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Soy pronunciada con tono de desprecio.
mas muchos me evocan con afecto,
cuando las nubes riñen y se chocan
yo emerjo: las planicies áridas, las praderas,
las espigas del trigo y el sediento se enamoran.
El pálido bruñir de los balcones me guarda aprecio.
como gota me deslizo en tobogán de hojas.
Suave, apacible, acaricio la belleza.
Engendro soy de la madre naturaleza.
No tengo aromas y carezco de gamas.
Suelo amigarme con la brisa danzante.
Circundo la cuna de la luna y el sol, a veces,
es mi compañero ambulante.
También cierro ojos para sellar sueños.
Soy la ultima caricia de los muertos.
Recuerdo de ausencia tras un vidrio empañado,
bailarina del caprichoso viento y
refugio de amantes en noches de encuentro.
Tengo calor de risa y melancólica tristeza.
Anuncio mi llegada con glamour de estruendo.
Los ojos de la noche agradecen mi nobleza,
cuando llega el tiempo de mi reposo.
En soledad soy solo una gota.
En multitud soy lluvia poderosa y
como nutrido mana en procesión decorosa
ateto parajes y desiertos. Ávidos de mí...
¡ Tan solo una gota ¡
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