"Salmo 25:6-7. Lavaré en inocencia mis manos,  y así andaré alrededor

de tu altar, oh Jehová; para exclamar con voz de acción de gracias,

y para contar todas tus maravillas".

Cada mañana necesitamos confesar todo ante Dios. Si hay algo entre

nosotros y Él, cuando tratemos de orar y entrar en Su presencia eso nos

estorbará hasta que tratemos honestamente con el asunto. Dios quiere

que confesemos nuestras faltas. He descubierto a través de los años en

el ministerio que trata con la gente y también al lidiar con mi propia

carne que no nos gusta confrontar la maldad como debería ser.

A la mayoría de nosotros nos gusta hacer excusas, pero estás nos

mantienen engañados. Una excusa es una mentira cubierta con una

razón. La Biblia dice que la verdad nos hará libres (Juan 8:32). La

honestidad con Dios nos liberará para disfrutar nuestro día entero.

En cualquier clase de relación la honestidad es algo muy importante.

Creo que también debería ser en nuestra relación en Dios. Sabemos

que Dios no  puede ser burlado, pero hay veces que tratamos de

engañarle. Si anhela entrar en la presencia de Dios, sea honesto en

todo.