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AÑORANZAS....
Hoy tengo añoranzas de todo lo que marcó mi vida. Cuando veo retratos, cuando siento perfumes, cuando escucho una voz, cuando recuerdo el pasado, siento nostalgias... Siento añoranzas de amigos que nunca más vi, de personas con quien no hablé más, o me crucé en el camino. Siento añoranzas de mi infancia, siento añoranzas del presente, que no aproveché del todo, recordando el pasado y apostando al futuro... Siento añoranzas del futuro, que seguirá idealizado, (probablemente no sea del modo que yo pensé que iba a ser). Siento añoranzas de quien me dejó y de quien yo dejé, de quien dijo que volvería y no apareció; de quien apareció corriendo, sin conocerme verdaderamente. De quien nunca voy tener la oportunidad de conocer. Siento añoranzas de los que se fueron y de quien no me despedí directamente; de aquellos que no tuvieron cómo decirme “Adiós” De gente que pasó por la vereda contraria de mi vida y que sólo se enderezó para vislumbrarlo; de cosas que tuve y de otras que no tuve, pero quise mucho tener. Siento añoranzas del perro que tuve un día y que me amaba fielmente, como sólo los perros son capaces de hacer, de los libros que leí y que me hicieron viajar, de los discos que oí y que me hicieron soñar, de las cosas que viví y de las que dejé pasar, sin disfrutar en su totalidad. Yo pienso que un simple “te extraño” puede traducir la añoranza, la nostalgia. Tal vez no exprese, correctamente, la inmensa falta que sentimos de las personas queridas. Y es por eso que tengo mis añoranzas... Porque encontré una palabra para usar todas las veces en que siento esto en el pecho, medio nostálgico, mas, que funciona mejor que una señal vital cuando se quiere hablar de la vida y de los sentimientos. Ella es la prueba inequívoca de que somos sensibles, de que amamos mucho, de que tuvimos y lamentamos las cosas buenas que perdemos a lo largo de nuestra existencia...
ANONIMO
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