¿Comes por motivos emocionales?
Muchas personas comen por motivos diferentes al hambre; es decir, comen por motivos emocionales más que físicos, como la persona que come en exceso cuando está deprimida. Y este es uno de los principales motivos por los que puede resultar tan complicado perder peso. No obstante, si conoces que estados de ánimo o emociones te llevan a comer, puedes empezar a hacer cambios en tus hábitos.
A nivel emocional, la comida es algo más que el acto de nutrir el cuerpo. Muchas personas utilizan la comida como recompensa, como consuelo, o incluso como modo de combatir la soledad. En otras ocasiones, las personas comen simplemente por aburrimiento, por entretenerse o porque no tienen nada mejor que hacer. Entre las causas principales, aparte del hambre, que llevan a una persona a comer, están las siguientes: depresión, ira, estrés, soledad, frustración, aburrimiento, ansiedad.
Es decir, cuando una persona no se siente bien por cualquier motivo, puede recurrir a la comida para consolarse y sentirse mejor. el problema es que si esto te hace engordar, después te vas a sentir pero y el alivio solo será momentáneo..
El primer paso para tener control sobre cuándo comes, consiste en descubrir qué es lo que te lleva a comer. ¿Es el estrés, la tristeza, la soledad, el aburrimiento...? Una vez que lo sepas, busca comportamientos alternativos para realizar en esos momentos. Así, si comes por aburrimiento, piensa en formas diferentes de entretenerte. si comes porque estás deprimido, busca modos de sentirte mejor que no impliquen a la comida, como darte un baño relajante, hacer algo de ejercicio, dibujar o pintar, hablar con alguien, dar un paseo, etc.
Puedes escribir estas conductas alternativas en notas adhesivas que pegues en en la cocina, de modo que te disuadan de comer y te recuerden que hay otras cosas que puedes hacer. Cuantas más conductas alternativas pienses, tanto mejor.