Una clase más... aunque sea por aquí... - El Refugio Azul

Hola corazón...

Me cuentas tu sueño e imagino que quieres que te diga qué pienso. Trataré de avisarte de que me extenderé bastante, pero es necesario para que lo entiendas y para que aprendas a explicárselo a otros en el futuro...

Como ya bien sabes, los sueños no son lo que parece que son. El cuerpo necesita estar en reposo y como desconectado de todo lo externo para poder asimilar los distintos paquetes de información que ha ido recibiendo durante todo el día. Paquetes con impulsos nerviosos que contienen datos visuales, de lenguaje, del tacto... percepciones, ideas, observaciones indirectas, sospechas, sonidos... Todo eso tiene que clasificarlo y colocarlo en distintas zonas del córtex cerebral, dependiendo de la importancia o no de esa información. Muchos de esos datos los considerará información basura y como energía inservible la desechará. Esa energía no sabe cómo retirarla o transmutarla o gastarla y de ahí vienen los dolores de cabeza y la sensación de embotamiento.

Pero a parte de esta teoría que es real, ahora viene la parte que nos interesa...

El hecho de que el cuerpo esté trabajando a través del cerebro clasificando impulsos recibidos durante el día y guardando información válida o no, queda en suspenso e inamovible para que comience a trabajar otra parte de nosotros más sutil.

Esa parte sutil se corresponde con lo astral. Aquí existe un problema añadido. Comenzamos a recorrer una región especialmente crítica porque no admite densidad. No estamos hablando de materia. Es como si fuera un planeta de humo. Para poder transitar por esta realidad de humo hay que volar y pesar poco. Y si se logra, se accede a la parte del humo más blanca. Pero si se tiene cuerpo y mente de humo, debe ser lo más sutil posible para acceder a esa zona blanca... mas si el humo está contaminado por "emociones de peso" entonces se accede a una zona gris. Esa zona gris tiene como principal característica que es como una báscula. Todo lo que circula por ahí va a parar a una especie de frontera. Se negocia con la oficina de frontera. En esa oficina de frontera hay una regla que dice que no hay que permanecer parados. Hay que circular hacia arriba (zona blanca) o hacia abajo (zona negra). La dirección la determina el peso que tienen esos cuerpos de humo. En la frontera se admiten reclamaciones; muchos dudan de que se les esté pesando con justicia y equidad y someten la cuestión a un análisis exhaustivo de la carga que porta cada cuerpo de humo.

Ese análisis saca a la luz lo que se ha vivido y ha adquirido peso. ese peso suele ser lo no resuelto. Lo que no se ha resuelto no sabe la consciencia dónde clasificarlo. Es energía de información que el cerebro la mantiene como recuerdo, pero ha adquirido la calidad de "emoción no resuelta" que no sabe dónde guardar. Las emociones no resueltas se supone que son experiencias que servirían como aprendizaje o entrenamiento. Pero la pregunta que se hace la consciencia es... ¿si yo he dañado a alguien que trata de enviarme energía de amor, pero no soy capaz de aceptar esa energía de amor como tal, porque me lastima la forma en que se manifiesta, cómo debo considerar este hecho? No es odio porque no odio a esa entidad o ser. No es intención de destruir porque no está en mi ánimo destruir o machacar a esa energía o ser. Actúo movido por impulsos desconocidos para mi o al menos no controlados del todo. Es decir, no sé porqué siento que tengo que comportarme del modo que lo hago, pero el caso es que si lo pensara detenidamente a lo mejor no debería de descargar tanta ira contra esa energía o ser. Pero en realidad tampoco es ira, si no que simplemente hay un descontento en mi forma de ver cómo se dirige a mi esa energía o ser y cómo hace las cosas. Me hubiera gustado que fuera de otro modo y que se manifestara de forma que no me causara molestia. Su intención no está clara para mí. Pero tampoco está claro lo que siento yo, por lo tanto me dejo llevar pero no actúo en consecuencia.

La conciencia sigue preguntándose cómo considerar esas emociones porque detecta que hay un daño; pero ese daño es emocional e injusto. No tiene una justificación clara. Así que como no sabe qué hacer con ello, lo mantiene en suspenso sin clasificar esa energía.

