Un día como el de hoy, pero del año 1931, nace en Buenos Aires, Adolfo Pérez Esquivel. Este Arquitecto, escultor y defensor de los Derechos Humanos, completó su educación universitaria en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Universidad Nacional de La Plata. Trabajó como docente durante 25 años, y como artista plástico ha recibido un amplio reconocimiento tanto en su país como en el exterior. En los 60, Pérez Esquivel, comenzó a trabajar con organizaciones populares involucradas en el movimiento pacifista cristiano de Latinoamérica. En 1974 fue elegido Coordinador General para América Latina en grupos de base que promovían la liberación del continente por medios no-violentos. Tras el Golpe militar del 76 y ante la represión sistemática, impuesta a sangre y fuego por las Fuerzas Armadas, contribuyó al afianzamiento de las Organizaciones populares que se oponían al genocidio de toda una generación, y daban apoyo y contención a las familias de las víctimas. Conoció la cárcel y la tortura. Fundó el SERPAJ, desde donde denunció al mundo las atrocidades cometidas por los criminales que habían usurpado el poder en la Argentina. Estando en prisión recibió, entre otras distinciones, el “Memorial de Paz Juan XXIII”. Y en 1980 le fue concedido el “ Premio Nobel de la Paz” por sus esfuerzos en la defensa de los Derechos Humanos. “Cuando los pueblos se asumen como protagonistas, pueden transformar la historia” sostiene este luchador incansable, uno de los más importantes teóricos contemporáneos de la no-violencia.