LA COPA DE CRISTAL . . .
La copa de cristal esta quebrada.
Hay que beber el vino de este vaso
hecho de barro y agua.
El mismo que apretara entre mis manos
en la noche voraz de madrugadas
cuando el principio se abrazo al arcano
y mi soplo vital no valio nada.
Debo beber modestamente ahora,
con la ermitaña sordidez del vaso
que burdamente se amaso en la gruta
donde encerre el camino de mis pasos.
Aquel canto feliz, quedo en la copa,
con la sonoridad de campanarios
que estallando entre soles de otra aurora,
llega a los oidos del recuerdo
como la sombra de un reloj sin horas.
Mientras aprieto el vaso peregrino
añicos de cristal mi sangre brota,
y se desborda el vaso con su vino
cuando caen mis rosas, gota a gota.
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