
Allá está la vieja guitarra, abandonada, lastimada y casi sin gracia,
pero basta que el músico se aproxime,
vaya afinando de aquí, afinando de ahí, de allá
viene dulces melodías,y aún con esa vieja guitarra,
él es capaz de componer una nueva canción,
y esa canción puede cambiar vidas...
Así es nuestra vida, podemos haber vivido
situaciones difíciles, podemos estar olvidados
de nosotros mismos en un canto,
abandonados, sintiéndonos quebrados, heridos en el alma,
heridos en nosotros mismos, pero,
aún así, somos músicos, somos nosotros que tenemos
el poder de afinar, de retocar nuestros instrumentos,
de hacer nuevas canciones, nuevas melodías,
y tocar vidas, tocar corazones.
Quien sabe si sólo necesitemos de una nueva nota, de una nueva inspiración,
de una afinación diferente, un nuevo recomienzo...
Oiga, haga silencio... son notas que viene del aire,
es Dios, el gran Maestro, invitándote para tocar,
en el baile de la vida, usted es músico invitado especial
y demasiado importante ...
Toque una nueva canción, venga a ser feliz...
Paulo Roberto Gaefke

|