Tengo que compartir lo que pienso con alguien porque sino voy a reventar. Y de hacerlo, que mejor que con mi segunda familia, la afición del Atleti.

Ya han pasado casi tres días de la final y yo sigo enfadada. Pero lo más gracioso es que este enfado no lo provoca ni la derrota ni la manera tan cruel que tuvo el destino de finalizar el partido. No señores, mi enfado lo provocan numerosos madridistas de mi entorno que me tienen más que harta. Hay gente que sólo se acuerda de mí ahora, en la derrota pero que antes no fueron capaces de felicitarme por la Liga. Total, ¿para qué? Como era una competición que su equipo había tirado ya no les interesaba. Y encima tienen suerte porque siendo el todopoderoso Madrid se permiten el lujo de tirar una competición a la basura, una competición por la que otros años se dan golpes en el pecho...

En fin, hay que saber perder y creo que los atléticos sabemos de sobra cómo hacerlo. Y no porque seamos un equipo perdedor por naturaleza, como muchos de estos madridistas me gritan estos días en mi cara. Si sabemos perder es porque desde que el arbitro pitó el final del partido, en medio de la desolación inicial de quedarnos sin la Copa, ningún atlético tenía una sola palabra de reproche para su equipo. Ni una. Porque lo único que cabía en nuestro pecho, además del amor por estos colores, era EL ORGULLO. Orgullo por haber hecho las cosas bien, orgullo por habernos dejado la piel y el alma hasta el último segundo, orgullo por haber luchado como David en medio de tantos Golliat. Y orgullo por pertenecer al equipo perdedor y no al ganador. Si, porque también hay que saber ganar, saborear la victoria y disfrutarla con los tuyos, dejando en paz al perdedor.

No entienden que estemos enfadados por las faltas de respeto de algunos jugadores o de su presidente. No les pido que las entiendan, pero si que las respeten. Porque si a ellos les molesto la actitud del Cholo a mi me molestó aun más la de Cristiano, ese payaso del que, encima, se sienten orgullosos. Además, las faltas de respeto al Atleti no vienen de ayer, las hemos tenido que sufrir durante toda la temporada por parte de todos aquellos que deseaban que nos derrumbásemos desde la Jornada 1.

He crecido en medio del madridismo y si de algo me ha servido esta final es para darme cuenta que mi decisión fue la correcta. No entendería mi vida siendo de otro equipo. Como dijo el Cholo, uno es en el fútbol tal y como es en su propia vida. No hay equipo que represente mejor los valores en los que creo que éste. Desde que era una niña, supe que era del Atleti porque mi corazón y mi alma así me lo dijeron. Supe que era del Atleti porque prefiero mil veces una derrota como la del sábado a ser del Madrid. Es un club con una filosofía completamente contraria a lo que yo creo, a lo que yo siento. Porque yo estoy en las buenas con mi equipo pero, más aun, en las malas. Porque no cambiaría nada de lo vivido este año, con sus alegrías pero, también, con sus amarguras. Porque, en la vida, cuando uno se cae tiene que aprender a levantarse, seguir caminando con paso más fuerte aún si cabe.

Gracias por permitirme desahogarme. Ahora el enfado ya ha pasado y sólo me queda el orgullo y la felicidad. Estoy feliz por todo lo que el equipo nos ha dado, porque el sábado pase una de las mejores tardes de mi vida con mi familia y, sobre todo, porque creo que este año ha sido el inicio de algo muy grande. Si todos unidos (equipo, el Cholo y la afición) seguimos trabajando y luchando como hasta ahora, tenemos un futuro prometedor ante nosotros. No dejéis que ningún idiota nos lo estropee.

HOY Y SIEMPRE…. ¡¡¡¡ ORGULLOSAMENTE ROJIBLANCA !!!!