A medida que transcurre el proceso de experiencias, esa emoción o energía oculta, no pesada y no etiqueta; no transmutada y no solucionada va adheriéndo otras partículas de información perdidas que son recuerdos que se parecen a esa experiencia. Todo eso va formando una bola que cada vez que se encuentra con algo parecido sale a flote. Eso se conoce como peso kármico no resuelto. Dicho de otro modo, "yo sé qué ocurrió pero yo no tengo toda la culpa, si la otra parte me hubiera entendido no habría pasado de ese modo"

Pero el caso es que hubo daño y eso toma peso. El corazón no es tonto y sabe que algo ha ocurrido y que ha dejado una marca indeleble. El corazón para poder procesar una emoción y entenderla como parte del aprendizaje necesita que la conciencia la etiquete y le diga qué es esa emoción y a dónde pertenece. La conciencia cuando no tiene toda la información sobre un hecho ocurrido porque no posee toda la información de cuál fue la intención y qué buscaba producir esa intención, se limita a no dar respuesta. Entonces trata de cambiarla con otro sentimiento o emoción que es la culpabilidad. Cuando envía culpabilidad al corazón, el corazón se hace notar y emite una alarma captada por su dueño. El dueño de ese corazón transporta un sentimiento de culpa que trata de solucionar; es entonces cuando los humanos hablamos con otros para aclarar, justificar, solucionar y perdonar...

Mas cuando uno "se hace fuerte" y sobrelleva ese sentimiento de culpa aprendiendo a camuflarlo y que no le impida llevar una vida normal (nosotros lo llamamos gente sin escrúpulos que ha aprendido a moverse por esta selva), continúa su vida como si no pasara absolutamente nada y lo toma con deportividad.

Pero eso no se ha transmutado y queda como deuda no clasificada. Nadie sabe qué hacer con ella. El cerebro quiere hacerse el loco y justificarla llamándola "heridas de guerra habituales".

El corazón hace lo mismo y lo llama "yo no he tenido toda la culpa, no me siento responsable". La conciencia lo clasifica como "experiencia inesperada y no aprendida, la dejo pasar, ya la resolveré más adelante"

Cuando pasa el tiempo y se accede al astral, se encuentra uno en la frontera de humo y no le dan permiso para transitar hacia la zona blanca, se le señala que tiene "peso no resuelto" y que por ende no puede volar hacia zonas más altas. Se le dice que consulte con su conciencia y lo resuelva. La entidad en cuestión trata de negarlo y es entonces cuando el corazón hace un esfuerzo por resolverlo; se pone en contacto con el cerebro para que le ayude a clasificar esa experiencia. El cerebro se camufla y elude la cuestión diciendo "no estoy operativo, no molesten, estoy en reposo"

Entonces el corazón asume la responsabilidad y le envía una energía extraña al mismo a la que conocemos como pesadillas. Es decir, tú no me ayudas a clasificar estas emociones y tampoco quieres hacerlo tú, yo tomo tu papel de convertirme en cerebro sustituto (no olvidemos que el corazón guarda la mente divina) y entonces reproduzco hechos que no tiene lógica pero que tú tienes que aceptar como información. El cerebro se niega a aceptar que las pesadillas son información real y trata de ponerse en contacto con la conciencia para que resuelva el misterio. la conciencia está ocupada en la frontera del humo tratando de que o bien el corazón o bien la mente le resuelvan el peso adquirido.

Conclusión: unos por otros, no se resuelve el conflicto porque falta un protagonista que está ausente en esa entidad, energía o ser... se llama LA VOLUNTAD.

Nadie dice que no exista amor, puede que incluso lo haya. Nadie dice que no haya confusión, puede que incluso la haya. nadie dice que haya culpa, puede que incluso la haya aunque no está muy claro. Pero es indudable que no hay, no hubo VOLUNTAD de resolverlo...

Y ahí estamos, atascados en la frontera del humo sin saber qué hacer. Si se diera el caso de que se dejara pasar para resolverlo en otra encarnación sin transmutarlo, pasaría ser un egrégor que podría convertirse en "entidad energética" a la que habría que estar alimentando durante eones, hasta que se decida uno a reencarnar para resolverlo.

Pero en ese estado, con ese peso, no se puede elevar nadie por más que lo intente. La solución es que haya VOLUNTAD y amor suficiente por uno mismo y por el otro, para ponerse manos a la obra y resolverlo.

