Las mujeres con los aromas y bálsamos,

Al alba de Pascua.

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Como ese sábado fue un día importante con vistas a la Pascua judía, llevaron a Jesús al sepulcro rápidamente, y las mujeres vinieron al amanecer del domingo para embalsamar el cuerpo de Jesús.

Al llegar, se encontraron con la sorpresa que Jesús no estaba.

Traían los bálsamos y aromas, según la costumbre judía. Una mezcla de mirra y áloes que cubría el cuerpo y el lienzo, haciendo todo ello como una coraza endurecida.

 Así que la sorpresa fue mayor, pues lo que ellas vieron,fue el lienzo dejado sobre la piedra, flexible como cualquier sábana, y el sudario(Trozo de tela que cubría la cabeza y el rostro) doblado y puesto sobre la piedra, a la altura de la cabeza.

“¿Porqué buscáis entre los muertos al Viviente?

No está aquí, ha resucitado.

Él, os precederá en Galilea."

Las mujeres salieron rápidamente del sepulcro para anunciar la noticia a los discípulos.
Jesús les sale al encuentro, y las primeras palabras fueron:

“¡ Alegraos !"