Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA DANZA EN EL CAMINO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 IMAGENES 
 ♠♥♠ PRESENTATE ♠♥♠ 
 NORMAS DEL GRUPO 
 ♦♦HISTORIA Y ARTE♦♦ 
 ♦♦♦FONDOS♦♦♦ 
 ♥♥♥POEMAS♥♥♥ 
 ☻BIOGRAFÍAS☻ 
 PARTICIPAR EN ARMONIA 
 FIRMAS DE AMALY 
 ESTA ES MI TIERRA 
 +++PINTURA 
 MUSICA MIDI 
 ♣EL SEPTIMO ARTE♣ 
 
 
  Herramientas
 
☻BIOGRAFÍAS☻: PASTORA PAVÓN, La Niña de los Peines
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: frank2  (Mensaje original) Enviado: 24/02/2010 01:19

Pastora Pavón, La Niña de los Peines

 

 PastoraPavon_LaNiadelosPeines1.jpg picture by francisco19333

 

Pastora María Pavón Cruz, La Niña de los Peines. Sevilla, 1890 - 1969. Cantaora. La voz de mujer más importante que hasta ahora ha dado el flamenco. Hermana de Arturo y Tomás, a los ocho años ya se tienen noticias de actuaciones suyas en público. Fue en el Café de la Marina madrileño, en la calle Jardines, siendo todavía muy joven, cuando comenzó a ser conocida como la Niña de los Peines, al popularizar por tangos una copla que decía: "Péinate tú con mis peines; / mis peines son de canela... "Su ascensión fue fulgurante. Lo cantó todo, y casi todo a la perfección. García Lorca estaba fascinado con ella y la tomó como paradigma de la cantaora enduendada escribiendo un texto antológico:

 

"Una vez, la cantaora andaluza Pastora Pavón, La Niña de los Peines, sombrío genio hispánico, equivalente en capacidad de fantasía a Goya y a Rafael el Gallo, cantaba en una tabernilla de Cádiz: Jugaba con su voz de sombra, con su voz de estaño fundido, con su voz cubierta de musgo, y se la enredaba en la cabellera o la mojaba en manzanilla o la perdía por unos jarabes oscuros y lejanísimos. Pero nada; era inútil. Los oyentes permanecían callados (...) Pastora Pavón terminó de cantar en medio del silencio. Solo, y con sarcasmo, un hombre pequeñito, de esos hombrines bailarines que salen, de pronto, de las botellas de aguardiente, dijo con voz muy baja: '¡Viva París!', como diciendo: 'Aquí no nos importan las facultades, ni la técnica, ni la maestría. Nos importa otra cosa'. Entonces La Niña de los Peines se levantó como una loca, tronchada igual que una llorona medieval, y se bebió de un trago un vaso de cazalla como fuego, y se sentó a cantar sin voz, sin aliento, sin matices, con la garganta abrasada, pero... con duende. Había logrado matar todo el andamiaje de la canción para dejar paso a un duende furioso y abrasador, amigo de los vientos cargados de arena, que hacía que los oyentes se rasgaran los trajes casi con el mismo ritmo con que se los rompen los negros antillanos del rito lucumí, apelotonados ante la imagen de Santa Bárbara. La Niña de los Peines tuvo que desgarrar su voz porque sabía que la estaba oyendo gente exquisita que no pedía formas, sino tuétanos de formas, música pura con el cuerpo sucinto para poderse mantener en el aire. Se tuvo que empobrecer de facultades y de seguridades; es decir, tuvo que alejar a su musa y quedarse desamparada, que su duende viniera y se dignara luchar a brazo partido. ¡Y cómo cantó! Su voz ya no jugaba, su voz era un chorro de sangre digna por su dolor y su sinceridad, y se abría como una mano de diez dedos por los pies clavados, pero llenos de borrasca, de un Cristo de Juan de Juni".

Un sumario recorrido por los estilos de cante en que brilló esta mujer nos dice que efectivamente fue una cantaora total, una de las más completas de la historia. Insuperable en los tangos, por cantidad y por calidad, a los que dotaba de una extraordinaria jondura; todo el cante de Pastora fue esencialmente jondo. Las siguiriyas siempre se las pedía el público, en un tiempo en que las mujeres no frecuentaban ese cante. La petenera fue otra de las cumbres del cante de esta mujer, cuya forma de encarar el género es la que prevalece hasta hoy mismo. La soleá de Mercé la Serneta, a quien había tratado en su juventud y con quien se sentía muy identificada. La saeta, de la que fue intérprete genial cuando cantaban en Sevilla los más grandes del género. Suprema en las bulerías. E incluso se atrevió a alguna incursión en el campo creativo, como fue el caso de la bambera. Fue la esposa de Pepe Pinto. En 1996 la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía declaró su voz Bien de Interés Cultural. Dejó muy amplia discografía.

En 1961 se le rinde un homenaje nacional en Córdoba con la participación entre otros de Antonio Mairena y Juan Talega.

En 1968 fue inaugurado un monumento en su honor, situado en la Alameda de Hércules, Sevilla, obra del escultor José Illanes.

Falleció en Sevilla el 26 de Noviembre de 1969, poco después que su marido el también cantaor Pepe Pinto.

Ricardo Molina, escritor y poeta cordobés, escribió de ella:

«Pastora es la encarnación misma del cante flamenco, como Bach lo fue de la música. Genios de la talla de esta gitana aparecen en la historia muy de tarde en tarde. Pastora es una figura pontificial que une a través de su personalidad el pasado ilustre con el presente renacimiento, Pastora es, como Azorín, supervivencia preciosa de una generación de titanes. Pastora es puente vivo y sonoro por el que llegan a nosotros las grandes sombras de El Nitri, de La Serneta, del Loco Mateo, de Enrique El Mellizo. Por eso puede tener en la historia del cante futuro, significación auroral de punto de partida para nuevas generaciones de auténticos cantaores... Como milagro fue saludado el arte de La Niña de los Peines cuando irrumpió como astro de luz propia a principios de siglo, y el milagro seguimos proclamándolo cuantos tuvimos la suerte y el privilegio de haberla sentido hace unos meses -escribe en 1961-, en la cordial intimidad del sotanillo famoso del Bar Pinto sevillano… No es posible calcular el tesoro de cantes de los que Pastora es maravillosa depositaria… Esta mujer extraordinaria es como un mar sin fondo y sin orillas. Ella sola es toda la historia flamenca. Ella abarca todo el misterioso legado de nuestros cantes. Ignoramos lo que habían sido en su tiempo La Andonda, La Serrana, María Borrico, Merced La Serneta y tantas otras cantaoras famosas, pero parece imposible que ninguna superase a Pastora Pavón en vastedad de repertorio, frescura de voz, rajo gitano y vitalidad contagiosa».

 



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados