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Mensajes del General: una preciosa entrevista
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Reply  Message 1 of 3 on the subject 
From: Triana  (Original message) Sent: 19/02/2010 18:01
 

Entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a MOUSSA AG ASSARID

Allí” es en el desierto del Sáhara, en el hogar de Moussa Ag Assarid,

un lugar en el que “todo es simple y profundo”,

donde ”hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!”.

Moussa es tuareg y escritor.

En su libro “En el desierto no hay atascos. Un tuareg en la ciudad”

cuenta cómo pasó de ser pastor de camellos, cabras, corderos y vacas en un campamento nómada tuareg

entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali, a estudiar Gestión en la universidad francesa de Montpellier.Kamala Orozco



No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!

Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali.

He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre.

Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero.

Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo

- ¡Qué turbante tan hermoso...!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena,

y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto:

la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales.

El azul , para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso:

"Señores del Desierto", nos llaman.

Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece...

"¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!",

denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos

en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón.

No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre.

Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba...

Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo.

¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes:

a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas...

Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso.

¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos!

Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
-
Vi correr a la gente por el aeropuerto.. .

¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas:

¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté...

Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua!

Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos...

Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí!

Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros.

Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa...

Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar,

y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di.

Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!
-
Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña.

Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche,

y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose!

Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa...

En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado,y hombres y animales

regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té.

Sentados, en silencio, escuchamos el hervor...

La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...
- Aquí tenéis el reloj, allí tenemos el tiempo.



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Reply  Message 2 of 3 on the subject 
From: Luna Noa Sent: 20/02/2010 09:53
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Reply  Message 3 of 3 on the subject 
From: Dulzura Sent: 22/02/2010 13:28


 
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