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   LA PUERTA Que se cierre esa puerta
 que no me deja estar a solas con tus besos.
 Que se cierre esa puerta
 por donde campos, sol y rosas quieren vernos.
 Esa puerta por donde
 la cal azul de los pilares entra
 a mirar como niños maliciosos
 la timidez de nuestras dos caricias
 que no se dan porque la puerta, abierta...
 Por razones serenas
 pasamos largo tiempo a puerta abierta.
 Y arriesgado es besarse
 y oprimirse las manos, ni siquiera
 mirarse demasiado, ni siquiera
 callar en buena lid...
 Pero en la noche la puerta se echa encima de sí misma
 y se cierra tan ciega y claramente
 que nos sentimos ya, tú y yo, en campo abierto,
 escogiendo caricias como joyas
 ocultas en las noches con jardines
 puestos en las rodillas de los montes,
 pero solos tú y yo.
 La mórbida penumbra
 enlaza nuestros cuerpos y saquea
 mi inédita ternura,
 la fuerza de mis brazos que te agobian
 tan dulcemente, el gran beso insaciable
 que se bebe a sí mismo
 y en su espacio redime
 lo pequeño de ilimites distancias...
 Dichosa puerta que nos acompañas cerrada, en nuestra dicha. Tu obstrucción
 es la liberación de estas dos cárceles;
 la escapatoria de las dos pisadas
 idénticas que saltan a la nube
 de la que se regresa en la mañana.
 Carlos Pellicer
     Desenio Estrellita |