Es
la única casa a la que puedes ir en cualquier momento, sin invitación. La única
casa donde puedes poner la llave en la puerta y entrar directamente.
La casa que tiene ojos amorosos que miran
directamente a la puerta hasta que te ven. La casa que recuerda tus días sin
preocupaciones y la felicidad de tu infancia. El hogar donde tu presencia y la
mirada en los rostros de tu madre y padre es una bendición para ti, y tu
conversación con ellos es una recompensa.
La casa que si no vas, el corazón de sus
dueños se encoge. La casa en la que dos velas se encendieron para iluminar el
mundo y llenar tu vida de felicidad y alegría. El hogar donde la cena es para
ti y no tiene hipocresía. La casa que si toca comer y no comes, el corazón de
sus dueños se romperá y se pondrá triste. El hogar que te da todas las risas y
felicidad.
¡¡¡OH, MIS JOVENES!!! Descubre el valor de
estas casas antes de que sea demasiado tarde...
Afortunados tienen aquellos que todavía
tienen a sus padres en casa donde ir. "