|

EN EL ESTANQUE DEL DÍA...
En el estanque del día se han mojado tus palabras. El «no» sin eco posible de tu voz embalsamada, se está muriendo de frío en los cristales del agua. Mis «te quiero», salvavidas inútiles de mis ansias, son ceros siempre a la izquierda de este amor sin esperanza, de este amor, río dormido, entre sombras y entre ramas; de este amor, lirio sin nombre deshojado en la mañana... En la rosa de los vientos clavé, mi amor, tus palabras. Tu «no», payaso de circo, dando la vuelta de campana, al hacer una pirueta cayó de la rosa al agua. De nada sirvió el «te quiero» último de mi garganta; de nada sirvió la luna que te mandé iluminada con jazmines de mi llanto y óleo de almendras amargas. Tu «no», de arroz empolvado, se deshojó sobre el agua...
R. de León.


|