Un día estaba una joven sentada en su patio, y su madre estaba de visita. Estaba tomando un refrescante vaso de té helado. Hablaban de cosas de la vida, del matrimonio, de responsabilidades en la vida y las obligaciones de los adultos. La madre puso unos hielos en su vaso, se sirvió más té helado y con voz seria le dijo a su hija:
-"Nunca olvides a tus amigas",
dando un gran sorbo a su té y sonando los hielos alegremente.
-"Ellas serán más importantes para ti cuando envejezcas.
No importa cuanto ames a tu marido, no importa cuanto quieras a tus hijos, aún vas a necesitar a tus amigas.
Sal con ellas, ahora y después, y siempre, comparte tu tiempo con ellas.
Recuerda que AMIGAS no son solo tus amigas sino también tus hermanas, hijas, sobrinas, primas y otras parientes y personas a tu alrededor.
Necesitas estar cerca de otras mujeres, las mujeres siempre necesitan otras mujeres durante su vida".
-"Que consejo tan curioso", pensó la joven mujer.
-"¿No me acabo de casar?. ¿No acabo de ingresar al mundo de las parejas?.  Ahora soy una mujer casada, una adulta madura, no una niña que necesita amigas!.
 Seguramente mi esposo y la familia que recién formamos son todo lo que necesitaré para tener una vida plena".
Sin embargo, la joven escuchó a su madre; mantuvo contacto con sus amigas e hizo más amigas cada año.
Al paso de los años, poco a poco fue entendiendo lo que su madre le quiso dar a entender.
Después de 50 años de vivir en este mundo, esto es lo que he aprendido acerca de las AMIGAS:
"Las amigas te traen cazuelas con comidas, y le dan una limpiada a tu baño cuando necesitas ayuda.
 Las amigas cuidan a tus hijos así como guardan tus secretos.
Las amigas te dan consejos cuando lo pides aunque a veces los sigas y a veces no.
No siempre te dicen que tienes la razón pero siempre son honestas.
 Te quieren siempre a pesar de que no siempre están de acuerdo con tus decisiones.
 Las amigas se ríen contigo, sin necesidad de contar chistes viejos.
Te sacan de enredos al igual que te apoyan a salir de una mala relación.
Te ayudan a buscar un nuevo apartamento, te ayudan a empacar y a mudarte.
 Hacen una fiesta cuando tus hijos se van a casar o van a tener bebés, no importa el orden en que esto suceda.
Tus amigas te apoyan siempre, y están a tu lado en los momentos duros de la vida.
Te acompañan durante una tormenta y atraviesan viento y marea, granizo, calor o niebla junto a tí; van contigo a través de la penumbra de la noche hacia la luz del amanecer y en tus horas de dolor permanecen a tu lado.
Tus amigas te escuchan cuando pierdes tu trabajo o una amistad, cuando tus hijos rompen tu corazón, cuando la mente y el cuerpo de tus padres comienzan a fallar, y siguen a tu lado.
LLoran contigo cuando alguien que amas muere.
Te apoyan cuando un hombre te engaña.
Te ayudan a recoger cuando un hombre empaca y se va de la casa.
Están ahí cuando te abandonan los demás.
Se alegran con lo que te hace feliz y están dispuestas a matar a lo que te hace infeliz.
El tiempo pasa... La vida sigue...La distancia separa... Los hijos crecen...Los padres mueren...
 El amor aparece y se esfuma.
 Los corazones se rompen.
 Las carreras terminan.
Los trabajos van y vienen.
Los compañeros olvidan favores.
 Los hombres no llaman cuando dicen que lo harán.
Pero las AMIGAS siempre están ahí.
No importa que están lejos en tiempo y distancia, una amiga nunca está fuera del alcance y siempre está dispuesta cuando la necesitas.
Cuando tengas que caminar por un valle desolado, y no tengas más compañía, tus amigas estarán al borde del camino, animándote, orando por ti, apoyándote, empujándote, sosteniéndote, interviniendo en tu favor, y esperando por ti al final del camino con los brazos abiertos.
Y algunas veces romperán las reglas para ayudarte a rastras cuando vayas por el camino equivocado o te cargarán en sus brazos cuando no puedas andar.
Mi hija, mis hermanas, mis cuñadas, mi suegra, mis primas, sobrinas, mis parientes y mis amigas son la bendición de mi familia. El mundo no sería el mismo sin ellas, y yo tampoco.
Cuando inicié esta aventura llamada "vida de una mujer", no tenía la más remota idea de las increibles penas y alegrías que conlleva, ni sabía que necesitaría de otras mujeres tanto como ellas de mi.
Y aún, cada día, nos seguimos necesitando mutuamente".

D/A