Un día como el de hoy, pero del año 1979, el ejército soviético acudía en ayuda del gobierno revolucionario afgano, cuyo Presidente, Nur Moahamed Taraki, había sido asesinado por los golpistas proestadounidenses. Entre otros objetivos, el Imperialismo quería hacer de Afganistán un centro de penetración en Asia Central para saquear sus recursos naturales y controlar el paso de hidrocarburos. La URSS observaba con preocupación el constante hostigamiento del que era víctima el gobierno revolucionario afgano, quién tras llevar a cabo una Reforma Agraria, estaba empeñado en modernizar al país. Pero la situación se deterioró, a partir de Setiembre, con el Golpe de Hafizullah Amin. Este grave acontecimiento, obligará a la Unión Soviética a realizar, la que sería, su última misión internacionalista. con el fin de apoyar a sus amigos. Aquél 24 de Diciembre, entraba en Afganistán el 40° Ejército soviético al mando del Mariscal Sergei Sokolov, mientras que, tropas especiales, recuperaban el Palacio. Paralelamente, EEUU incrementaba la entrega de armas y aceleraba el entrenamiento de criminales como Osama Ben Laden, cuya principal “hazaña bélica” había sido matar personalmente a todos los maestros de una escuela mixta. En 1988, se firmará un acuerdo de paz y la URSS retirará sus tropas al año siguiente. Pero los conflictos continuarán y el Gobierno afgano terminará cayendo en 1992. La victoria Imperialista, convertirá a Afganistán, en un foco permanente de guerra, muerte y desesperanza.