Existe un atajo no obstante. Se llama DHARMA. Es un proceso de remoción de culpas o de peso a través del servicio o sacrificio de entrega a los demás. Se asume una situación no ocurrida realmente para recrear un estado no real pero que ayude a la mente a aceptar que se tiene que usar la voluntad en una cuestión que no se recuerda... pondré un ejemplo... hay personas que tienen la sensación de ayudar a los demás pero no saben porqué sienten ese impulso. Son solidarios pero no recuerdan cuándo sintieron esa necesidad de ser así. Siempre que se les dice: "¿pero por qué tienes que salvar el mundo tú solo?" uno siempre contesta lo mismo: "mira yo no sé qué tienen que hacer los demás, pero yo sé que me siento mejor si hago mi parte y asumo cómo soy y como me siento cuando no hago nada"...

¿Conoces esa sensación? Pues sí, uno no sabe explicar por qué tiene que movilizarse para ayudar a otros, pero el caso es que siente una cosa llamada empatía por quienes son más débiles o injustamente tratados... ¿esto te recuerda algo? ¿no? está bien, te resfrescaré la memoria... ¿acaso no trataste injustamente a alguien produciéndole más daño del necesario, es decir, siendo injusto aun cuando el cerebro te enseñó a no asumir la culpa del todo?

Pues eso ha quedado depositado en algún sitio. Lo guarda una parte de ti llamada conciencia que no sabe qué hacer con ello y cómo resolverlo; por eso la solución es transmutarlo en Dharma. Y en esas estamos... hasta que el Dharma no transmute todo el sentimiento de culpa que ahora SÍ se tiene, no se limpiará ese peso del Ser o Entidad que lo soporta.

Conclusión: o se habla y se soluciona esa parte o se "dharmatiza" el resto de tu vida hasta lograr volar libremente liquidando todos los apegos o egrégores adquiridos.

Tu madre a tu lado en el sueño trabajando en lo mismo que tú significa que conoce tu problema y está echando una mano en tu solución. Puede que incluso ella misma lo reconozca porque lo haya vivido. Lo que falta por dilucidar es por qué tu madre lo sabe.

Me lo demuestra el hecho de que tu madre ve todo lleno se escorpiones (recuerda que en el zodiaco escorpio tiene dos facetas, son maravillosos, pero también son implacables. Cuando un humano viene a trabajar como espejo suele encarnar en escorpio y géminis) y trata de pisarlos para que no le ataquen (es decir le muestren lo que esconde).

Entrar en una cantina con alguien significa entrar, acceder a una pactada vida irreal, donde nadie es nadie que parezca ser, para vivir algo que no se sabe qué es... en una cantina todos son clientes, pero nadie es sincero ni es lo que dice que es. Se suelen contar fantasías y mentir sobre uno mismo y sobre los demás. Es un invento moderno de juzgar a los demás mientras se hace camaradería, pero todo eso eso es falso, se hace lo que se viene a hacer que es desacreditar a otro. Eso lo inventaron los soldados romanos... después de cada batalla se reunían a tomar el vino y ahí aprovechaban para criticar a los demás en su comportamiento de batalla.

¿Por qué tiene que emerger eso ahora precisamente? Muy sencillo: los procesos...

Se están liquidando los procesos. se trabaja para que todo quede solucionado y se aligere el peso. Los maestros tratan de tener argumentos para llevarte a uno a los planos elevados más allá del humo gris; hacia la zona blanca y en dirección a la luz blanca y dorada...

No pueden hacerlo si no hay VOLUNTAD de sanar eso o al menos un compromiso dhármico que ayude a solventarlo. Por eso lo muestran; para que tome cartas en el asunto el interesado. Haber venido aquí a vivir este proceso de conexión con el Ser y aceptar formar parte del Plan ya es un buen indicio de que acepta el Dharma como solución.... sí, sí, ya sé que estás pensando, ¿pero si lo que te acabo de contar me ha ocurrido en esta vida cómo voy a haber decidido antes de encarnar el dharma? y la respuesta es muy sencilla... No amor, no es la primera vez que te sucede. Esto es una repetición de un hecho acaecido con anterioridad en una vida pasada. Porque si fuera algo sucedido por primera vez en esta vida, lo habrías solucionado sintiéndote responsable y aceptando pedir perdón, ya que es la primera vez que lo vives y has asumido eso como algo tuyo y generado por ti... mas cuando tu corazón y tu mente no lo aceptan como culpa, pero sí como peso que se puede llevar y que puedes transitar por esta selva sin sentirte culpable, es porque tu corazón ya es duro y lo ha aprendido a camuflar antes de ahora. Por eso se repiten los procesos hasta que haya voluntad de sanarlos.