Nuestra salud emocional
 
Nuestras posibilidades en cuanto al modo de vivir desde el punto de vista emocional son infinitas. El problema que tenemos muchos de nosotros es que nos hemos limitado a unas pocas opciones.
 
Cuando experimentamos temor, por ejemplo, nuestra mente es capaz de producir -literalmente- moléculas que se presentan en forma de adrenalina. Sí, un impulso mental produce algo en el cuerpo que es de naturaleza física. Tiene sustancia y es mesurable, y su origen está en la mente. Este es el milagro del funcionamiento de la mente.
 
Nuestros pensamientos producen manifestaciones físicas que hemos aprendido a llamar emociones. Las moléculas que forman tus emociones derivan de manera directa de nuestro mundo mental. Las sustancias químicas que aparecen en nuestro cuerpo son creadas realmente por la mente invisible.Nuestra mente es capaz de incidir en cosas del mundo físico.
 
Nuestras emociones son manifestaciones físicas de nuestros pensamientos. La alegría que experimentamos está situada en nuestro cuerpo físico, y las sustancias químicas presentes cuando experimentamos júbilo pueden ser identificadas y cuantificadas.
 
Lo mismo puede decirse del miedo, del estrés, de la ira, de la rabia, de los celos, de la depresión, de las reacciones fóbicas, etcétera. Son todos ellos cambios químicos que tienen lugar dentro de nuestro cuerpo.
 
Fabricamos estas sustancias químicas en nuestra propia farmacia cuántica, que empieza por nuestra mente. Esta mente es capaz de fabricar literalmente a partir de la nada miles de «drogas» que aparecen en nuestro cuerpo.
 
¿Necesitamos un antidepresivo o un tranquilizante? No es preciso ir a la farmacia. Nuestra mente puede crear exactamente lo que nuestro cuerpo necesita.
 
Cuando empiezamos a curar nuestro interior y a consultar de manera constante a esa voz interior, alteramos nuestro sistema inmunológico.
 
Las reacciones emocionales de ira, estrés, tensión, miedo, etcétera, tienen su origen en la mente. Estas reacciones crean desequilibrios químicos y auténticas toxinas que producen el deterioro del cuerpo. El modo de curar estas dolencias no es atacar esas sustancias químicas enviando un nuevo ejército de medicamentos preparados por los laboratorios sino trabajar sobre la maquinaria farmacéutica original causante de los desequilibrios químicos. Es éste el modo de curarnos de prácticamente todas las enfermedades, y es también el camino para la comprensión de nuestro propio estado emocional.
 
Somos los creadores de nuestras emociones, que tienen su origen en nuestro pensamiento. Esas reacciones emocionales
son en realidad de naturaleza física.