Aun sin poder dormir… ¿Qué más da? Si ya enrollé el sueño con mis dedos. Si al mirar el reloj solo apunta a una dirección: mi cama. Pero esta madrugada odio mis sabanas. Están ásperas, frías y se me hiela la piel cuando les siento. Es quizás porque hoy tienen un lamento, este mismo que llevo dentro y que me hace razonarte. Hoy no estas aquí y si el cigarro fuera mi aliado lo habría adsorbido como quien se come un helado. Pero eso no es cosa que me atraiga. Mas bien corro a escuchar una balada que tal vez como una intrusa hizo eco en mis oídos y trajo una melodía maldita que me hizo recordarte. Odiaría la vida si no fuera por el arte, esta misma que me hace amarte y soñar que no te has ido. Creo que sería mas fácil el olvido si me entrego a los somníferos, y en sueños que aparentan precipicios atino a suicidarme. Pero eso no haría que dejara de amarte pues aun en la otra vida estaría sin sueño por culpa de pensarte.
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