Hoy me observo y ya no soy la mujer
de ayer, hoy llevo a cuesta los años
que he vivido.
Y no me arrepiento de ellos
ya que se que por cada año
que
ha pasado, he ido logrando
la madurez que hoy tengo.
Quizá mi cuerpo ya no luzca
con la belleza de la juventud
que un día tuve y mucho menos
mi cara lleve esa chispa mágica
de la mujer hermosa que antes fui.
Lo que si estoy segura que hoy
luzco una belleza inigualable
que aunque algunas personas
critiquen y digan lo contrario
hoy me quiero y me admiro mucho
más que ayer.
Porque aún con mis kilitos de mas
y esas pequeñas imperfecciones
que llevo en mi cara
me digan lo contrario
yo sé que son huellas
que me han ido dejando los años.
Y aún a pesar que mi cuerpo
se vea diferente y lleve alguna
que otra estría y cicatrices
son de las batallas que he logrado
vencer para dar vida a una personita
especial que cada día me da la dicha
de ser mejor.
Y a pesar de que luche
contra la gravedad de mis pechos
y mi piel
hoy se que todo eso no importa
porque todo lo que he vivido
vale la pena, aún a pesar de que
con los años vaya envejeciendo
mi cuerpo, ya que la verdadera
belleza la llevo en mi alma
que aún con los años no dejo
marchitarse.
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