Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

El Rincón de Dulzura
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 ★GENERAL★ 
 ★GABITO★ 
 ★ Bienvenid@s★ 
 ۩Al Rico Menú 
 ۩Carnavales 
 ۩Cultura General 
 ۩Deja tu fecha Cumpleaños 
 ۩Dulzura del Mes 
 ۩El Baúl de los Gifs 
 ۩El Rincón de la Tentación 
 ۩Espacio de Debates 
 ۩Esperanza de Triana 
 ۩Fondos ya echos 
 ۩Historias de Miedo 
 ۩Humor 
 ۩Madrid y Brunete 
 ۩Mi Rincón 
 ۩Musica para Escuchar 
 ۩Mundo Barbie 
 ۩Normas Grupo 
 ۩Noticias super megaguays 
 ۩Nuestras Mascotas 
 ۩Panel de Firmas 
 ۩Panel de Juegos 
 ۩Letras y Musicas 
 ۩Aitana (mi nieta) 
 ۩Sala de Chat 
 ۩Sevilla 
 ۩Simbolos para Nik 
 ۩Siempre en Nuestros Corazones 
 
 
  Strumenti
 
Mensajes del General: QUIERES QUE TE CUENTE UN CUENTO? El llanto del desierto
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 3 di questo argomento 
Da: Dulzura  (Messaggio originale) Inviato: 26/02/2010 10:15
 

EL LLANTO DEL DESIERTO

En cuanto llegó a Marrakech, el misionero decidió que todas las mañanas daría un paseo por el desierto que comenzaba tras los límites de la ciudad.

En su primera caminata, vio a un hombre estirado sobre la arena, con la mano acariciando el suelo y el oído pegado a tierra.

"Es un loco", pensó.

Pero la escena se repitió todos los días, por lo que, pasado un mes, intrigado por aquella conducta extraña, resolvió dirigirse a él. Con mucha dificultad, ya que aún no hablaba árabe con fluidez, se arrodilló a su lado y le preguntó:

- ¿Qué es lo que usted está haciendo?.

- Hago compañía al desierto, y lo consuelo por su soledad y sus lágrimas.

- No sabía que el desierto fuese capaz de llorar.

- Llora todos los días, porque sueña con volverse útil para el hombre y transformarse en un inmenso jardín, donde se puedan cultivar las flores y toda clase de plantas y cereales.

- Pues dígale al desierto que él cumple bien su misión -comentó el misionero. - Cada vez que camino por aquí, comprendo mejor la verdadera dimensión del ser humano, pues su espacio abierto me permite ver lo pequeños que somos ante Dios.

Cuando contemplo sus arenas, imagino a las millones de personas en el mundo que fueron criadas iguales, aunque no siempre el mundo sea justo con todas. Sus montañas me ayudan a meditar. Al ver el Sol naciendo en el horizonte, mi alma se llena de alegría, y me aproxima al Creado

El misionero dejó al hombre y volvió a sus quehaceres diarios. Cual no fue su sorpresa al encontrarlo a la mañana siguiente en el mismo lugar y en la misma posición.

- ¿Ya transmitió al desierto todo lo que le dije?- preguntó.

El hombre asintió con un movimiento de cabeza.

- ¿Y aún así continúa llorando?

- Puedo escuchar cada uno de sus sollozos. Ahora él llora porque pasó miles de años pensando que era completamente inútil, desperdició todo ese tiempo blasfemando contra Dios y su destino.

- Pues explíquele que, a pesar de que el ser humano tiene una vida mucho más corta, también pasa muchos de sus días pensando que es inútil. Rara vez descubre la razón de su destino, y casi siempre considera que Dios ha sido injusto con él. Cuando llega el momento en que, finalmente, algún acontecimiento le demuestra por qué y para qué ha nacido, considera que es demasiado tarde para cambiar de vida, y continúa sufriendo. Y, al igual que el desierto, se culpa por el tiempo que perdió.

- No sé si el desierto me escuchará -dijo el hombre- El ya está acostumbrado al dolor, y no consigue ver las cosas de otra manera.

- Entonces vamos a hacer lo que yo siempre hago cuando siento que las personas han perdido la esperanza. Vamos a rezar.

Ambos se arrodillaron y rezaron; uno se giró en dirección a la Meca porque era musulmán, el otro juntó las manos en plegaria porque era católico. Cada uno rezó a su Dios, que siempre fue el mismo Dios, aunque las personas insistieran en llamarlo con nombres diferentes.

Al día siguiente, cuando el misionero retornó de su caminata matinal, el hombre ya no estaba allí En el lugar donde acostumbraba a abrazar la arena, el suelo parecía mojado, ya que había nacido una pequeña fuente. En los meses subsiguientes, esta fuente creció y los habitantes de la ciudad construyeron un pozo en torno a ella.

Los beduinos llaman al lugar "Pozo de las Lágrimas del Desierto". Dicen que todo aquel que beba su agua conseguirá tranformar el motivo de su sufrimiento en la razón de su alegría , y terminará encontrando su verdadero destino.

PAULO COELHO


 



Primo  Precedente  2 a 3 di 3  Successivo   Ultimo  
Rispondi  Messaggio 2 di 3 di questo argomento 
Da: machaco Inviato: 26/02/2010 12:24


Rispondi  Messaggio 3 di 3 di questo argomento 
Da: Triana Inviato: 26/02/2010 15:23


 
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati