En el cristal sonoro de las olas,
he guardado,
celosamente,
mi imagen para ti.
Quise,
que cuando no me tengas,
sean el espejo imborrable que reflejen mi rostro.
Quiero que lo conserves,
junto a las cosas tuyas,
junto a los venerados recuerdos,
en el arcon de tu alma.
En las rocas he grabado mi nombre.
Como las adolescentes,
como la primer novia.
En la playa he dejado mis rastros para ti.
Tu recogerás mis pisadas,
transitando sus arenas humedas.
Serán tuyas también como mi vida.
Porque aunque ahora no quiera pensarlo,
indefectiblemente se bifurcaran nuestros caminos.
Es fatal,
como todo lo que mas se ha adorado.
Nos quedara el consuelo, en ese tiempo aciago,
de tener cosas nuestras, que nos hablen mas, aun,
de nuestro amor.
Por eso te lo entrego entre otras cosas.
Pero guárdalo bien.
Que no te ocurra como a Narciso.
Contémplalo de lejos, sin acercarte mucho.
No quiero que por verme mejor...mueras dentro de mi.
Cuando te sientas solo, deprimido, angustiado,
obsérvame de lejos.
Desde la imagen húmeda,
(que por el mar y mis lagrimas)
volveré en el recuerdo,
para decirte, simplemente,
"siempre estaré contigo".
Martha Herrera Ocampo
Cris®