo que alguien
es un alma buena,
no estoy diciendo
que sea perfecto,
¡porque ninguno
de nosotros lo es!
Todos somos aprendices,
torcidos, equivocados,
llenos de cicatrices,
heridas que aún sangran
y se pueden mejorar.
El alma buena para mí
es la que se esfuerza
por ser lo mejor
que puede ser.
¡No son ángeles!
Si conoces luz y sombra,
flores y espinas,
piedras y cristales …
Pero buscan cada día
un poquito para alimentar
al lobo bueno
que existe dentro de ellos.
Son los apaciguadores,
a los que suelo llamar bomberos,
porque siempre están a la espera
en el cuartel para contener un incendio
, los que no ofrecen munición
a conflictos, cotilleos, pequeñeces …
Llamo almas buenas a aquellas
personas que buscan vivir en paz,
que buscan liberarse
de su amargura para
dar cabida a sus curas.
Pero ser un alma buena
no es estar tirado en el suelo
para que otros se limpien
los pies sucios sobre ti.
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