El último adiós a nuestro animal, es un paso importante para el manejo de las normales sensaciones de pena, dolor, y sentimiento de pérdida que ocurren luego de la muerte de éste. Su mascota es una parte importante en su vida, y es natural que usted sienta que está perdiendo un amigo.
Una vez que la decisión de la eutanasia se haya tomado, se puede optar por el mejor adiós. Pasar una última tarde con su animal doméstico, o realizarle una visita al hospital, puede ser lo más apropiado. Y siempre debe permitirles a los miembros de su familia que estén solos un momento con su animal, si así lo desean.
Cómo decírselo a la familia
Los miembros de una familia, suelen estar enterados de los problemas de las mascotas, por lo que se les debe comunicar toda la información obtenida con los veterinarios, acerca de la decisión de utilizar o no la eutanasia. Tenga en cuenta que una asistencia médica de largo plazo, puede ser una carga emocional y/o financiera que tanto usted como su familia no puedan afrontar, por lo que se debe ser abierto y honesto. Incentive a los miembros de su familia para que expresen todos sus pensamientos y sensaciones. Aún si usted ya ha tomado una decisión, es importante que todos los miembros de la familia, especialmente niños, le hagan saber sus puntos de vista.
Los chicos tienen lazos especiales con sus animales domésticos, con lo que excluirlos del proceso de decisión por el simple hecho de que son demasiado jóvenes para entender, puede complicarles mucho su situación. Los chicos aceptan y respetan las respuestas directas, veraces, y simples. Si están preparados adecuadamente, pueden llegar incluso a convalidar la muerte de su animal.
Soportando el dolor
Recién cuando usted y su familia empiecen a asimilar la perdida, podrán comenzar a resolver todos sus sentimientos de angustia, enojo, o depresión, que no obstante pueden llegar a reaparecer de forma intermitente. Pero aunque esto ocurriese, la intensidad de estas sensaciones será mucho menor, y, con el tiempo, serán sustituidas por recuerdos placenteros.
Pero afligirse es un proceso normal. Algunas personas son mas proclives que otras a sentir cólera, culpabilidad, o depresión, por lo que si usted entiende que éstas son reacciones comunes, estará mejor preparado no solo para hacer frente a sus propias sensaciones, sino también para ayudar a los demás miembros de su familia a enfrentar el dolor. Ellos deben saber que el dolor y la pena son respuestas normales y naturales frente a la muerte de un ser querido.
No logro olvidarlo
Si usted o algún miembro de su familia tienen dificultades para asimilar la muerte de un animal doméstico y no pueden resolver sus sensaciones de pena y dolor, es posible que necesiten de un tercero para hablas sobre esos sentimientos. Esta persona puede ser un cura, un rabino, un amigo, un médico, o un psicólogo. Su veterinario también entiende el afecto que usted ha perdido, y puede ayudarlo respondiéndole todas sus inquietudes o contactándolo, por ejemplo, con grupos de autoayuda de gente que ha perdido su animal doméstico. Hablar de su pérdida sin dudas ayudará mucho.
¿Es conveniente adquirir otro animal doméstico?
La muerte de un animal doméstico puede ser tremenda a nivel emocional, especialmente si se ha utilizado eutanasia. Es posible que algunas personas, deseen en un principio no tener jamás otro animal doméstico, para no pasar por el mismo trance. Sin embargo, una nueva mascota puede ayudar a conseguir que el proceso de pérdida se atraviese más rápidamente. Pero esto no quiere decir que se reemplace a la mascota: siempre es necesario un tiempo de duelo antes de traer otro animalito, o de lo contrario, solo se estará ocultando un dolor, que tarde o temprano, reaparecerá.
No existe, entonces, un momento preciso para traer el nuevo animal. La decisión siempre es personal, pero debe también atender al resto de la familia. Si su esposo/a o alguno de sus hijos tienen dificultades en asimilar la muerte del animal, traer en ese momento una nueva mascota podría resultar contraproducente, ya que se compararía permanentemente a ese animal con el anterior, y por ende no lograría crearse un lazo afectivo sólido. Todos los miembros de la familia deben estar de acuerdo en el momento apropiado para adquirir un nuevo animal doméstico, y para llegar a esta decisión, se deben tener largas charlas donde cada uno exponga su punto de vista, y los mayores hagan valer la reflexión por sobre las acciones impulsivas. Y aunque nunca puedan sustituir el animal perdido, la nueva mascota que comparta su vida traerá nuevas alegrías.
Recordando al animal
La muerte es parte del ciclo vital de todos los seres vivos. No puede ser evitada, pero su impacto se puede resolver con el entendimiento y la compasión. Intente recordar los buenos momentos que usted pasó junto a su mascota. Evocar esas épocas será como mantenerlo vivo, y por otra parte, sabrá que su animal no pasó sin sentido por la vida, ya que llevó alegría a usted y su familia, casi como si hubiera cumplido su misión. También puede desear hacer un monumento o algún tipo de recuerdo en honor de este animal. Y por sobre todo, sepa que los grandes momentos vividos, nunca mueren
enplenitud.com